'Samson et Dalila' reivindica en el Maestranza "un mundo sin etiquetas"
Teatro Maestranza
La ópera de Saint-Saëns se representa en una versión "participativa" que incluye a personas de diferentes colectivos.
Gregory Kunde y Nancy Fabiola Herrera encabezan el reparto.
Paco Azorín (Yecla, 1974) tiene ya a sus espaldas una larga trayectoria como escenógrafo –una faceta en la que ha colaborado con algunos de los nombres más notables del teatro, profesionales como Mario Gas, Helena Pimenta, Miguel del Arco o Lluís Pasqual– o director de escena –vertiente en la que ha dado forma a valoradas adaptaciones de Don Giovanni, Tosca o La Traviata–. A pesar de estos antecedentes, el creador considera que Samson et Dalila, su versión de la ópera de Camille Saint-Saëns que se programa en el Maestranza los días 14, 16 y 18 de este mes, es "el proyecto más especial" en su carrera. "Soy un friki de la ópera desde que tengo uso de razón. Mi sueño es que llegue a todo el mundo, que cuando confieses que te gusta no te miren como un marciano. Mi interés en ella no es un capricho: es un modus vivendi, mis mejores amigos los he encontrado en la ópera", admite el director. Y Samson et Dalila, expone, tal vez sea la muestra de que el género puede emocionar a todo el mundo. Esta producción del propio Maestranza y el Festival de Mérida se representa con un reparto de lujo –encabezado por Nancy Fabiola Herrera y Gregory Kunde en los papeles principales– pero presume de ser una propuesta "participativa" que reúne a 200 personas en el escenario y que incluye a colectivos "con capacidades diversas. Este montaje trabaja desde la idea de que no sobra nadie, que no hay personas de primera y segunda categoría".
Azorín asegura que los espectadores pueden reconocerse en el argumento de esta pieza, que trata sobre "el odio de pueblos hermanos que ni siquiera recuerdan ya por qué se odian", en la que resuena el eco de "los conflictos bélicos pasados y presentes, y me temo que futuros, de ese odio crónico que está ahí que mueve el mundo".
El director procuró también que el público pudiese identificarse con los personajes. "No nos engañemos: en la ópera suele ocurrir que los papeles sean arquetípicos, de cartón-piedra. Los seres humanos tenemos contradicciones inmensas, y desde ahí hemos trabajado", explica Azorín. Nancy Fabiola Herrera, que interpretó por primera vez este rol en la Ópera de Brasil en abril de 2009, ha encontrado "una nueva lectura" de Dalila en esta producción. "Aquí parte del corazón, no es alguien calculador sino alguien más emocional", precisa la mezzosoprano. "Podemos entender mejor ese amor posesivo, pasional, que la lleva a ser víctima de sí misma", añade la cantante, que no duda en afirmar que esta Samson et Dalila es "muy diferente, va a conseguir tocar al público".
Gregory Kunde también expresa su entusiasmo por la energía con que Azorín y sus colaboradores, entre ellos el coreógrafo Carlos Martos, revisitan la obra de Saint-Saëns. "Cuando tienes a tanta gente en el escenario es importante crear un equipo. Aquí se da eso. No hay estrellas. Y si las hay, son Paco y Carlos, pero eso ya lo sospechaba cuando hice Otello con ellos en Peralada", cuenta el cantante, que recomendó a los espectadores "que traigan a sus hijos a esta ópera. Van a disfrutar muchísimo, y hay que crear nuevos públicos".
El espectáculo, en el que también participan los cantantes Damián del Castillo, Alejandro López y Francisco Crespo, ha implicado tanto a alumnos de la Escuela Superior de Arte Dramático como a personas procedentes de asociaciones como APROSE, ASAS Inclusión Activa Down Sevilla o Paz y Bien. Mariana Gómez, madre de una de las niñas que actúa en el montaje, Bárbara, expone que "ella y sus compañeros están emocionados. Parecen profesionales, se lo toman muy en serio. Y es maravilloso cómo les trata el equipo", opina. Auxi Domínguez, madre de otro de los chavales, celebra que haya propuestas como Samson et Dalila. "Es complicado que se les den oportunidades, que el mundo se olvide de las etiquetas. Hay un detalle muy emocionante: en un vídeo promocional, Paco habla de capacidades diversas en vez de decir la palabra discapacitado. Porque ¿quién no es discapacitado de un modo u otro, quién no tiene limitaciones?", reivindicó.
También los padres de los niños se han sumado a un espectáculo que para dar cabida a la multitud de actores y figurantes que reúne utilizará "hasta el último centímetro" del escenario del Maestranza. "Después de hacerla en Mérida, con esa fachada romana", reconoce Azorín, "pensé que la experiencia sería irrepetible. Pero hemos sido hábiles y le hemos sacado partido a un espacio con la magnitud del Maestranza".
La "ópera más importante de Saint-Saëns", tal como destacó el director artístico del Maestranza, Javier Menéndez, estará dirigida por la batuta del canadiense Jacques Lacombe (Quebec, 1963), especialista en el repertorio francés "que debería programarse más en los teatros", reclama. El maestro define Samson et Dalila como una obra "que bebe de distintos estilos, de la gran ópera, el oratorio y la ópera romántica, que posee una parte de Bach y otra de Wagner. El autor da pocas pistas en la partitura de cómo debe ser interpretada, lo que la convierte en un desafío, pero también es la música más seductora, más sexy, que jamás se haya escrito".
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