Textos como flechas afiladas

Páginas de Espuma publica 'Por favor, sea breve 2', una nueva antología del microrrelato en español con casi 200 obras, muchas inéditas, seleccionadas por Clara Obligado

La escritora argentina Clara Obligado, esta semana, durante su visita a Sevilla.
La escritora argentina Clara Obligado, esta semana, durante su visita a Sevilla.
Francisco Camero / Sevilla

20 de marzo 2010 - 05:00

Son textos "extremadamente modestos", pero buscan lo que siempre persiguió la literatura: suspender y maravillar, en la expresión cervantina. Para ello, lanzan sus flechas afiladas al mínimo desde una frontera incierta, tan cerca del aforismo, la greguería o el haiku como de "una esquela, la lista de la compra o una nota en la nevera", dice Clara Obligado, escritora argentina afincada desde hace casi tres décadas en Madrid y entusiasta lectora de microrrelatos.

Suya vuelve a ser la selección de las casi 200 obras, muchas de ellas inéditas, recogidas en Por favor, sea breve 2, un volumen publicado por Páginas de Espuma que se propone como una mirada al "estado actual de la cuestión" tras el gran éxito de la primera antología, editada en 2002 y pronto convertida en un inventario canónico para los amantes del género. Más de un centenar de autores se dan cita ahora en este libro que atiende por igual a consagrados (Ana María Shua, José María Merino, Felipe Benítez Reyes, Andrés Neuman, Hipólito G. Navarro, Fernando Iwasaki, Javier Tomeo, Juan José Millás...) y jóvenes todavía desconocidos.

"Ha cambiado mucho la situación", explica Obligado sobre la evolución de la microficción en estos años. "Ahora hay ya gente joven que se ha formando leyendo textos hiperbreves, el dinosaurio de Monterroso empieza a estar un poco de costado. Las temáticas se han diversificado, incluso la forma de escribir también ha variado. Este cambio se ha visto sobre todo en España, donde hay muchísimos jóvenes autores. Se nota que han leído a los latinoamericanos, y se ve también que los latinoamericanos han empezado a leer a los españoles", dice la antóloga.

La escritora relaciona el auge de esta forma "mestiza" de creación literaria con "el cambio de soporte". "Internet es muy adecuado para la microficción, la red está llena de páginas, la gente intercambia textos... Creo que la imprenta fue al Quijote lo que internet es al hiperbreve". También han contribuido a ello la vitalidad de muchos de sus propios lectores -"es ideal para los jóvenes, parece ser un esfuerzo menor que un libro y es muy estimulante"- y la desaparición de viejos "prejuicios", como aquél que sostenía que el microrrelato era para escritores "vagos". "Tan vagos como los que escriben poesía, ¿no?", se pregunta retóricamente.

Una prueba de la superación de estos lugares comunes es el interés que ha despertado el microrrelato en los estudios teóricos de críticos y y universitarios. En este último ámbito trabaja la profesora de la Universidad de Salamanca Francisca Noguerol, autora del interesante prólogo del volumen. En él se recuerda la idea, expresada por Roland Barthes, del "naufragio del verbo" hacia 1850. "Conscientes de que ya todo estaba dicho" y de "la imposibilidad de alcanzar la perfección", seducidos además por una "nostalgia del silencio", escribe Noguerol, muchos escritores optaron por "hablar desde el borrador, el sketch o el esbozo".

Kafka, Rubén Darío, Gómez de la Serna o Max Aub, que llamaba "cagarritas" a sus prosas escuetas aún sin nombre genérico, son algunos de los ilustres predecesores de este boom, que parte de la convicción de que lo importante no es "la peripecia", sino "la explosión semántica", o el "éxtasis de la levedad", como lo define Luis Britto. "Síntesis, imaginación, elipsis, sugerencia, y la cualidad de caminar hacia una nuez, de concentrarse hacia adentro"; éstas son, para Obligado, las características indispensables de un género "difícil y lento" que "convoca el silencio en un mundo lleno de ruido" e "ilumina el detalle para, a través de lo mínimo, expresar lo máximo".

"Son cuentos cuyo resumen es más largo que el cuento en sí", continúa la autora. ¿Cómo resumir más estas palabras de Borges, que atrajeron ya para siempre a la autora a estos territorios mínimos? "Yo, que tantos hombres he sido, no he sido nunca aquél en cuyo abrazo desfallecía Matilde Urbach".

También es improbable que se pueda contar con menos palabras esta otra pieza: "Le abandoné porque ya no sabía qué regalarle". Es de Care Santos, incluida en el libro y representante de una nueva generación particularmente interesada, explica Obligado, en hablar de temas fantásticos y de terror (con especial predilección por la figura del vampiro), en los juegos lingüísticos y la ironía y en una sentimentalidad "desinhibida", sobre todo entre las mujeres.

Con motivo de la publicación del libro, Páginas de Espuma y el taller de escritura que dirige Obligado han convocado un premio. Todos los textos deben comenzar con la frase "Por favor, sea breve, dijo...", y no superar los 500 caracteres. Los interesados pueden enviar sus originales a porfavorseabreve@ppespuma.com antes del próximo 13 de mayo. Un jurado integrado por Raúl Brasca, José María Merino y Ana María Shua seleccionará 20 obras, que serán publicadas por la editorial madrileña.

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