'Totem': el Circo del Sol vuelve a instalar en Sevilla su Carpa Blanca
El andaluz Alejandro Romero es el director musical de este espectáculo, que se verá en la ciudad desde el 25 de enero
La propuesta repasa la evolución de la Humanidad
Es sabido que por los mundos mágicos donde transcurren sus historias y por las proezas asombrosas con las que sus acróbatas desafían a la lógica los espectáculos del Circo del Sol ejercen un raro hechizo en el público, al que invitan a soñar y a abstraerse en las fantasías más insospechadas. También los que un día acaban formando parte de la gran familia del Cirque du Soleil sucumbieron antes a ese embrujo que provocan las impactantes propuestas de la compañía. Le ocurrió al músico Alejandro Romero (Sevilla, 1980), que allá por el año 2004 salió fascinado de una función de Saltimbanco y albergó el propósito a priori poco realista de unirse a aquel colosal equipo. Cinco años después, el sevillano conseguía sumarse a esa producción, y comprobar que los sueños no tienen por qué ser efímeros: tras Saltimbanco, vinieron Varekai y Totem. Con este último título, y como director musical del espectáculo, Romero estará en su ciudad natal desde el 25 de enero, en lo que supondrá el regreso del Circo del Sol a la capital andaluza con su gran Carpa Blanca después de unos años en recintos más modestos.
El músico parecía predestinado a su oficio por razones familiares -es hijo del batería Lorenzo Romero, uno de los nombres de ese efervescente rock andaluz de los años 60 y 70-, pero sin embargo tardó en descubrir su vocación. "En mi casa no faltaba la música, y la ilusión de mi padre era que yo tocara. Recuerdo que me compraba teclados cuando era niño", cuenta Romero, que pasó unos años por el Conservatorio "pero me aburrí". Al final, fue el pianista y saxofonista de origen cubano Rafael Garcés quien con sus clases le inoculó "el veneno de la música. Y, de repente, ahí estaba, convertido en un intérprete profesional", rememora el andaluz.
Trabajo no parecía faltarle a Romero por España -a lo largo de su carrera, ha acompañado a cantantes tan diversos como Argentina, Vanesa Martín o David de María-, pero llamar a las puertas del Circo del Sol le llevó a cambiar de escenario. "Decidí intentarlo, les mandé un vídeo y sonó la flauta", explica.
Se incorporó a Saltimbanco en 2009. "Y fue muy emocionante, porque a muchos de los profesionales con los que acabé trabajando en aquel espectáculo los había visto yo en aquella función en Sevilla años atrás", asegura. El contacto con los artistas en este tiempo no ha hecho sino aumentar la admiración que siente por ellos. "Desde fuera tienes esa sensación de que son casi extraterrestres, porque es tan asombroso lo que hacen... Pero cuando trabajas y convives con ellos, y se convierten en casi tu familia, te impresiona más esa capacidad que poseen porque los tienes ahí, jugando al fútbol o comiendo, y a la media hora están jugándose la vida. Me siguen impresionando, yo no me termino de acostumbrar", admite sobre el virtuosismo casi temerario de sus compañeros.
En Totem, un espectáculo que presentó esta semana en Sevilla, se despliega "una historia de la evolución humana", desde "nuestra forma anfibia original hasta la aventura última de volar", un camino en el que se exploran, adelanta la publicidad, "nuestros sueños y nuestro potencial infinito". Un argumento que se traduce en los espectaculares números a los que acostumbra el Circo del Sol, como los que protagonizan unos acróbatas que se lanzan cuencos con los pies mientras manejan un monociclo o una pareja que entrelaza sus cuerpos en una danza sobre un trapecio.
Esa mezcla de orígenes que caracteriza al Cirque du Soleil -en Totem participan 46 artistas de 16 países- también se aprecia en una partitura en la que se encadenan sonidos diversos, expone Romero. "Música africana, música india, incluso de Bollywood, funky, rock... Los nativos americanos tienen mucho peso en la obra, y por eso usamos tambores y mucha percusión", detalla.
Con el Circo del Sol, el director ha estado ya en 35 países, "y además con tiempo para ver cosas de los sitios en los que nos quedamos, no me puedo quejar", celebra, aunque al momento añade: "Lo que más me emociona de la gira europea es actuar en Sevilla, venir con el Circo del Sol, porque es el sueño que tuve cuando vi Saltimbanco", afirma.
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