Alba Molina | crítica
No lo es ni pretende serlo
Cómics
Existen instantes realmente icónicos, instalados en la memoria colectiva, que nos retrotraen a momentos mágicos. Uno de ellos es el de esa joven Judy Garland, pasada por el filtro del blanco y negro, cantando con su bella voz la triste canción Somewhere over the raimbow, mirando hacia el oscuro cielo y deseando que su existencia cambie.
El Mago de Oz
Guion adaptado por: David Chauvel
Dibujo: Enrique Fernández
Tapa dura
Color
112 págs.
22 euros
ECC Ediciones
Pero afortunadamente, ésta no es la única versión que adapta las aventuras de Dorothy, creada por el prolífico L. Frank Baum, que durante catorce (¡) novelas regresaría una y otra vez al mágico mundo de Oz, ya fuera con su protagonista principal u otros jóvenes.
Como os decía anteriormente, de la fértil genialidad de otros autores, en este caso centrados en el cómic, han surgido adaptaciones como ésta que tratamos hoy, y que viene a sumarse a la línea Kodomo de la editorial ECC, dedicada a los más jóvenes, aunque debido a su gran calidad, recomiendo también su lectura y disfrute a los más talluditos de casa.
Y bien, poco tengo que contaros sobre el argumento de esta novela, ya que seguro que la gran mayoría lo conocéis. Pero siempre, al fondo de la imaginaria sala, alguien levanta la mano y con timidez pregunta, así que vamos allá. Comienza el viaje.
En las grises tierras de Kansas, Dorothy vive una vida de aburrimiento y tristeza junto a sus tíos Henry y Em. Un día, dentro de la casa y junto a su fiel perrito Totó será absorbida por un torbellino que la conduce, mientras ella duerme, al lejano y colorido país de Oz.
El aterrizaje en estas mágicas tierras será algo diferente, ya que cuando la niña sale al exterior se encuentra con la benévola Bruja del Norte, que la felicita al haber matado a la cruel Bruja del Este.
A partir de ese momento se inicia un periplo, en el que buscando al sabio Mago de Oz, la protagonista conocerá a los que serán sus fieles acompañantes, y finalmente amigos. El espantapájaros sin cerebro, el hombre de hojalata sin corazón y el león sin valor.
Juntos, el cuarteto (y Totó) van a vivir un montón de aventuras extraídas con fidelidad del texto original, lo que hace que muchos momentos serán totalmente nuevos para los lectores y lectoras que tan solo hayan disfrutado de la versión cinematográfica dirigida por Víctor Fleming y Cía.
A lo largo y ancho del mapa de este mundo, conoceremos a especies animales tan feroces como los kalidhas, o a la reina de los ratones y sus agradecidos y fieles súbditos, que van a sacar a Dorothy de un somnoliento y peligroso problema, así como los monos voladores, que acudirán tan solo en tres ocasiones cuando se les reclame.
Por supuesto, los bajitos Munchkins, habitantes del lugar, también van a aparecer en el viaje, dando cobijo en más de una ocasión a los protagonistas, que en su recorrido van a encontrarse con uno y mil peligros…
Y todo para conseguir guía, un cerebro, un corazón y el deseado valor… Y el único que se los puede dar es el misterioso y todopoderoso mago que vive en la Ciudad Esmeralda.
Aunque, ¿quién sabe? Tal vez, en ocasiones, aquello que deseamos con inusitada pasión ya lo poseemos, lo que ocurre es que no nos hemos dado cuenta de su existencia…
Pero dejemos aquí el argumento, del que seguro que todos y todas vais a disfrutar, para dar crédito al tándem de creadores que durante tres álbumes publicados en el mercado dieron vida y rostro a los protagonistas de esta novela. Ellos son el guionista francés David Chauvel (Rails, Ring Circus, Station Debout, Mafia Story, L’Épopée…), del que me resulta imposible resumir aquí su trabajo, ya que cuenta con innumerables títulos a sus espaldas, convirtiendo su firma en sinónimo de calidad.
Junto a él, demostrando una vez más lo increíblemente genial y personal de su trazo, el ilustrador español Enrique Fernández, que a lo largo de su carrera artística ha conquistado el mercado vecino y el patrio con obras como Libertadores, La meme des victories, L’îlle sans sourive, Brigada, Aurore, Los cuentos de la era de la cobra y Nima.
Recorrer la sección de extras incluida en este volumen integral, ya sea conociendo el proceso de diseño de los personajes, o la composición de una página, es un auténtico placer para todos los que amamos el Noveno Arte.
Así que sujetaos fuerte, ya que comienza el viaje de vuestras vidas. ¡A Oz!
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