Alfonso Sánchez y Alberto López, 'Los compadres': "Ahora está de moda la tradición"
Cultura
Los intérpretes Alfonso Sánchez y Alberto López celebran los quince años del fenómeno de 'Los compadres' con 'El show de los compadres. 15 años de Enterismo', un encuentro "con el humor, la música, la ironía, la sátira y la alegría"
El espectáculo se estrena mañana, jueves 13 de septiembre, en el teatro de Los Remedios
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Hace ahora quince años de un hecho insólito: una pareja de sevillanitos clásicos –tiesos como las patillas de su cara- hicieron la vanguardia. Rafi y Fali, los responsables de esa contradictoria proeza, se sentaron en un bar de la ciudad de Sevilla para comentar –y para analizar y para pontificar y por supuesto para resolver- el mundo que les tocó vivir. El resultado fue un vídeo viral, cuando ni siquiera existía ese concepto, por Youtube. Un vídeo que marcaría las trayectorias de los dos actores implicados en esta ya inolvidable parodia, Alfonso Sánchez y Alberto López. Ambos, los compadres, han querido celebrar la efeméride de aquel sketch con el espectáculo El show de los compadres... 15 años de Enterismo, cuyo estreno absoluto está programado para el próximo 13 de septiembre, en el teatro de Los Remedios. La celebración durará hasta el 28 del mismo mes, para después seguir por España, patria en la que el pícaro –la versión estándar del compadre tieso- siempre ha sido un ser familiar.
-Fracasó la tribu urbana de los canis, fracasó la tribu urbana de los emos. Pasó de moda el punk y el indie. Sin embargo ahí sigue el compadre, versión pijo cortijero. ¿Será porque, como dice el tópico, lo clásico no pasa de moda?
-Alfonso Sánchez: Lo clásico nunca pasa de moda… Estoy de acuerdo.
-Alberto López: Rafi y Fali pertenecen a una estirpe o a una tribu –como lo queramos llamar- que se arraiga mucho en las tradiciones. Es difícil, en un país con tanta solera e idiosincrasia como España, que algo que está arraigado a las tradiciones pase de moda. Habrá momento en el que haya lagunas, haya islas, como comentabas: el indie, la antiglobalización. Pero ahora está de moda la tradición. Ya no se ven rastas, como antes, ya no hay garitos con tipos como Manu Chao sonando en la Alameda. Eso ha pasado de moda. Volverán, seguro. Pero la tradición es ahora lo que predomina.
-El compadre qué tiene más larga: ¿la patilla o la cara?
-Alfonso Sánchez: La cara. ¡Sin duda! La cara. Pero vamos, de aquí a Pekín.
-Alberto López: De hecho, a los compadres en el colegio les llamaban Cary Grant…
-Alfonso Sánchez: Es que, a ver, tú imagínate: para sobrevivir como los compadres sin dar un palo al agua y sin ser ricos herederos… Que a mí es lo que me parece más interesante de estos personajes: la contradicción. No son personajes planos. Realmente guardan un gran secreto. Una gran mentira. En el caso de los compadres es que están tiesísimos. Pero eso no se puede notar. Y hacen todo lo posible para mantener otro estatus social, contra viento y marea. Entroncando todo esto con la antigua tradición del pícaro, que forma parte de la idiosincrasia propia de nuestro país.
-¿Esas patillas tan largas no se doblan, no? Porque el compadre no es muy de doblarla...
-Alfonso Sánchez: ¿Tú sabes lo que son las patillas de los compadres? Yo me he dado cuenta en mi día a día [el entrevistado luce patillas perfectamente perfiladas y de hechura cortijera]. Es como si Superman se pone la capa. O como si un supervillano se pone el escudo. Antes de los compadres nadie se ponía patillas. Había algún cabrero y poco más.
-Alberto López: Y algún torero.
-Alfonso Sánchez: ¿Torero de qué? Bueno, ahora me confunden con Morante de la Puebla. Pero Morante, cuando nosotros nos pusimos las patillas, no las llevaba.
-Los compadres que uno ve por la calle hablan siempre muy tiesos... ¿Es por algo en concreto?
-Alfonso Sánchez: Claro… Y porque tienen que mantener las formas. Lo que a ellos les mantiene vivos es la forma. Son unos supervivientes tiesos, en todos los sentidos, y por eso son interesantes.
-Siempre muy derechos. ¿También muy de derechas?
-Alfonso Sánchez: El compadre no tiene un lugar. El compadre está donde necesita estar en cada momento. Es un poco lo que decía Gandalf en El Señor de los Anillos: un mago no llega tarde ni temprano, llega cuando tiene que llegar. El compadre está donde tiene que estar en cada momento. Es el mundo el que gira en torno al compadre.
