"Volver a Vivaldi es como reencontrar a un amigo"
Fabio Biondi | Violinista y director artístico de Europa Galante
El violinista italiano se pondrá este sábado al frente de Europa Galante para dirigir, con el Maestranza cerrado al público pero retransmitido por 'streaming', el bautizo de la ópera 'Argippo'
El Teatro de la Maestranza iba a ofrecer al público, este sábado, la ópera Argippo de Vivaldi en la lectura que Fabio Biondi ha preparado con su grupo Europa Galante, uno de los conjuntos barrocos más importantes de Italia y de Europa. Las nuevas restricciones sanitarias han forzado al Maestranza a cancelar toda su actividad hasta el 9 de abril ante la obligación de modificar su aforo a 200 espectadores (de los 1.300 previstos con el 75% de aforo vigente hasta este jueves). Fabio Biondi, que concedió esta entrevista telefónica antes de conocer estas medidas, estaba muy ilusionado con la puesta de largo de este programa, uno de los títulos más esperados del XXXVIII Festival de Música Antigua, y que se representará finalmente a puerta cerrada en Sevilla retransmitido por streaming y, en cambio, se estrenará con público el domingo en Madrid, en el Auditorio Nacional, gracias al Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM).
-En 2006 el clavecinista checo Ondrej Macek encontró en Ratisbona parte de las arias y comenzó a partir de ellas la reconstrucción de Argippo. La lectura de Europa Galante se basa en la edición crítica que en 2019 preparó Bernardo Ticci, se grabó en disco para el sello Naïve en 2019 y ha recibido unas críticas maravillosas. ¿Qué destacaría de la escritura de este pasticcio?
-Argippo, que Vivaldi presentó en Praga en 1730, es una ópera típica de ese período en toda Europa. Es un pasticcio como el 70% de las óperas del siglo XVIII lo son pues los compositores se adaptaban a cierto gusto del lugar donde se producía la ópera y solían cambiar el estilo raptando arias y músicas de otros compositores. Es un patchwork típico de una mentalidad y una estrategia comercial para que el público aceptase estos nuevos títulos. Sin embargo, Vivaldi lo practicó siempre y especialmente al final de su vida, cuando incluía arias suyas de otras óperas porque pensaba que al público le podía gustar más así. Argippo fue destinada a Europa del norte, a Viena y Praga, donde había cierta preferencia por la nueva música napolitana que Vivaldi conocía poco y por eso hay en la partitura esta contribución de arias y música de compositores napolitanos. Es una obra de madurez que narra los amores de una joven princesa india en la corte de un marajá. En 2006 grabamos Bajazet de Vivaldi, que es un grandísimo pasticcio aunque en la época no se lo etiquetaba así, pues era un proceso creativo muy habitual de Vivaldi, y estuvimos nominados al Grammy.
-¿Qué papel ocupa esta ópera en la producción de Vivaldi?
-La escritura musical de Argippo es deslumbrante, bellísima, y que completa y sin cortes sólo dure dos horas supone una ventaja increíble porque es muy difícil para el público actual escuchar una ópera de cuatro horas del siglo XVIII y tenemos la responsabilidad de ofrecer espectáculos posibles y accesibles para una sociedad como la nuestra. Así que mi Argippo es, en este sentido, una oportunidad. Es cierto que, si hubiera que ponerle algún reparo, tiene una dramaturgia primaria y una coloración orquestal menos desarrollada que otras porque sólo tiene sección de cuerda, no hay vientos. Pero a pesar de eso es una de las óperas más atractivas de Vivaldi -que declaró haber escrito más de 90 aunque sólo conocemos 45 títulos- y en ella no hay un solo momento de aburrimiento.
-Para el estreno de Argippo en Sevilla y Madrid ha reunido junto a Europa Galante un gran reparto encabezado por la mezzo Vivica Genaux y que incluye otros nombres que sorprenden igualmente por su virtuosismo y excelencia: Delphine Galou (Zanaida), Giuseppina Bridelli (Silvero), Marie Lys (Osira) y Luigi di Donato (Tisifaro).
