El hombre que amaba los platos voladores | Estreno en Netflix
El gran carnaval extraterrestre
Crítica de Música
CUARTETO BÉTICA
XVI 'Noches en los Jardines del Real Alcázar'. Cuarteto Bética: José Manuel Martínez, violín I; Alan Andrews, violín II; Michael Thomas, viola; Israel Fausto Martínez, violonchelo. Programa: 'Viajes existenciales': Cuarteto nº1 en mi menor 'De mi vida' de Smetana; Cuarteto nº12 en fa mayor 'Americano' de Dvorák. Lugar: Jardines del Alcázar. Fecha: Viernes 4 de septiembre. Aforo: Casi lleno.
El Cuarteto Bética está formado por músicos bien conocidos del ambiente sevillano que trabajan, entre otros proyectos, con el de la Orquesta Bética de Cámara. Liderados desde la viola (al menos espiritualmente) por Michael Thomas, uno de los grandes cuartetistas del mundo, que reside desde hace mucho en Andalucía, una región que en este momento lo desaprovecha miserablemente (es una impresión personal), el grupo ofreció en el Alcázar obras de los dos grandes maestros del nacionalismo decimonónico checo. Posiblemente sus obras de cámara más difundidas y prestigiosas.
El protagonismo de la viola en el cuarteto De mi vida de Smetana, obra de pretensiones autobiográficas pero excelentes hechuras formales, pareció favorecer una interpretación de voces bien empastadas en sus timbres medios, aunque no faltó la exaltación juvenil del arranque ni ese segundo violín casi desafinado del mordaz Scherzo ni el lirismo del violonchelo en un Largo sostenuto acaso demasiado elegíaco ni, por supuesto, ese mi agudísimo del primer violín en el Finale, preludio de la sordera en la que terminó viviendo el compositor y del morendo emotivo y patético con el que termina la obra.
En Dvorák dominó en cambio la plasticidad en el desarrollo de los temas melódicos y rítmicos tanto como la variedad en el color: el Cuarteto Bética hizo una interpretación muy medida, lírica en un Lento no especialmente poético, tibia en un Molto Vivace menos chispeante y fulgurante de lo previsto para desatarse finalmente en ese Finale con su aire de danza contagioso, que sonó pleno de gracia, claridad polifónica y exuberante vitalidad.
También te puede interesar
El hombre que amaba los platos voladores | Estreno en Netflix
El gran carnaval extraterrestre
Atrapados | Crítica de flamenco
A la perdición de los bares de copas
ORQUESTA BARROCA DE SEVILLA | CRÍTICA
Furores, tormentas y bel canto
Lo último