Territorios: crisis y algo más
Música
El veterano festival musical reduce su agenda de conciertos y concentra su propuesta en un solo fin de semana, del 3 al 5 del próximo mes de junio · Salif Keita, Los Planetas, Pony Bravo y SFDK encabezan un cartel aún no cerrado
El músico malí Salif Keita, la banda granadina Los Planetas y los sevillanos Pony Bravo y SFDK son algunos de los artistas ya confirmados para la XIII edición del festival Territorios, que se celebrará entre el 3 y el 5 de junio en el Monasterio de la Cartuja, sede del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC).
Aunque el cartel definitivo aún no está cerrado, la organización, con considerable retraso respecto a años anteriores, ha anunciado también la presencia en el certamen de Gentleman & The Evolutions y Mulatu Astatke & The Heliocentrics, que acompañarán a Keita en la primera jornada, el jueves 3, centrada en las músicas de raíz.
Para el viernes 4, junto a Los Planetas, que acaban de publicar el álbum Una ópera egipcia, se espera la presencia de Retribution Gospel Choir –formación paralela de Alan Sparhawk, guitarrista y cantante de la banda norteamericana Low–, la cantante mallorquina Maika Makovski –recientemente producida por John Parish y recurrentemente comparada con PJ Harvey– y los mencionados Pony Bravo, responsables de uno de los discos más sobresalientes del rock nacional de los últimos años, Si bajo de espalda no me da miedo (y otras historias), y embarcados ahora en la grabación de un nuevo álbum.
Por último, la del sábado 5 se perfila como la noche dedicada al rap, con actuaciones de los citados SFDK –ya habituales en el festival–, Chacho Brodas –proyecto del productor Griffi– y Morodo, entre otros artistas por confirmar.
Según diversas fuentes consultadas, los notables recortes presupuestarios por parte de las diversas administraciones y de entidades patrocinadoras, así como una cierta reticencia por parte del CAAC –con nuevo director tras la marcha al Picasso de Málaga de José Lebrero– a acoger nuevamente el festival, habrían motivado tanto el retraso en el anuncio del cartel como la disminución en la oferta, que parece saldarse con lo que podría definirse como una edición de transición.
A fecha de hoy se puede afirmar que del festival se cae la práctica totalidad de programas paralelos, entre ellos un ciclo tan atractivo como Territorios Digitales, dedicado a la música electrónica, o Territorios In-Edit, sucursal hispalense del Festival Internacional de Cine Documental Musical de Barcelona. Un recorte en toda regla y en la misma línea de reducción en inversiones culturales que ya ha afectado a encuentros tan dispares como el Femás (festival de música antigua de Sevilla), el South Pop o el Zemos98, por citar sólo tres; que ha cercenado las vías de financiación de empeños tan significativos como la Orquesta Barroca de Sevilla o que incluso ha terminado llevándose por delante citas tan recomendables como el ciclo de jazz Rising Stars (promocionado en su día por Cajasol) o el festival de spoken word Palabra y Música, instalado definitivamente en Gijón tras desaparecer de la lista de prioridades del Teatro Lope de Vega.
Crucen los dedos los aficionados: Nocturama, que propone música y cine en el CAAC durante las noches de julio y agosto, se salva de momento, aunque con otro cuantioso tijeretazo en las partidas destinadas al ciclo; por su parte, Rock en el Central, última esperanza de los melómanos locales de asistir a conciertos internacionales de rock de autor con cierta enjundia, garantiza también su celebración este año, aunque no parece en condiciones de poder asegurar cuál será su futuro a medio plazo.
La llamativa disminución de la oferta de Territorios, incluida la concentración de conciertos en un solo fin de semana en lugar de los tres habituales, puede achacarse en buena medida a esa más que considerable rebaja en su presupuesto –el del pasado año, ya congelado, rondó el millón y medio de euros–, aunque no parece ésta la única razón. Lo que las mismas fuentes antes citadas califican de “reservas” por parte del CAAC a la hora de repetir como sede principal del festival –hasta la fecha, el mayor y más completo de sus características de cuantos se celebran en Andalucía– se adivina como el motivo del retraso en las fechas de celebración del certamen, desplazado desde mediados de mayo hasta comienzos de junio, con consecuencias últimas poco menos que funestas.
Esto es, la organización ya habría apalabrado la contratación de grupos y solistas –algunos, como el norteamericano Eli Paperboy Reed, aún mantienen en su MySpace la fecha del 21 de mayo reservada para Sevilla– que finalmente se ven forzados a suspender la actuación prevista ante la imposibilidad de rehacer sus abultadas agendas.
Un sangrante caso de descoordinación subrayado por una divertida paradoja: Territorios es uno de los escasos festivales musicales españoles recogidos en la agenda cultural oficial confeccionada por el Gobierno central con motivo de la presidencia española de la Unión Europea, desde donde es vendido, haciendo hincapié en su carácter multicultural e internacionalista, como “un festival de fusiones musicales y artísticas con todos los pasaportes”.
Así las cosas, y aún a falta de conocer el listado completo de artistas, la organización del encuentro lanza una oferta especial para los mil primeros compradores de localidades, que podrán adquirir las entradas para cada jornada al precio de 15 euros, más gastos de envío, en la web de un festival aparentemente destinado, pese a su veteranía y demostrado gancho, a reinventarse cada año.
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