El Retablo Mayor de Santa Ana ya luce restaurado
Patrimonio
Esta obra del siglo XVI contiene 15 tablas del pintor renacentista Pedro de Campaña que enmarcan las esculturas de Santa Ana, la Virgen y el Niño.
El Retablo Mayor de la parroquia de Santa Ana luce ya restaurado desde este lunes. El Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) ha sido el encargado de realizar esta compleja intervención, que fue encargada por la Dirección General de bienes Culturales.
Este retablo y su pintura constituyen una muestra excepcional del patrimonio histórico de Andalucía y contiene muchas obras de arte de gran valor histórico o artístico. El programa iconográfico se desarrolla principalmente a través de las 15 pinturas en tabla de Pedro de Campaña que narran la vida de San Joaquín y Santa Ana, la vida de la Virgen y la genealogía de Jesús.
Las esculturas de Santa Anta, la Virgen y el Niño presiden la obra. El retablo ha ido modificándose hasta configurar el aspecto que podemos ver hoy. La transformación más importante se dio en 1754, cuando Sebastián de Luque, maestro carpintero del arzobispado, creó el camarín central que alberga las imágenes de Santa Ana, la Virgen y el Niño.
La intervención integral del retablo para su conservación y puesta en valor ha tenido una duración de casi dos años y ha culminado con la instalación de las tablas y esculturas restauradas en el retablo.
El coste total del proyecto de intervención ha sido de 422.713 euros, de los que la Consejería de Cultura ha aportado el 50 por ciento, y el resto ha sido sufragado por la Archidiócesis de Sevilla, el Ayuntamiento de Sevilla y la Fundación Cjasol, además de numerosos colectivos y personas de la ciudad.
El consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Paulino Plata, ha llamado al altar de la parroquia de Santa Ana al supervisor del equipo de restauradores, Lorenzo Pérez del Campo, y a los restauradores Rocío Magdaleno y Román Fernández.
Plata, quien ha calificado de "tesoro" la obra, ha comentado que el retablo ha recuperado su valor y ha resaltado las 15 tablas de Pedro de Campaña que, antes de la intervención, presentaban un profundo deterioro causado por el polvo, el humo de las velas, la contracción y dilatación de la madera o el ataque de insectos.
Antes, el primero en intervenir en el acto ha sido el vicario de la Archidiócesis de Sevilla, Teodoro León, quien ha resaltado los "valores históricos, artísticos e iconográficos" del retablo. Además, ha hablado de la finalidad evangelizadora con la que se creó este retablo del siglo XVI, para transmitir las escrituras a esa gran mayoría que no sabía leerlas. Y es que, en palabras de León, "la Iglesia vive para evangelizar".
Por su parte, la Delegada de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, Maribel Montaño, ha felicitado la compleja labor que ha realizado el IAPH en una obra de arte estropeada por el polvo, la suciedad, las grietas, los desconchones o el humo. "Era casi un enfermo terminal que tras pasar por el maravilloso quirófano del Instituo Andaluz de Patrimonio Histórico ha recobrado la vida para, al menos, 200 ó 300 años".
La Subdirectora de la Obra Social Cajasol, entidad que también ha colaborado en el proyecto, ha querido resaltar el valor emocional que tiene este retablo en Sevilla y en Triana.
Pedro de Campaña fue el pintor más afamado del Renacimiento en el panorama artístico de Andalucía. Nació el Bruselas en 1503 y se caracteriza por tres aspectos muy definidos en sus obras: el color con vivo cromatismo, el dibujo firme, enérgico y anguloso, y su intensa expresividad que se refleja en las emociones y sentimientos que transmiten los personajes.
Los restauradores han querido comentar los procedimientos basados en luz ultravioleta, fotografías y luces especiales, entre otros avances tecnológicos, para descubrir el estado de conservación de la obra y los matices que no pueden apreciarse. Así, persiguen no dañar las obras ni su autenticidad.
Rocío Magdaleno, en una última intervención, ha hablado de un asunto peculiar. Al parecer, en una intervención antigua, se cambiaron de sitio algunas tablas que ahora han vuelto a su lugar original. De esta forma, las escenas ahora sí siguen un orden lógico que explica cronológicame la vida de Santa Ana.
Tras esta intervención, el retablo de Santa Ana ya luce en su sitio. Ahora queda mantenerlo para que se conserve lo mejor posible y que luzca en el futuro con todo su esplendor.
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