-Alberto López: Ellos nunca se mueven. Lo que decíamos: ellos vienen de esa manera de vivir, de la picaresca, aunque evolucionada.
-¿Cómo un tipo tan cargante nos resulta simpático?
-Alfonso Sánchez: Porque debajo de esa actitud tan cargante hay arte. El compadre es un personaje barroco. Y el barroco puede ser cargante, pero hay tanto arte ahí… Creo que esa esencia está en nuestros personajes. También en la ciudad de Sevilla. Quizá por eso el compadre sea un tipo tan sevillano.
-Hace quince años ustedes se hicieron virales en una España en la que aún no existía ese concepto. ¿Calcularon en algún momento el éxito de aquella fórmula pionera, de las posibilidades de una entonces nueva plataforma como YouTube?
-Alberto López: El impacto no lo pudimos imaginar. De ser así nos hubiésemos anticipado. Sí que es verdad que veníamos con la varita sonando, pues antes se colocan El Culebra y El Cabesa en Youtube. Pero la repercusión que tienen Rafi y Fali no tuvo paragón. Aquello supuso la aceptación de la parodia en el ámbito del clasicismo y la tradición. Hasta entonces reír con ciertos temas estaba como prohibido.
-¿Qué ha cambiado en Sevilla durante estos quince años?
-Alfonso Sánchez: La ciudad se ha abierto. Y al abrirse, las tradiciones sevillanas se han abierto al mundo. Mucho más. Eso ha propiciado fenómenos artísticos asociados a Sevilla. Por ejemplo: el fenómeno del año 2014 con la película Ocho apellidos vascos o la serie Allí abajo. Aunque esta historia también está relacionada con un momento en el que la globalización pidió que se hicieran productos más locales y vendibles a nivel internacional. El potencial que había en Sevilla, a nivel idiosincrático, es brutal. Pocas ciudades lo tienen en el mundo.
-Alberto López: El mapa de la ciudad ha cambiado. La incursión del turismo cambia las cosas a nivel arquitectónico y a nivel incluso emocional. El entretenimiento ha cambiado mucho en Sevilla. Hay un entretenimiento más ligado al consumo en bares, en terrazas. Un entretenimiento siempre unido al alcohol. Ese mapa del nuevo entretenimiento lo hemos notado. En Sevilla también han surgido espacios grandes. Todo es ahora lo grande. Espectáculos en Cartuja Center, en Fibes, la Plaza de España llena… Se lleva todo a lo grande. Quizá porque pensamos que hay que hacer estos eventos porque tenemos en mente que viene mucha gente, mucho turismo. Por eso nosotros hemos elegido hacer nuestro nuevo espectáculo en el teatro de Los Remedios. Para volver a darle su lugar a los teatros de las ciudades. Un show más cercano.
-Se me olvidaba que estamos aquí hablando porque el próximo 13 de septiembre estrenan nueva obra -hasta el 28 del mismo mes en el teatro de Los Remedios-. ¿Nos concretan qué veremos?
-Alfonso Sánchez: Para empezar: es una celebración. Es una fiesta para celebrar el enterismo. Y es un espectáculo que, ahora, que lo vemos ya desde fuera, toca un tema: el trabajo. Porque, básicamente, ¿cuál es el conflicto de esta obra? El trabajo en sí. Los compadres no quieren trabajar. Ellos quieren vivir la vida sin tener que trabajar. Ellos tienen miedo al trabajo… La obra es una reflexión en torno al trabajo y a la sociedad que vivimos, naturalmente pasado por el tono de la comedia y de un punto de vista surrealista. Y majareta.
-El espectáculo será en el teatro de Los Remedios. Pero creo que los compadres, a estas alturas, no tienen remedio.
-(Risas) Alfonso Sánchez: Pero buscan el remedio, lo buscan…
-Alberto López: Yo lo veo hasta positivo. Si tuvieran remedio, los compadres se desdibujarían.
-Alfonso Sánchez: El único remedio de los compadres es volver a nacer. Y haber nacido ricos herederos. Pero ese remedio ya está complicado.
-Los compadres tienen su pisito en el extrarradio.
-Alberto López: Yo tenía un conocido que vivía en el Tiro de Línea, y el hermano era un compadre que se bajaba del autobús en Felipe II para que la gente no lo viera bajarse en el Tiro. Eso es muy sevillano.
-Alfonso Sánchez: Sevilla es una ciudad en la que la apariencia es fundamental.
-Como dirían los compadres: eso es así.
-(Risas) Alfonso Sánchez y Alberto López: Eso es así, compadre.
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