"Nuestro primer objetivo de la temporada es poner un pie en Madrid"
Ventura Rico | Coordinador General de la Orquesta Barroca de Sevilla
Con un concierto que se celebra el próximo viernes 21 en el Museo del Prado, la Orquesta Barroca de Sevilla comienza su intensa actividad de este curso en la capital española
De la temporada de la Orquesta Barroca de Sevilla son públicos los siete conciertos que ofrecerá entre enero y mayo en el Espacio Turina y algunas actuaciones vinculadas al CNDM o al Teatro Real, que presentaron hace tiempo sus programaciones, pero la actividad del conjunto es mucho más importante este curso. Ventura Rico llega acompañado de su mano derecha en la orquesta, Patricia González, responsable de gestión y producción del conjunto, para desgranar lo que ambos califican "de un año excepcional, no tanto por el número de conciertos, sino por los sitios a los que vamos".
"Estaremos en el Palacio Real, en el Teatro Real, en el Auditorio Nacional, en el Museo del Prado, en el Palau de la Música de Barcelona, en el Festival de Granada y negociamos con otros festivales de primera línea. Además iremos a Alemania. Para nuestra proyección es un año importantísimo", se lanza Rico. Y Patricia González apuntala: "Además, por ejemplo es el tercer año consecutivo que vamos a la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional. Ya era importante estar una vez, pero consolidarnos es fundamental". Para el músico sevillano, "el primer objetivo de la orquesta esta temporada es poner un pie en Madrid. Debemos trascender el ser un fenómeno local para ser nacional. Creo que de hecho lo somos, porque no hay ninguna orquesta freelance en nuestro segmento que tenga ni de lejos nuestra actividad, pero para que eso se vea y esté en la mente de quienes se sientan en los centros de decisión es importante estar en Madrid. Estamos haciendo un esfuerzo para ello. Hemos tenido este año un fiasco gordísimo, porque íbamos a hacer un programa muy interesante con el Coro Nacional y al final no salió por un desencuentro con Félix Palomero. Él pensaba que no podía ser que repitiéramos muy seguido en la misma sala, porque también íbamos con el CNDM. Pero ese es justamente nuestro objetivo, tener presencia allí. Lo conseguiremos. Hemos de intentar que las relaciones con las entidades se consoliden, no sean coyunturales. Esta temporada podemos hacer ofertas interesantes, con proyectos ya rodados".
Proyectos como el del próximo viernes en el Museo del Prado, en el que presentan, junto al violinista Hiro Kurosaki, Sinfonías de Haydn en la versión camerística de Salomon que tanto éxito ha reportado al conjunto cada vez que las ha interpretado. El 11 de noviembre volverán al Prado con los Conciertos de Brandeburgo, otro éxito reciente del grupo que, a finales de octubre, habrá pasado también por Galicia, con actuaciones en Ferrol y Lugo ("teníamos un tercer sitio, pero se cayó"). No terminan ahí los eventos del mes, pues "vamos a grabar Con nuestras mejores galas, un programa que hicimos el curso pasado, con nuestros propios músicos de solistas. Seguimos queriendo ofrecer una programación basada en la calidad, que contará con grandes directores y solistas internacionales. Pero tampoco queremos olvidarnos de nuestros propios músicos, que pueden ofrecer esa calidad a la que no renunciamos. Este año teníamos apalabrado tres veces a Shunske Sato, pero nos ha cancelado dos. Para 2023-24 puedo adelantar que habrá un desfile importantísimo de grandes figuras, especialmente violinistas".
Seguimos con la actividad madrileña de la OBS: "A principios de diciembre presentamos en el Palacio Real el recital de arias de Bach con Ariel Hernández que hicimos este verano en el Festival deGranada", aunque lo más destacado de su desembarco madrileño es la presencia en el Teatro Real con la recuperación de Achille in Sciro de Corselli, ópera que se cayó a punto de ser estrenada en 2020 por la pandemia y recuperan en febrero: "Las condiciones son un poco más precarias. Tienen un solo cast de cantantes, son cinco funciones frente a ocho y hemos tenido que retocar la plantilla porque nos han recortado el caché. En realidad a este proyecto no le sacamos beneficio económico alguno, pero creo que hay que estar, y además aprovechamos para hacer en día de descanso un concierto en Sevilla [el del 18 de febrero en el Espacio Turina, con Bojan Čičić como violinista y director]".
