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Un teatro para creadores sin etiquetas

Teatro Central

Blanca Portillo, Israel Elejalde, Alberto Conejero, la Needcompany o Selu Nieto son algunos de los nombres de la próxima temporada del Teatro Central

Una imagen de la adaptación de 'Mrs. Dalloway' de Virginia Woolf. / Sergio Parra

Desde que abriera sus puertas en 1992, y las reabriera en 1995 tras la resaca de la Expo, el Teatro Central de Sevilla ha sido el centro de acogida de las vanguardias escénicas internacionales, especialmente centroeuropeas.

Gestionado directamente por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, con la ayuda puntual de algunas instituciones francesas o flamencas, el Teatro Central ha sabido capear los temporales más duros durante la crisis económica y ha llegado a convertirse en uno de los espacios más prestigiosos de todo el país.

Su dotación técnica, capaz de albergar cualquier formato, lo han hecho también atractivo para un buen número de compañías difíciles de etiquetar desde el punto de vista del género. Como el llamado nuevo circo, que está alcanzando en Francia niveles de verdadera sofisticación, abierto tanto a la danza y a las artes plásticas como a la metafísica. En ese sentido, esta temporada se sigue apostando por viejos y talentosos conocidos, como Martin Zimmermann, que presentará en marzo su Eins, Zwei, Drei, y por Rachid Ouramdane, de quien hemos visto hermosas piezas de danza, y que ahora llega como co-director del Centro Coreográfico Nacional de Grenoble para presentar (los días 28 y 29 de febrero), con carácter de estreno en España, un impresionante trabajo realizado con 19 acróbatas-bailarines titulado Möbius.

Habrá varias adaptaciones de clásicos, como el 'Ricardo III' de Shakespeare o 'La gaviota' y 'Los cerezos' de Chéjov

Junto a ellos, nuevos amigos, como Yoann Bourgeois, la otra mitad de la dirección del CCN de Grenoble, que ha diseñado una plataforma móvil con vida propia para los 6 intérpretes de su Celui qui tombe (21 y 22 de febrero) y Baro D’evel con Là, sur la falaise. Obra en blanco y negro para dos seres humanos y un cuervo (14 y 15 de febrero). Y durante las navidades, más circo para toda la familia con Vigilia, de Bifu y Varuma Teatro, y DistanS de Vol’e Temps.

En cuanto a la danza, o al teatro danza, este año hay una menor presencia de los habituales veteranos, representados solamente por Jan Lawers y la Needcompany y su pieza para doce intérpretes (también estreno en España) All the good / Tout le bien, y Lisbeth Gruwez, que regresa también esta temporada, en compañía de la pianista Claire Chevelier, para interpretar Piano Works Debussy.

Llegan, en cambio, caras nuevas (que no emergentes) como la de Phia Ménard y su compañía Non Nova con la impactante Saison sèche (29 y 30 de noviembre), centrada en el problema del género y el sexo (ella misma es transgénero), al igual que la pieza teatral del francés Didier Ruiz, Trans (más allá), que estará en noviembre en la sala B, con el emocionante testimonio de siete transgénero de Barcelona. Dos muestras de la relevancia alcanzada por esta problemática en la escena internacional, algunos de cuyos festivales –como el de Aviñón- le han dedicado secciones completas.

También hay que citar, a finales de marzo, la presencia, con el estreno en España de su último espectáculo, de Eun-Me-Ahn Company, una compañía de Corea del Norte que ya se presentara este año en Cádiz en Danza, así como la Compañía Nacional de Danza Contemporánea de Noruega, con un espectáculo para catorce intérpretes. Soufflette, que así se llama la pieza, está firmada por el bailarín y coreógrafo francés François Chaignaud, compañero de Rocío Molina en el último de sus Impulsos estrenados en la presente edición del Festival de Itálica.

