El actor Pablo Béjar, premiado en su tierra
El Ayuntamiento de Castilleja de Guzmán distingue como Guzmareño de Honor al intérprete por "su gran trayectoria en las artes escénicas"
El gran año de Pablo Béjar
El actor Pablo Béjar (Sevilla, 1989) fue reconocido el pasado viernes por el Ayuntamiento de Castilleja de Guzmán como Guzmareño de Honor, una distinción que el Consistorio le otorga al intérprete por su "gran trayectoria en el mundo de las artes escénicas" y por haber llevado "siempre el nombre de esta localidad por bandera por toda la geografía nacional".
La alcaldesa de Castilleja de Guzmán María del Mar Rodríguez Pérez entregó en el Teatro Federico García Lorca la medalla de Guzmareño de Honor a Béjar, al que también se le agradece haber participado "activamente como vecino de nuestro pueblo en diferentes ámbitos juveniles y culturales". Antes del acto se descubrió un rótulo por el que la sala de artes escénicas del Teatro llevará desde ahora el nombre del galardonado.
Formado en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) en Madrid y en el Centro de Estudios Escénicos de Andalucía, Béjar irrumpió pronto en la escena nacional con montajes como Malditos 16 de Nando López, Metálica de Íñigo Guardamino o una Fuenteovejuna versionada por Juan Mayorga.
Su ingreso en la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico le permitió adentrarse en la palabra de autores como Lope de Vega, Calderón de la Barca y Tirso de Molina, y ponerse a las órdenes de algunos de los directores más destacados. A lo largo de su trayectoria, y entre otros espectáculos, Béjar ha protagonizado La dama boba dirigida por Alfredo Sanzol, Los empeños de una casa dirigida por Yayo Cáceres, El Banquete dirigida por Catherine Marnas y Helena Pimenta, El vergonzoso en palacio dirigida por Natalia Menéndez y La comedia de maravillas dirigida por Lluís Homar. Actualmente, Béjar imparte cursos en los que comparte con sus alumnos el entusiasmo ante la belleza del verso clásico.
Pero el sevillano ha dialogado también en su carrera con los dramaturgos actuales, y asimismo ha formado parte de los elencos de Jauría, de Miguel del Arco, Run, de Jose Padilla o El Principio de Arquímedes de Josep María Miró, entre otras producciones.
Béjar ha compaginado su labor en la escena con proyectos audiovisuales, una vertiente en la que sobresalen sus interpretaciones en las series Brigada Costa del Sol, Honor y Sueños de libertad. La muerte de su personaje, Mateo, en esta última serie, hace unos meses, supuso una verdadera conmoción para los espectadores.
Fue en Castilleja de Guzmán, "un pueblo pequeñito pero con un corazón muy grande", donde el joven fue testigo de prodigios como "los dólmenes, el campo y la naturaleza o la cercana Itálica", recordó un emocionado Béjar en su discurso, y donde empezó a aflorar su inquietud artística. La mirada a las raíces trasladó también al actor a la escuela Viento Sur, donde el adolescente encontró "un espacio seguro donde ser yo mismo y aprender las claves de este oficio", y a las primeras clases de teatro que se impartieron a los chavales en el municipio.
En su intervención, Béjar tuvo un recuerdo para García Lorca, que da nombre al teatro de la localidad. "Hoy quiero homenajearlo, porque lo que se nombra nunca muere", dijo el intérprete, y rememoró una frase del autor granadino: "El teatro es poesía que se sale del libro para hacerse humana".
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