Aquí tercia otra vez Patricia González: "Y cuando hablamos de beneficio hablamos del sostenimiento estructural. La ley de contratación te permite un porcentaje para sostener la estructura del conjunto y un porcentaje adicional para beneficio empresarial, que es el que te permite reinvertir. Pero el 80% de los conciertos que vendemos de los que no son deficitarios, los vendemos por debajo de ese porcentaje, y a veces nos dicen que es muy caro. Sostener la estructura es muy difícil". Y Rico añade: "Es un problema estructural de España. Les pasa a todos los grupos. No puede ser que todos los españoles seamos imbéciles y los extranjeros muy listos. Creo que la estructura falla. No hay un entramado legal que favorezca nuestra actividad. La ley de subvenciones es un desastre. Subvenciones que van al déficit y que esperas a septiembre u octubre para saber si te la han dado. Y luego un mercado manejado por grandes agencias cuyo negocio está en vender giras de grandes orquestas extranjeras".
No por repetidas son menos significativas las quejas generalizadas del sector sobre el entorno administrativo en el que tienen que competir y contra el que luchan: "Cada vez ocupa más tiempo; un tiempo que deberíamos dedicar a buscar conciertos, pero estamos preocupados por cosas surrealistas, como, por ejemplo, comprobar que el transportista del clave tenga el curso de riesgos laborales, porque si no, no lo dejan entrar en el teatro, cosas así, que te ocupan cada vez más horas. Se está llegando a un nivel inconcebible. Estamos haciendo contratos de 105 páginas para dar un concierto, como si te leyeras una novelita cada vez". González añade: "La ley no acompaña; cualquier contrato artístico que sea de un mínimo peso supera la cantidad del contrato menor, y se convierte en realidad en una licitación, peculiar porque es un contrato artístico, pero los plazos de ejecución son amplísimos, y supone un lastre para los dos partes. Es una carrera de fondo para hacer el concierto que ya has pactado. Además cada vez que se concurre a una subvención es como una aventura, porque normalmente tienes que adelantar gastos sin saber si la tendrás o no".
El conjunto ha concurrido este año a tres subvenciones, "una de la Junta de Andalucía, que nos permite hacer el concierto del Festival de Cádiz; otra del ministerio, a giras, que nos han concedido, y nos permite hacer los conciertos de Galicia; y otra que es a través del ministerio también, pero es de la Comunidad Europea, para contenidos digitales, y que aún no se ha fallado. Es importante porque nos gustaría renovar la página web e invertir en redes e imagen".
Otro de los objetivos largamente acariciados de la OBS es su expansión internacional, "pero eso es muy difícil. Cada vez que proponemos algo se escandalizan por nuestros costes. La única forma de salir es con un grupo pequeño, subvencionado, y con un programa muy característico. Este año hemos estado en Postdam con un proyecto de formato pequeño gracias a una colaboración con el CNDM". En esta temporada la OBS hará en cualquier caso una gira por Alemania con el Oratorio de Navidad de Bach. Lo cuenta Patricia González, que ha llevado el peso de la gestión de este proyecto: "Trabajamos en colaboración con la Agencia Camera, que es la que lleva el ciclo de La Filarmónica del Auditorio Nacional. Lo hacemos con el Coro de Niños de Winsbach, que ha trabajado con ellos en el pasado. Incorpora la idea tradicional de la Escuela de Niños Cantores. Salen de gira con todo su equipo pedagógico, pero hacen muy pocas giras, una cada 3 o 4 años, porque es un despliegue importante. Hacemos cuatro conciertos en España: Auditorio Delibes de Valladolid, Palau de la Música Catalana de Barcelona, Maestranza y Auditorio Nacional, y ahí enlazamos con tres conciertos en Alemania". "De todas formas –añade Rico– tenemos el músculo que tenemos. Hay que priorizar, y lo prioritario es Sevilla, Madrid y el resto del circuito nacional, si salen cosas interesantes. Lo otro sería estupendo, pero habría que invertir un esfuerzo desproporcionado".
