Vodevil con mar gruesa
Crítica 'Entre amigos'
ENTRE AMIGOS. Comedia, Francia, 2015, 85 min. Dirección: Oliver Baroux. Guión: O. Baroux, Éric Besnard, Richard Grandpierre. Fotografía: Régis Blondeau. Intérpretes: Daniel Auteuil, Gérard Jugnot, François Berléand, Zabou Breitman.
Ajeno a los cambios generacionales, o simplemente aferrado a la nostalgia de los recién jubilados con buena pensión y mucho tiempo libre, el cine francés sigue fiel a la tradición y las formas ligeras del vodevil veraniego como reflejo y agasajo de esa clase media burguesa que, instalada en el estereotipo perpetuo, sigue siendo su público potencial.
Entre amigos reúne en un yate de lujo a tres parejas de sesentones y a un buen puñado de actores y actrices populares (Auteuil, Jugnot, Berléand) para lanzarse a la improbable comedia generacional de la lucha de los sexos, el humor a costa de los achaques de la edad, los eternos recelos femeninos y las confesiones y reproches a media noche.
Más allá de su humor amable y romo, disfraz barato para perpetuar el conservadurismo y la tradicional misoginia del género, la cinta tampoco calibra bien el tiempo y el tono que Baroux y sus guionistas le dedican a la tormenta en alta mar que servirá de catarsis; tanto que, por momentos, se diría que la película ya no quiere ser una comedia de enredo sino más bien una parodia geriátrica y plasticosa del naufragio del Titanic.
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