La UAL controla la agricultura almeriense desde el cielo
Drones
Su servicio periférico de I+D a través de drones detecta plagas y variables como humedad, nutrientes o enfermedades
Almería/Los drones han revolucionado el modo de captar imágenes desde una perspectiva aérea. Se ha creado un mercado de dimensiones desorbitadas en torno a las posibilidades de captación estética que ofrece. Pero su uso va mucho más allá. Supone el futuro para muchos campos y la Universidad de Almería ha conseguido aplicarlo a uno que es fundamental para el desarrollo de la economía almeriense, el de la agricultura.
La Universidad de Almería se ha convertido, a través de su servicio periférico de I+D basado en drones, en la herramienta de futuro más llamativa para el campo almeriense, pues con estos vuelos aéreos no tripulados se puede llevar a cabo la detección de variables de cultivo como humedad, nutrientes, plagas y enfermedades, así como estados del cultivo. A partir de imágenes tomadas con cámaras térmicas o infrarrojas, podemos detectar problemas en los cultivos y tratarlos antes de que afecten a la cosecha. Además, gracias a la georreferenciación de las imágenes, se pueden realizar mapas para el tratamiento diferencial de la parcela.
El ataque de plagas o la afección por enfermedades pueden ser detectadas antes de que los síntomas sean visibles. Esto posibilita la toma de decisiones con un margen de tiempo suficiente como para que la producción no se vea afectada. En determinados cultivos, es posible detectar el grado de madurez para poder realizar la cosecha en el mejor momento, cuando la calidad del producto es óptima.
Además, se pueden detectar zonas afectadas por malas hierbas así como el grado de afección, contando de esta forma con la información necesaria como para decidir cómo actuar y dónde actuar.
Aplicación de la fotogrametría
Pero los drones también crean un nuevo concepto de documentación arqueológica. Los arqueólogos tienen cada vez más claro que la mejor manera de descubrir qué se esconde bajo tierra es buscar desde el cielo. Por ello, los drones son la herramienta ideal en esta disciplina científica. Desde hace varias décadas, la prospección guiada por termografía (imágenes de calor) ayuda a los arqueólogos a localizar edificaciones bajo tierra, gracias a que las paredes de piedra y ladrillo emiten calor de una forma diferente al suelo circundante. Pero los drones no resultan útiles únicamente en el campo de la termografía aérea: también se les equipa con sensores infrarrojos y dispositivos GPS para realizar mapeados 3D y registros digitales de yacimientos, conservando los datos para su uso futuro si hiciera falta proceder a su restauración.
La fotogrametría desde drones para el estudio del patrimonio cultural es algo posible gracias a a estos equipos, los cuales permiten ser programados para realizar una ruta fijada en la que se pueden incluir puntos de paso y llevar a cabo en ellos una serie de acciones, como por ejemplo la realización de una fotografía.
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