Sonoro, flexible, flamante
'AGUAFUERTES'. Roberto Arlt. Ed. e introducción de Toni Montesinos. Hermida Editores. Madrid, 2015. 546 páginas. 21,95 euros.
Creador en su narrativa de una "elaborada metafísica del mal", como la definió Martín Garzo, protagonizada por seres excéntricos, dolientes o marginales, Roberto Arlt transitó por un camino muy alejado de los intelectuales patricios de Buenos Aires, que nunca aprobaron la peculiar mezcla de ingenuidad, desesperación y rebeldía que caracterizaba tanto al hombre como a su literatura. Una parte de ella la integran las crónicas, género que le dio celebridad y en el que mostró un raro talento para el "aguafuerte", término con el que designaba sus colaboraciones casi diarias en la prensa. El observador que retrataba la cotidianidad porteña con trazos originalísimos -"el enorme porcentaje de amargos y descreídos podían leer sus propios pensamientos, tristezas, sus ilusiones perdidas, adivinadas y dichas en su lenguaje de todos los días", escribió Onetti- amplió el campo cuando cruzó el océano para visitar España, donde sin abandonar la radical subjetividad su mirada, al contacto con la convulsa realidad de un país polarizado en vísperas de la Guerra Civil, se hizo más política o más sensible a las desigualdades sociales.
Publicadas por el diario bonaerense El Mundo entre febrero de 1935 y julio de 1936, las Aguafuertes aquí reunidas cuentan las andanzas e impresiones de Arlt por buena parte de la península (Andalucía, Madrid, Galicia, Asturias, País Vasco) y Marruecos (Tánger, Ceuta, Tetuán), de donde tomaría la materia para sus relatos "africanos". Cita Toni Montesinos, autor del prólogo y responsable de la recopilación, la definición que el propio Arlt daba de su estilo, nada sofisticado y por eso mismo eficaz. "¿Cómo quieren que les escriba?", se preguntaba el cronista en un texto así titulado, para afirmar su condición de "hombre de la calle, de barrio, apostando sin remisión ni arrepentimiento, sino con la seguridad de los que confían en sí mismos sin pudor, por un idioma sonoro, flexible, flamante, comprensible para todos, vivo, nervioso, coloreado por matices extraños...". No desprovistos de clichés, pero valiosos por su frescura y agudeza crítica, los artículos "españoles" de Arlt transmiten simpatía hacia el país, interés por su diversidad y una profunda solidaridad con las clases más humildes.
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