'All the good', de Jan Lawers y la Needcompany. / Phile Deprez

En cuanto a compañías españolas se refiere, el mes de enero nos traerá el enorme placer de volver a ver a la veterana compañía Mal Pelo (María Muñoz y Pep Ramis) con On Goldberg Variations/Variations. Antes, en noviembre, la ya clásica colaboración con el mes de danza se materializará con Janet Novas y Mercedes Peón y su Mercedes máis eu, y en diciembre veremos a Luz Arcas (La Phármaco), junto a Abraham Gragera y el Centro Dramático Nacional, en Una gran emoción política, inspirada en la figura de María Teresa León. Por último, en la Sala B, los días 7 y 8 de febrero debutará en el teatro la bailarina y coreógrafa malagueña María del Mar SuárezLa Chachi con su espectáculo La espera mientras que el 6 de marzo será la sevillana Lucía Vázquez quien, tras una larga etapa en Japón, estrenará Hasekura Project con dirección y coreografía de Satoshi Kudo.

Por lo que al teatro se refiere, esta temporada se observa una creciente presencia de textos clásicos de diferentes épocas, libremente adaptados. Así, junto al ineludible Teatro Pavón Kamicaze, que presentará en diciembre su Ricardo III de William Shakespeare en versión libre de Antonio Rojano y dirección de Miguel del Arco; o al habitual Alex Rigola, que en esta ocasión ha dirigido y adaptado libremente La gaviota de Chejov (15 y 16 de mayo) para Irene Escolar y otros actores, también pondrán los andaluces su grano de arena con Los Cerezos (Un Chejov andaluz) que José Luis de Blas y el Teatro Resistente llevarán a la Sala B los días 14 y 15 de febrero.

Tampoco faltan versiones de clásicos del siglo XX. Entre éstas: Doña Rosita, anotada, firmada por Pablo Remón a partir de la lorquiana Doña Rosita la soltera (11 y 12 de enero); Mrs. Dalloway de Virginia Woolf, dirigida por Carmen Portaceli para el Teatro Español, con Blanca Portillo como protagonista (6 y 7 de marzo); o la adaptación realizada por Agustí Villaronga de El vientre del mar, del italiano Alessandro Baricco, que tendrá como protagonistas a Eduard Fernández y Darío Grandinetti (31 de enero).

Sin olvidar los trabajos de Pablo Messiez con Los días felices de Samuel Beckett, y de Israel Elejalde con Traición de Harold Pinter (con Raúl Arévalo en el reparto), ambos programados en la Sala B.

Miguel del Arco adapta 'Ricardo III'. / David Ruano

Finalmente, se observa también en la programación una buena representación del llamado teatro social, muy comprometido con los problemas de hoy y reflejo de un mundo cada día más lleno de contradicciones. En ese registro tendremos oportunidad de ver piezas de autores actuales como Borja Ortiz de Gondra, que trae en noviembre, con el Teatro Español, su pieza Los otros Gondra (relato vasco); Alberto Conejero, que presentará en la Sala B, también en noviembre y con el Teatro del Acantilado, La geometría del trigo; el francés Philippe Claudel, del que veremos en noviembre La nieta del seño Linh (sobre el tema de los refugiados), dirigida por Guy Cassiers e interpretada por Lluìs Homar o el siempre certero Claudio Tolcachir que regresará en enero a la Sala B con su obra Próximo. El aplaudido Pascal Rambert también ha elegido el Central para el estreno absoluto, el próximo mes de abril, de su última producción José.

Paralelamente a las representaciones de muchas de estas obras, anuncia el teatro un aumento de los encuentros abiertos con sus protagonistas –amén de algunas lecciones magistrales que serán impartidas por algunos directores- al término de las funciones. Una magnífica oportunidad para dialogar con los creadores sobre sus obras y las circunstancias que las originaron.

Finalmente, hay que destacar la presencia, aunque escasa todavía, del teatro andaluz, este año representado por Selu Nieto y su Teatro a la Plancha con el estreno absoluto de un texto propio, Dolores con las alas del amor salté la tapia, y David Montero que presentará junto a La Rara: Si yo fuera madre. Pieza para dos intérpretes con sus bebés y un dramaturgo sin hijos.

Una variada programación para el público cada vez más variado de esta ciudad y de toda la comunidad.

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