-Al tratarse de un rescate y una reconstrucción así era esencial tener voces de primer orden. Y también porque, al ser una música muy difícil, necesitábamos voces diferentes para que no se confundieran sus roles en esta versión en concierto. Desde hace años tengo una muy buena relación y trabajo a menudo con estos magníficos solistas, como Vivica Genaux, y eso favorece la reunión de un elenco excepcional como el que hemos conseguido formar. Las críticas que ha recibido nuestra producción son maravillosas. Dentro de lo complicado que es este momento por el Covid-19 tenemos, tras Sevilla y Madrid, muchas fechas en torno a esta ópera en Shangái, Seúl, Bremen...
-¿Qué pasaje le gusta especialmente de Argippo?
-Que incluye la que considero la más hermosa aria de tempesta. En la ópera italiana del XVIII siempre hay un aria de tempesta, pero aquí la evocación de una tormenta en el mar es sublime. En general, estoy deslumbrado a partes iguales por la belleza y la dificultad de esta ópera. Hay arias pirotécnicas de un virtuosismo extremo.
-Creó en 1990 Europa Galante y rápidamente el grupo se convirtió en el principal conjunto de instrumentos del barroco italiano. El año pasado cumplieron 30 años juntos. ¿Qué queda del espíritu fundacional?
-Europa Galante nació porque faltaba una agrupación que se dedicara a la interpretación históricamente informada en Italia, sólo había conjuntos extranjeros principalmente del norte de Europa y la idea fue recuperar un espacio del mercado que estaba en aquellos momentos olvidado. Una reivindicación de volver a nuestro repertorio pero con una cara distinta pues hace 30 años no había una presencia latina o mediterránea en él. Lo que me parece increíble, tres décadas después, es que cuando nos enfrentamos a una nueva partitura todavía somos jóvenes, siempre hay luz en los ojos, curiosidad e interés. En Europa Galante se da una relación muy saludable con la música y también con la idea del descubrimiento, nos entusiasma servir a la música y hacerla viva para que el público la disfrute, pero cuando se trata de una ópera como Argippo que tiene 250 años sucede, además, algo milagroso.
-Su grabación de Las cuatro estaciones es otro de los hitos en la trayectoria de Europa Galante. ¿Quién es Antonio Vivaldi para usted ahora?
-Volver a Vivaldi es como reencontrarme con un gran amigo, ha sido esencial en mi vida desde el principio, y de hecho el primer disco de Europa Galante estuvo dedicado a sus conciertos. Aunque tuvo también algunos momentos rutinarios, es la personalidad musical italiana más importante del siglo XVIII ya sea como violinista o como creador de música vocal e instrumental. Es un maestro con el que la composición siempre evoluciona.
-¿Cómo combina su agenda como intérprete y director en solitario con la de Europa Galante en este contexto pandémico?
-Tengo muchos compromisos como director de orquesta y recitales como violín solista con otras formaciones, sigo diversificando mi actividad. Con Europa Galante tengo además nuevos proyectos de ópera como una producción en Ginebra de Il ritorno d'Ulisse in patria de Monteverdi, una ópera de Bellini, varias grabaciones, una gira por Rusia… Esperamos volver a la normalidad porque ha sido un año muy duro. Ha sido esquizofrénico, ha sido como apagar y encender la luz constantemente, encadenando momentos de libertad con otros de prisión; siempre con esa dicotomía, una esperanza que de pronto era fulminada por las cifras de víctimas y los problemas sanitarios, sociales y económicos. Unos problemas que vuelven otra vez, con la actividad musical paralizada en Italia. Afortunadamente al tener Europa Galante una agenda internacional hemos sufrido menos que otros conjuntos. Es esencial que la vacuna se administre lo más pronto posible.
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