Alba Molina | crítica
No lo es ni pretende serlo
Cómic
Hubo un tiempo en el que un joven heredero regresó a la ciudad que le vio nacer. Poca gente pudo verle, ya que se mantenía prácticamente enclaustrado en su enorme, solitaria y fría mansión, con la única compañía de su fiel mayordomo.
Aquellos fueron tiempos difíciles para la ciudad de Gotham, que comenzó a padecer una extraña epidemia protagonizada por la aparición de docenas de villanos, la mayoría producto de una enfermedad mental, que convirtieron sus calles en un auténtico infierno para las fuerzas del orden.
Batman: Tiempo muerto
Guion: Tom King
Dibujo: David Márquez
Tapa dura
Color
208 págs.
27,50 euros
ECC Ediciones
Es por ello que, como si de una vacuna se tratara, sobre los edificios de la urbe apareció la solución a tal mal, en forma de sombra que infundía el terror a aquellos criminales que se cruzaran con él.
Le llamaban Batman.
Pues bien, el guionista Tom King, acompañado por el dibujante español David Márquez, nos van a invitar a un viaje en el tiempo en el que la acción de este cómic se sitúa en aquellos primeros años en los que el Caballero Oscuro hizo frente a su casi recién nacida galería de villanos.
Al mismo tiempo, con una precisión casi enfermiza, en dos puntos opuestos de la ciudad, se cometerán un par de robos. Uno de ellos especialmente violento, a manos de una monstruosa fuerza de la naturaleza, un difícil oponente para aquel que ose plantarle cara.
El otro robo es más tranquilo, por decirlo de alguna manera, pero implica la sustracción de un objeto que se va a convertir en el punto medio sobre el que va a girar, como las agujas de un reloj, toda la apasionante trama de esta historia en la que los saltos temporales van a ser una constante, llevándonos de un lugar a otros, fijando su atención en los diferentes protagonistas, que son nada más y nada menos que el trío formado por El Pingüino, El Acertijo y Catwoman.
Frente a ellos un Batman que tendrá que someter su inteligencia deductiva y resistencia física a uno de los retos más difíciles de su, hasta entonces, corta existencia como vigilante.
Y lo peor vendrá cuando otros 'operativos' se unan a la trama, alguien contra el que los protagonistas de la historia tiene muy poco que hacer, ya que domina todos los tipos de lucha habidos y por haber, anticipándose a cualquier movimiento o táctica…
Pero, ¿qué se esconde en la pequeña cajita que todos quieren? No os lo voy a revelar aquí, claro está, pero el tándem de creadores, utilizando una imaginaria máquina del tiempo van a retroceder mucho para mostrarnos el origen de tan deseado objeto, y todas las manos por las que ha ido pasando a lo largo de los siglos.
¿Qué deciros de Tom King que no se haya comentado ya? Debido a la originalidad de sus planteamientos y su calidad como escritor, se ha justamente proclamado como uno de los mejores y más interesantes guionistas del panorama norteamericano.
Junto a él, David Márquez, con un estilo fuertemente influenciado por el manga, que cumple con muy buena nota, realzando sus páginas el color de otro compatriota, Alejandro Sánchez.
Una auténtica carrera contrarreloj, cuya conclusión os va a dejar totalmente boquiabiertos, ya que os aguardan más de una sorpresas.
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