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Efemérides
Todavía hay una generación que al escuchar su nombre no puede dejar de esbozar una sonrisa, entre nostálgica y cariñosa, que evoca a un personaje único que marcó una época y que, anecdotario aparte, dejó un rastro importante en la música andaluza.
Silvio vivió unos tiempos en los que los rockeros eran rockeros, pero también capillitas, futboleros, taurinos y lo que ellos quisieran. Nadie les marcaba el camino.
No existían las redes sociales, ni falta que hacían, pero el boca a boca funcionaba a las mil maravillas y pronto un exbatería reconvertido en cantante y algo peculiar alcanzó la fama en todos los rincones de España.
Los X-5, 5 Mercurys o Gong fueron algunos de los grupos en los que desarrolló la primera parte de su carrera astística. Después llegaría Smash, una banda pionera del rock andaluz psicodélico. Fue en ese grupo cuando Silvio, que actuaba como bajista y percusionista, comenzó a darse a conocer por sus impresionantes solos y su actitud en el escenario.
Es en esta época, años 70, cuando se fusionan por primera vez el rock y el flamenco, algo que, como dijo en alguna entrevista el propio Silvio, fue idea suya.
Y es entonces, a la vez que Silvio comenzaba a tener una carrera musical sólida, cuando decide dejar los escenarios, tras contraer matrimonio con una rica heredera del Reino Unido.
Conocidas son sus 'trastadas' y anécdotas durante estos años. Tras multitud de juergas y escapadas a costa del dinero de su mujer, ella lo abandona y se marcha con el hijo común a Gran Bretaña.
Para muchos de los que lo conocieron, este hecho dejó al artista más marcado de lo que aparentaba, provocándole un gran vacío. Para colmo, poco después, el fallecimiento de su hermana supuso un golpe duro del que no se sabe si llegó a recuperarse.
Tras estos dramáticos hechos, a finales de los 70, Silvio decide volver a la música y comienza su etapa más conocida, ya como cantante y solista. Primero con Luzbel, más tarde con Barra Libre y, sobre todo, con Sacramento, cosechó sus grandes éxitos. Algo más tarde llegarían Los Diplomáticos.
En esta época, entre 1980 y el año 2000, grabó un total de cinco discos, con unos estilos muy característicos y variados que mezclaban el rock más puro con canciones melódicas italianas o con flamenco.
La improvisación, la espontaneidad y el surrealismo en las letras eran su seña de identidad por entonces. El público conectaba fácilmente con su estilo dejado, provocativo y 'pasota' y atraía a todo tipo de tribus urbanas de todas las edades.
Los más veteranos se vanagloriaban de haber visto tal o cual concierto, mientras que los jóvenes soñaban con poderlo ver en directo en alguna de sus estelares actuaciones.
Con su muerte prematura, la figura se convirtió en leyenda. Muchos fueron los homenajes póstumos que recibió y Sevilla, Granada y La Roda (de donde era natural) le han dedicado una calle al controvertido artista durante la última década.
A través de 'La diestra del cielo', un documental de Francisco Bech, es fácil hacerse una idea de la azarosa vida de Silvio y de su legado como artista.
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