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“Hoy en vez de preguntarme si me merezco algo lo afirmo”

Sheila Hernández | Periodista y Escritora

Sheila Hernández, conocida por ser la encargada del medio es.decirdiario, presenta 'Soy Joven, No Gilipollas', un viaje por los problemas de las nuevas generaciones

"Debo lo que soy a la biblioteca de Úbeda y a las librerías"

“Me gusta el modelo de escritor ambicioso en lo literario que sólo quiere entretener”

Sheila Hernández / José Ángel García

CEO de es.decirdiario, uno de los medios de periodismo independiente líderes en Instagram, Sheila Hernández, licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla, presentó el pasado mes de enero su primer libro Soy Joven, No Gilipollas, un relato en el que la joven narra los problemas de una generación maltratada, por el bullying y concienciada con el cuidado de la salud mental. En su obra, Sheila Hernández muestra sus vivencias y las experiencias que la han llevado a cumplir su sueño, ser periodista y vivir de ello.

–¿Cómo fue el proceso de crear es.decirdiario?

Fue efímero, la idea pululaba en mi cabeza. Aproveché todas las pautas que me aportó la universidad. Salí de la carrera y me encontré todas las puertas cerradas. En un momento de frustración decidí crear ese medio que hice en mis prácticas, puse una historia en mi cuenta personal de Instagram y una meta, llegar a 1000 seguidores en un día. Al cabo de 24 horas ya éramos 5000.

–El título del libro es muy contundente, ¿cree que las generaciones mayores piensan que los jóvenes pertenecen a una generación de cristal?

Odio que la gente atribuya que otras personas estén expresando todos sus problemas, desde lo psicológico hasta lo económico, como sociedad de cristal. Soy joven, no gilipollas viene de un artículo de opinión en el que expongo que una persona contacta conmigo porque quiere contar con mis servicios, y decide que debe pagarme 50 euros al mes.

–Es cierto que lleva su medio en solitario, ¿piensa ampliar el equipo?

Lo pienso cada día, pero si una de mis normas es un trabajo y un sueldo digno, y no puedo pagar esas condiciones, dárselas a alguien no me parece ético.

–¿Ha pensado en volver a trabajar en un medio tradicional?

No, nunca jamás. No se me caerían nunca los anillos por hacerlo y me encantaría colaborar en televisión, pero me da un poco de pánico. Pienso que se están desarrollando vertientes preocupantes en ciertos canales de televisión en los que si no vas con una ideología radical a debatir, no sirves. No he pensado nunca en volver. Soy muy feliz siendo independiente.

–¿De dónde viene la idea de las noticias positivas?

Ocurrió durante el Covid, sentía que estábamos sobreinformados pero a la vez nada informados. No paraba de recibir mensajes de gente que no entendía nada. Decidí sacar la cara b de la catástrofe y comencé a buscar noticias alentadoras.

–¿En qué momento empezó a monetizar es.decirdiario?

Mi proyecto llega a 100.000 seguidores y yo decido no rentabilizarlo debido a los modelos que me llegan, que no formaban parte de mi ética. Si yo en mi medio colaboro con asociaciones contra la ludopatía, qué sentido tiene que porque me den 4 o 5 cifras suba algo relacionado con las apuestas. Hasta que no vi que me llegaban formas éticas no decidí llevarlo a cabo. Hoy mi proyecto está monetizado, no de forma fija, y lo hago siendo embajadora de mi tierra y hablando sobre ella.

–¿Piensa que el futuro de los graduados de Periodismo está en las redes?

El futuro de los graduados no está sólo en las redes, pero sí forma parte de las grandes salidas. Hay algo que detesto, y es que muchos compañeros piensan que la gente joven es una competencia. Necesitamos la experiencia de los que llevan años en la profesión, como ellos a nosotros, ya que hemos nacido de la mano de la tecnología.

–¿Cómo es ser autónomo en España?

Una mierda. Hablo mucho sobre la diferencia del decir y el hacer, qué bonito es decir emprende y que difícil es emprender. No te hablan de la letra b, pagar una cuota, el IVA, el IRPF. A veces pienso que trabajo para pagar y que no puedo quejarme, cuando los autónomos lo hacemos, se nos cataloga como que no queremos pagar impuestos o se nos asigna una ideología.

–¿Cuáles son sus fuentes?

Las agencias me mandan comunicados de prensa. Por ejemplo, no podía llegar a Palestina entonces Médicos Sin Fronteras, contactaron conmigo y decidieron enviarme sus notas, para que yo pudiera transmitir lo que estaba pasando. Yo pido que me cuenten historias, indago y lo narro en mi medio. Cuando hay alguna exclusiva, cito al medio del que proviene la información.

–Según el último informe de Reuters el porcentaje de ninis informativos es del 37%. Sin embargo, usted defiende una realidad opuesta.

Los medios deberíamos de luchar a una para captar la atención del lector. El problema es que parte de ese periodismo, sea tradicional o no, utiliza tácticas que para mí no son éticas. Te enseñan que tienes 10 palabras para el titular, que esas no sean humillaciones o sensacionalismo para atraer al lector. Yo pongo titulares de 10 líneas y no me importa, si el lector quiere leer una información lo va a hacer. Esto sumado a los publirreportajes encubiertos ha causado que el lector se interese poco por la información.

–Uno de los enemigos de la salud mental es el síndrome del impostor, que usted sufre.

El síndrome del impostor se da cuando trabajas, te llegan los resultados y te cuestionas si los mereces o no. Me ha ocurrido durante toda mi vida. Escribir mi libro pensando que no iba a interesarle a nadie es el resultado de que hoy en vez de preguntarme si me merezco algo lo afirme.

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