"Los actores no podemos planificar nada, el cine es una cuestión de suerte"
La intérprete de 'Mar adentro' y 'Volver' rueda en Sevilla la película 'Yo también'
Desde que llamara la atención, hace ya diez años, con su papel en Mensaka, de Salvador García Ruiz, la madrileña Lola Dueñas se ha afianzado como una intérprete versátil sin temor a las transformaciones. Esta ganadora del Goya por Mar adentro y del premio de interpretación en Cannes, compartido con sus compañeras en Volver, se esconde de nuevo tras otro personaje: el de Laura, una mujer que se enamora de un chico con síndrome de down al que encarna Pablo Pineda. Lo hace en Yo también, un proyecto que se filma en Sevilla y con el que debutan en el largo los cortometrajistas Álvaro Pastor y Antonio Naharro. Dos directores a los que Dueñas, con experiencia en creadores noveles, augura un prometedor futuro. "Yo creo que han nacido para esto. Tienen un respeto impresionante por los actores. Y en el rodaje están haciendo crecer un guión que ya era muy bueno sobre el papel", asegura. El texto, según parece, reserva a la protagonista de Lo que sé de Lola otra oportunidad para lucirse. "El personaje es una joya. Está muy loca, pero es maravillosa", sentencia.
Yo también, confiesa, conmueve a Dueñas de manera especial porque es una historia "de verdad, como pasaba con Mar adentro". Admite, más tarde, que no planifica trabajar en cintas comprometidas con temáticas sociales "porque en realidad los actores no podemos buscar algo tan concreto. A los actores nos llegan las cosas. Tú puedes querer hacer Mar adentro, pero, claro, tiene que llegarte. Es sólo una cuestión de suerte".
Aunque es hija del actor Nicolás Dueñas, lo que motivó que creciera entre bambalinas, y se formó en el Teatro de la Abadía, su fascinación por el cine hizo que aparcara sus trabajos sobre el escenario. Reconoce sentir sienta inquietud al respecto. "Me gustaría volver, pero tengo un miedo absurdo a hacerlo mal, a no hacerlo todo lo bien que desearía, y lo estoy retrasando demasiado. Y es una lástima porque hay personajes fantásticos que puedes interpretar con una edad determinada, y luego estaré mayor para enfrentarme a ellos", declara.
No teme, sin embargo, que prestar su físico a personajes tan dispares como los que encadena pueda afectar a su psicología. "El de actuar es un oficio como otro cualquiera. Igual que un zapatero pone tapas, yo me disfrazo y hago alguna cosa, que sufro por amor o que soy una enferma terminal. Pero sólo es un oficio, un juego", matiza. La profesión, en todo caso, inspirará su próximo papel: hará de actriz en lo nuevo de Ramón Salazar, con quien ya trabajó en Piedras y 20 centímetros, y bromea, con una sonrisa maliciosa, ante la perspectiva de "copietear a algunas compañeras".
Antes de involucrarse en el rodaje de Yo también, Dueñas tuvo una nueva colaboración junto a Almodóvar en el plató de Los abrazos rotos. "Rodé con José Luis Gómez, que fue mi maestro en La Abadía, y me hace mucha ilusión que ya tengamos una escenita juntos, para la posteridad", expresa con una sonrisa. Argumentos para mantener ese estado de ánimo positivo no le faltan, según apunta, a Lola Dueñas. Ayer mismo, el director de Fuera de carta, Nacho García Velilla, la telefoneaba desde el Festival de Manila para comunicarle que habían ganado el premio a la mejor película.
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