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Lanzarote/El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, revindicó este miércoles desde Lanzarote la memoria de José Saramago (1922-2010) para honrar al Nobel portugués con "un tiempo de cambio" y de "esperanza" tras la pandemia. Sánchez participó en el acto en A Casa, la residencia que tenía Saramago en Lanzarote, en el que la Fundación del Nobel avanzó las líneas generales de la conmemoración del centenario del nacimiento del autor de Ensayo sobre la ceguera, El año de la muerte de Ricardo Reis o El Evangelio según Jesucristo. A Saramago, dijo el presidente del Ejecutivo, no sólo hay que recordarlo, sino que "fundamentalmente hay que reivindicarlo".
El presidente tomó prestada una cita de Saramago -"Las energías vuelven cuando la esperanza vuelve"- para subrayar la esperanza que percibe en los signos de recuperación de la economía española y, sobre todo, en los progresos de la campaña de vacunación, así como para remarcar el valor que tienen para una sociedad cada vez más concienciada por la justicia social y el cambio climático referentes como fue el Nobel portugués. "He hablado con optimismo sobre la vacunación y la recuperación... y puede resultar extraño en esta casa, en la casa de un reputado pesimista. Sin embargo, quizás esa idea de Saramago no sea tan cierta como parece, porque fue, a fin de cuentas, un hombre lleno de energía, lleno de bondad. Y eso, siguiendo su propia frase, es una señal indudable de esperanza", añadió el presidente.
Sánchez aseguró que, releyendo la obra de Saramago, visitando de nuevo su casa, tiene "la impresión" de que el escritor no era tan pesimista como se le ha descrito, sino que en realidad era un "gran impaciente", alguien al que llenaba de "impaciencia y desasosiego" ver que no llegaba esa "sociedad más libre, más cohesionada, construida sobre fundamentos profundamente humanos" que ansiaba. Por eso consideró el presidente que, "ahora que las energías vuelven, porque la esperanza nunca se perdió del todo", se puede honrar la memoria de Saramago trabajando por aprovechar "un tiempo de cambio", sin conformarse con "volver al punto de partida".
Sánchez dejó claro, en este contexto, que "España se toma muy en serio" las advertencias que contiene el último informe de Naciones Unidas sobre el cambio climático y, sin salir de Lanzarote, evocó a otro referente en el que inspirarse: César Manrique. "Sin un presente sostenible el planeta no tiene futuro", señaló el jefe del Ejecutivo, que considera que eso es algo que aceptan ya incluso los que hace unos años negaban el cambio climático.
"Lanzarote no es mi tierra, pero es tierra mía", escribió un día Saramago, cuya obra quedó profundamente marcada por la isla. Ésta, por boca de la presidenta del Cabildo, Dolores Corujo, le devolvió el cumplido 12 años después de su muerte: "José Saramago no es nuestro hijo, pero es hijo nuestro". Pilar del Río, viuda del escritor y presidenta de su fundación, incidió en ese mensaje al recitar, emocionada, un poema escrito 30 años antes de que se mudara a Lanzarote, Una isla apenas habitada, cuyos versos le sugieren que Saramago ya estaba destinado a vivir en este rincón del Atlántico.
"Decía José Saramago que si prestamos atención a las cosas pequeñas, acabaremos entendiendo las grandes", continuó Del Río, convencida de que no hay nada más oportuno que celebrar una parte fundamental de su centenario en Lanzarote y recordar lo que el escritor significa tanto para Portugal como para España. Sin llegar a avanzar ningún acto concreto, anunció que el centenario contará con recitales, conciertos, publicaciones, exposiciones, pero, sobre todo, con una idea en la que quiso hacer énfasis: la reivindicación de la cultura; esa cultura, añadió la viuda del Premio Nobel, que "ayudó a tantos durante los meses de confinamiento y que ahora necesita que la sociedad no la relegue de nuevo".
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