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Teatro Central
Los integrantes de La Ejecutora/Teatro a Pelo vuelven a indagar con su nueva propuesta, Melodrama, que se estrena este fin de semana en el Central, en el vasto paisaje de las emociones y los estados de ánimo. Si en su anterior espectáculo, Las dependientas, con el que triunfaron en la Cita de Innovadores Teatrales Andaluces (Cinta) y los Premios Escenarios, retrataban el agotamiento al que llevaba la presión por ser perfectos que impone la sociedad, para su nueva producción eligen como punto de partida "la vulnerabilidad, nuestros miedos, dolores y deseos", como describe el dramaturgo Julio León Rocha, autor de un texto que dirige Fran Pérez Román.
Una exploración que se inspira, como sugiere el título, en "ese género cinematográfico que estaba de moda especialmente en los 50 y se juzgaba como algo menor, que apostaba por las emociones a flor de piel y por ello se consideraba destinado a ciudadanos de segunda, las mujeres y los homosexuales", explican sus creadores, que someten aquel lenguaje en el que se especializó Douglas Sirk a una actualización por la que asoman cuestiones como el "auge del feminismo" o la revisión que ha sufrido el concepto de masculinidad.
Como los personajes de aquellas películas, Celia Vioque, José Luis Bustillo, Koldo Arostegui y Verónica Morales, los cuatro intérpretes de la pieza, viven intensamente sus anhelos y temores. Pérez Román considera estimulante haber dirigido a un elenco "muy diverso, donde cada uno trabaja con sus herramientas [Arostegui viene de la danza, Bustillo de un teatro más de texto]" que se ha entregado a esta "constelación de cicatrices. Con ellos buscamos el espectáculo, no se lo llevamos de antemano. En los textos nos preocupamos de darles sus voces. Mantienen sus nombres en escena pero no son ellos exactamente. Todo se vive desde ellos, eso sí, y todo pasa por sus cuerpos", analiza el director.
Para dar forma a este espectáculo, sus creadores invitaron a una residencia a diferentes profesionales como el poeta Ángelo Néstore, la cineasta Carmen Jiménez o el actor Antonio L. Pedraza "para que ampliaran con sus ideas el universo que habíamos creado", revelan. En ese intercambio regresaron a la adolescencia, ese período "muy corto en el que parece que tienes que definir tu identidad" y donde se es especialmente vulnerable; Néstore les ayudó a investigar entre otros sentimientos la "culpa, la responsabilidad del hombre ante todas las injusticias que se han cometido con las mujeres", y Pedraza a tratar "lo fluido, lo que no responde a las convenciones de género que aún tenemos", apuntan sobre un montaje que entre otros colaboradores ha implicado también a los músicos Miguel Rivera y Alberto Almenara o a la coreógrafa Silvia Balvín.
Entre las incertidumbres y los desvelos que aborda la obra, precisa León Rocha, está "el miedo al fin del mundo, la sensación de que estamos viviendo un momento de cambio y que no sabemos qué es lo que viene", señala el autor. Porque en Melodrama suena, de nuevo, inevitablemente, el latido de un tiempo marcado por la precariedad y la insatisfacción. "Con Las dependientas nos pasamos meses hablando del cansancio y acabamos exhaustos, y ahondar aquí en las emociones nos ha causado muchos altibajos. Estamos deseando plantear una obra que sea una fiesta y con la abundancia como tema", bromea Pérez Román.
La expectación por ver Melodrama tras el éxito de Las dependientas, una de las sensaciones del último teatro sevillano, ha agotado las entradas para las tres funciones que albergará la sala B del Central del viernes al domingo. La compañía aguarda con emoción su estreno en un teatro que perciben como su "escuela. Nuestro imaginario escénico tiene mucho que ver con lo que hemos visto aquí todos estos años".
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