¿Merecemos estos vándalos?

Es bien conocido el secular retraso de España en asuntos musicales, en particular en cuanto a tradición coral y al movimiento de recuperación de las músicas históricas. Eso explica que la aparición de un cuarteto vocal dedicado al repertorio renacentista del nivel de Vandalia haya debido esperar al siglo XXI.Y, visto el nivel del grupo y la relativamente escasa asistencia de público ayer, aún duda uno de que los sevillanos merezcamos que tal lujo tenga sede en nuestra ciudad, más aún cuando el repertorio a interpretar incluía algunas de las piezas corales más bellas y famosas escritas en castellano y su autor es también hispalense, caso del gran Guerrero.

Vandalia ha alcanzado un sobresaliente nivel de calidad de sonido, afinación, homogeneidad y seguridad, a una altura que antes parecía al alcance sólo de conjuntos del norte de Europa. Perfectamente transparentes y casi perfectamente igualados en volumen (tal vez el bajo algo por encima del tenor), el cuarteto mantuvo firme la afinación general y el pulso rítmico, las dos vías de agua por las que suele naufragar la polifonía a la menor fuga.

El conocimiento pleno del estilo (Renacimiento ibérico, hábitat natural del grupo) les permitió además tirar de recursos interpretativos como unas dinámicas muy amplias e incluso cierto uso del color. Tal vez ahí, como en los glosados mostrados en Si tus penas no pruevo, tenga el conjunto uno de los puntos en que superar a sus modelos y encontrar camino propio: siempre muy pendientes de mantener un sonido inmaculado, en las propinas (Zorongo de Lorca y bis de Pan divino) liberaron una cálida y colorista expresividad.