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Cinco planes que no te puedes perder este fin de semana en Sevilla

Saviano en la barriga del monstruo

El escritor abandona por primera vez la clandestinidad tras anunciar en octubre su salida de Italia por las amenazas mafiosas y asiste hoy a la apertura del Sevilla Festival de Cine, que se inaugura con 'Gomorra'

Una escena de 'Gomorra', la película de Matteo Gorrone basada en el reportaje homónimo.
Francisco Camero / Sevilla

07 de noviembre 2008 - 05:00

El Sevilla Festival de Cine Europeo se inaugura hoy a las 19:00 con una gala en el Casino de la Exposición a la que asistirá el escritor Roberto Saviano, invitado especial de una edición con particular protagonismo del cine italiano: Franco Nero recibirá esta noche el Premio Ciudad de Sevilla. Gomorra, la adaptación del famoso libro de Saviano dirigida por Matteo Garrone, abrirá nueve días dedicados al cine continental, con 14 títulos dentro de la Sección Oficial, un total de 140 en los distintos apartados (incluido uno para la producción andaluza) y un premio, el Giraldillo de Oro, acompañado de 60.000 euros.

Hay algo en Gomorra, la obra que ha conducido a la fama y al destierro a Roberto Saviano, que recuerda a las bravuconadas melancólicas de Gunter Wallraf, aquel periodista indeseable que con estrategias de guerilla arrancó pruebas, no refutadas aún, de la bestialidad de los dueños de las fábricas de la Alemania Federal o de la escalofriante ambigüedad moral de la jerarquía católica de ese mismo país ante la fabricación de napalm para la guerra de Vietnam.

Nacido en Nápoles en 1979 y convertido ahora en una especie de prematuro cadáver ambulante, Saviano logró infiltrarse en el entramado de la Camorra, la mayor organización criminal de Europa según sus datos. Lo contó en un reportaje con préstamos novelescos en el que aparecían nombres, apellidos, lugares y alguna fecha. No penetró muy hondo (se hizo amigo de varios peones, contactó con diversos jefes, conoció de cerca las aberrantes prácticas de sus vendedores de heroína), pero con la publicación del libro llegó también la amenaza de muerte de por vida de los jefes del corral.

Tristemente condenado ahora a ser para siempre el camorrólogo, el escritor, asiduo de la prensa napolitana y estudioso universitario del fenómeno, vio entonces (2006) convertido Gomorra en un suceso extraliterario. "Los que vencen, cualesquiera que sean sus medios empleados, nunca se avergüenzan". Esta cita de Maquiavelo figura entre las elegidas para introducir un texto que alterna el testimonio profusamente documentado y el grito indignado -y algo pragmático- de una voz en primera persona interesada paradójicamente en la dimensión literaria de la delincuencia estructural.

La voz de una persona molestó a una organización invisible que factura unos 100.000 millones de euros al año. "La Camorra piensa que haciendo esa política de tierra quemada me lo ha quitado todo. Ahora, como dijo Clausewitz, sólo tengo el recuerdo". Meses después de esta desolada confesión, a mediados del pasado octubre, Saviano dijo que abandonaba Italia "por un tiempo". Un matiz de esperanzada dignidad para anunciar el final de un periodo de dos años en el que durante meses durmió en una comisaría porque nadie en Nápoles quiso significarse alquilándole una vivienda.

El libro carece de la profundidad de otras aproximaciones ensayísticas al hecho mafioso -en este caso a la siciliana- como Cosa Nostra. Historia de la Mafia siciliana, el espléndido trabajo del profesor británico John Dickie, o Cosas de la Cosa Nostra, lúcida radiografía también conmovedora por haber sido escrita por Giovanni Falcone, juez asesinado por sus perseguidos en 1992. Además, en determinados momentos causa cierta molestia el subrayado de un yo (comprensiblemente) fascinado de encontrarse en la barriga del monstruo.

Sin embargo, aparte del interés del paisaje sociopolítico que traza, y de la habilidad con la que se mueve entre lo concreto y el ejercicio de abstracción que es siempre el mercado, Gomorra contiene información reveladora e historias hermosas y trágicas, como la del sastre clandestino, oficialmente camionero incluso para su esposa, que vio por televisión y entre lágrimas a Angelina Jolie desfilando por la alfombra roja de los Oscar con uno de sus vestidos, encargado con un secretismo propio de asuntos de Estado. La potencialidad cinematográfica de muchas de estas escenas no escapó a Matteo Garrone, cuya adaptación homónima del libro de Saviano, que se proyecta en el Lope a las 21:00, ha ganado este año el Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes.

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