Aparte la programación del Turina y del Oratorio de Navidad que se hará en el Maestranza, "íbamos a repetir en el teatro con el programa patrocinado por el Consejo General de Cofradías, que hicimos el año pasado con Leonor BonillaLeonor Bonilla; este año sería un formato parecido, también con cantantes y arias de concierto de Mozart. Pero ahora mismo está en el aire, pues desde el Consejo nos han dicho que se les ha caído el apoyo de la Junta de Andalucía, que lo está cancelando todo, porque también nos ha cancelado Úbeda, donde presentábamos el programa de recuperación de patrimonio con música de Ignacio de Jerusalem, que haremos en Sevilla a finales de enero. Antes lo habremos hecho también en Cádiz, gracias a la subvención de la Junta a la que concurrimos. Va a ser un desastre económico para nosotros, porque el proyecto se apoyaba en tres patas, y además lo grabamos en disco, pero ya no podemos retroceder, porque, por otro lado, el del rescate patrimonial es un compromiso al que no queremos renunciar".
Otra importante relación sevillana de la orquesta es la que mantiene con el Cicus: "Siempre hemos tenido buena relación. Con Concha Fernández hicimos todo Atalaya, época dorada de la orquesta. Ahora mismo, nuestra relación es bastante estable: uno de los conciertos del Espacio Turina es con ellos, y además repetimos el proyecto pedagógico con chavales, este año con Teseo y Ariadna, en la misma línea del año pasado, que lo hicimos con Dido y Eneas; además, estamos cerrando un concierto para la apertura del curso académico". Más cercana en el tiempo pero no menos importante es la vinculación al Cartuja Center Cite: "Seguimos teniendo nuestro convenio para poder ensayar allí. Nuestro compromiso es que le damos un concierto al año. Pero el año pasado nos dimos cuenta de que el sistema electrónico de concha acústica no estaba adaptado para una orquesta de nuestras características. Había solo tres presintonías y ninguna iba bien con nosotros, aunque eso nos ha permitido negociar para que añadan nuestra propia configuración. Estamos trabajando con ellos en un proyecto más grande para la temporada siguiente, que podemos adelantar que tendrá una parte de flamenco, pero no será fusión, será un espectáculo con danza, con una bailaora, que hará un trabajo muy austero, creo que va a quedar bien, pero no puedo contar nada más". Esta apuesta por el flamenco "le fue muy bien a Fahmi Alqhai y su Accademia del Piacere, y a nosotros nos gusta copiar lo bueno. No sé, igual nos equivocamos y no sale. Pero pretender vender los Brandeburgo en Francia o Alemania es una fantasía. Quizás con algo así tengamos más posibilidades".
Otra presencia importante del próximo curso será la vuelta "al horario nocturno del Festival de Granada, en el que tocaremos las Suites de Bach que ya hicimos este año en Sevillay Madrid con Giovanni Antonini. Estoy fascinado con Antonini y su forma de ensayar. No para de tocar, mientras tocamos nos va hablando, sin parar, tocamos, tocamos y así a lo mejor en quince minutos hemos tocado siete veces el mismo minueto. Nadie ensaya así. También me gustaría añadir que este año recuperamos a Enrico Onofri, que no pudo estar la temporada pasada por problemas de fecha. Y Enrico también es extraordinario en los ensayos".
Al final de la conversación salen algunos otros temas, como la relación con la Asociación de Amigos, que Ventura Rico piensa puede ser clave en el futuro del conjunto: "Vamos muy bien. Durante la pandemia bajó la afiliación, y ahora está volviendo a subir. Una vía de futuro es que la asociación se convierta en sociedad de conciertos y pudiera gestionar las actividades sevillanas de la orquesta. Tengo 59 años y hay que ir planteando una sucesión, tenemos vías que explorar, y una de ellas podría pasar por eso. Por otro lado, en el corto plazo, y para este año, queremos pensar que el adelanto de la venta de entradas y el hecho de tener abonos nos permita recuperar algo de lo que teníamos antes de la pandemia, aunque es cierto que han cambiado algunos hábitos, y no es fácil. Hay que hacer algo con el público. Estamos en conversaciones con la Pablo de Olavide y con la Loyola para iniciar un programa de estimulación para la asistencia de los alumnos a los conciertos. También vamos a firmar un convenio con el Conservatorio, para que los solistas que nos visitan puedan hacer clases magistrales. Eso ya lo hacíamos con la Universidad, pero fue un fracaso".
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