Alba Molina | crítica
No lo es ni pretende serlo
LINA TUR BONET & SOLISTAS DE LA OBS
****Programa: Obras de B. Selma y Salaverde, G. A. Pandolfi Meali, A. Falconieri, D. Scarlatti, A. Caldara, F. M. Veracini y A. Corelli. Intérpretes: Lina Tur Bonet, violín; Mercedes Ruiz, violonchelo; Alejandro Casal, clave y órgano. Lugar: Espacio Turina. Fecha: Sábado, 20 de enero. Aforo: Lleno.
Cuando Velázquez pinta en Sevilla, hacia 1617-1618, su cuadro Los tres músicos, el violín era aún un instrumento asociado a los bailes populares y a las danzas de taberna. La presencia del vino, del pan y de un mono (alegoría tradicional de los vicios) nos arrastra hacia las casas de la gula sevillanas, lugares donde dar rienda suelta a los vicios al son de vihuelas, bandolines y violines.
Pero no pasarán veinte años para que el violín adquiera categoría musical y se instale en palacios y capillas, con una eclosión de creatividad y fantasía, libre de ataduras formales, como las que Lina Tur Bonet seleccionó para la primera parte de su recital. Un recital, además, muy a la medida de la personalidad artística de esta soberbia violinista, para quien no supusieron problema la infinidad de pasajes complejos y virtuosísticos de las piezas de Selma, Pandolfi o Falconieri. El estilo passeggiato no guarda secretos para ella, con sus modulaciones bizarras (Pandolfi) y sus expresivos desplazamientos tonales (Selma). Y, ya metida en harina dieciochesca, los intrincados pasajes de Veracini y Corelli, combinados con la cantabilidad de su fraseo en los pasajes más líricos, salieron de sus manos con brillo y energía en los acentos, con pasajes deslumbrantes en la famosa Folía de Corelli.
Junto a ella compañeros de lujo, con una Mercedes Ruiz de sonido poderoso y articulación que echa chispas en los acentos. Hubo bellísimos diálogos con el violín en el Capriccio de Veracini y, sobre todo, en La suave melodía de Falconieri, con violín y chelo alternando pizzicato y melodía. Y en la sonata de Caldara pudo Ruiz explayarse a gusto como solista. En la Ciaccona de Veracini su violonchelo llegó a arrebatar presencia sonora al violín, tal fue la energía y el brillo de su fraseo. Casal impecable, como siempre.
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