Tarantino, el hombre que respiraba cine
'Érase una vez... en Hollywood'
El director regresa a los cines este jueves con una carta de amor a un Hollywood que ya no existe
Entre Las señoritas de Rochefort y Piel de asno, dos de los clásicos de su filmografía, el francés Jacques Demy rodó en Estados Unidos una película que no tuvo tanta fortuna, Model Shop (en España, Estudio de modelos), un elegante retrato del Los Ángeles de finales de los 60 por el que deambula George Matthews (Gary Lockwood), un joven que teme ser reclutado por el ejército y que se enamora de Lola (Anouk Aimée), una francesa que subsiste como modelo.
Model Shop fue una de las referencias –otra fue Bob, Carol, Ted y Alice , de Paul Mazursky– que Tarantino dio a los actores cuando preparaban Érase una vez... en Hollywood, un proyecto en el que el director de Pulp Fiction o Malditos bastardos recrea el fin de una era, ese periodo en el que el mundo del cine y la sociedad estadounidense estaban transformándose y dejando atrás la sofisticación y la inocencia de otros tiempos.
En ese panorama ubica Tarantino a Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), un actor que conoció el éxito en la televisión y espera que le llegue el estrellato en el cine, y a Cliff Booth (Brad Pitt), un antiguo héroe de guerra que trabaja como doble de acción del primero y que con los años ha forjado una sólida amistad con éste. Y es la época en la que la actriz Sharon Tate (Margot Robbie), esposa de Roman Polanski, despunta como uno de los rostros más prometedores del nuevo Hollywood...
Estrenada en Cannes, donde las crónicas respetaron la petición de los productores de que no se revelara el final ni se destriparan demasiados detalles del argumento, Érase una vez... en Hollywood llega el próximo jueves, día 15, a las salas españolas. Tarantino había anunciado que se retiraría tras dirigir diez películas y éste es su noveno largometraje. ¿Cumplirá su palabra y será éste su penúltimo trabajo?
Sea como fuere, aquí va un repaso a los títulos de un creador discutido y amado que, no cabe duda, respira cine.
Reservoir Dogs (1992)
Una película de atracadores en la que, en la primera escena, los personajes debatían qué escondía una canción como Like a Virgin. El debut de Tarantino ya mostraba los rasgos que caracterizarían su cine: el oído para los diálogos, el cuidado por la banda sonora, la atracción por la violencia –ese baile de Michael Madsen mientras le cortaba la oreja a uno: cuentan que al propio actor le costó lo suyo filmar la secuencia– y un talento que intuyó Harvey Keitel, que apostó con entusiasmo por un proyecto que triunfó en Sitges con los premios al mejor director y mejor guión.
Pulp Fiction (1994)
¿Recuerdan la clausura del Festival de Cannes de 1994? El favorito para el palmarés era Krzysztof Kieslowski, que había emocionado al personal con Rojo, pero fue Tarantino quien se llevó la Palma de Oro. La decisión fue controvertida –el amigo Quentin dedicó incluso una peineta a una parte del auditorio que protestaba–, pero el jurado era incontestable: Clint Eastwood, Catherine Deneuve, Guillermo Cabrera Infante y un futuro Nobel como Kazuo Ishiguro votaron por la película. El tiempo les ha dado la razón: 25 años después de su estreno, Pulp Fiction es un clásico. Un guión de estructura prodigiosa con unos actores –el resucitado Travolta entre ellos– en estado de gracia.
Jackie Brown (1998)
Pagó el precio de estrenarse tras Pulp Fiction, también el de contar con una narración más sobria y menos violenta. En la carrera de Tarantino puede que Jackie Brown sea la película menos valorada, pero no le faltan méritos a este filme sobre una azafata de vuelo metida en negocios turbios que tendrá que colaborar con la policía. El director recupera aquí a Pam Grier y Robert Forster en un reparto que incluye a Bridget Fonda y Robert de Niro.
Kill Bill: Volumen 1 (2003)
Dicen que Uma Thurman no tenía demasiado interés en hacer Pulp Fiction y que Tarantino la convenció leyéndole el guión por teléfono. Un curioso comienzo para una colaboración que se prolongaría y que tendría su máxima expresión en Kill Bill, donde Thurman dio vida a una asesina que, tras permanecer durante cuatro años en coma, despierta de su letargo y trama su venganza.
Kill Bill: Volumen 2 (2004)
Kill Bill iba a ser una película de cuatro horas, pero el hoy señalado Harvey Weinstein decidió que salía más rentable dividir el material. En la segunda entrega, La Novia cumple aquello que anticipa el título: mata a Bill (otra vieja estrella recuperada, David Carradine). Como suele ocurrir con Tarantino, su tributo al cine de artes marciales derrocha estilo y personalidad, no se queda en la copia.
Malditos bastardos (2009)
Tal es el amor de Tarantino por el cine que un día pensó que las películas podían reescribir la Historia, y desde esa certeza planteó Malditos bastardos. Una suerte de spaghetti western situado en la Francia ocupada e inspirado en Aquel maldito tren blindado, de Enzo G. Castellari, en el que se entrecruzan los destinos de un grupo de soldados especializados en cazar nazis y una joven judía que ha perdido a su familia. No todos entendieron el controvertido y vibrante clímax de la cinta, pero la carismática y brillante actuación de Christoph Waltz, Oscar y premio en Cannes, despertó una admiración unánime.
Django desencadenado (2012)
El segundo Oscar a Tarantino como guionista (el primero fue por Pulp Fiction) y el segundo también para Christoph Waltz, que aquí aparca la maldad de su anterior personaje para dar vida a un cazarrecompensas tan idealista como mordaz. Con el Django de Sergio Corbucci como referente –con cameo de su protagonista, Franco Nero–, la película sigue la peripecia de un esclavo liberado (Jamie Foxx, en un papel concebido inicialmente para Will Smith) que se enfrenta al sádico dueño de una plantación (un Leonardo DiCaprio que parece divertirse haciendo de villano) para recuperar a su esposa (Kerry Washington). Una película en la que el exceso convive con un extraño lirismo.
Los odiosos ocho (2015)
Quentin Tarantino sirve en su octava película tanto un concentrado de su cine –con sus larguísimas secuencias dialogadas y sus estallidos de violencia– como una revisión envenenada de aquellos relatos de Agatha Christie donde una serie de personajes encerrados en un mismo espacio debían resolver un misterio. Samuel L. Jackson, Kurt Russell y Jennifer Jason Leigh son algunos de esos odiosos ocho que se refugian de una ventisca en este western ambientado en la nieve. El filme será recordado especialmente por algo: porque con él el maestro Ennio Morricone logró, al fin, su primer Oscar por una banda sonora (en 2007 fue reconocido con una estatuilla honorífica).
Érase una vez... en Hollywood (2019)
Los Ángeles, 1969. La estrella de la televisión Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), su doble y amigo Cliff Booth (Brad Pitt) y la actriz Sharon Tate (Margot Robbie) conviven en esta "carta de amor a un Hollywood que ya no existe”. Para el productor David Heyman, éste es el largometraje más emotivo en la carrera de su director, que ha volcado en la obra recuerdos de su propia infancia.
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