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Renacer en otros brazos

Carmen Linares presenta 'Remenbranzas', grabado en directo en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, con dos cantes sobre poemas de Miguel Hernández

Carmen Linares, elegancia y naturalidad del cante femenino actual.
Juan Vergillos

12 de junio 2011 - 05:00

Remenbranzas.Carmen Linares. Producido por C. L. Con José Luis Ortiz Nuevo, Antonio Coronel, Salvador Gutiérrez, Miguel Ángel Cortés, etc. Salobre

El disco, como el concierto, se abrió, se abre, con aires tamboriles de romería. El romance pascual de los peregrinitos que Lorca armonizó, que nos obrece Carmen a ritmo de guajiras y bulerías, sin perder el carácter bucólico, pastoril, del original folclórico. También gracias a las cuerdas y la flauta que evocan aquí su versión más popular y primitiva. Los aficionados más fieles a la obra de Linares, es decir, cualquier aficionado al flamenco, reconoceran en estos sones el disco Canciones populares antiguas de Lorca, grabado por la cantaora en 1993, que dio pie a un espectáculo de tanto éxito que aún hoy se le puede ver en los escenarios de todo el mundo. Lo que sigue es una antología de cantes, los cantes más queridos por su intérprete, tomados en su mayoría de la versión incluida en La mujer en el cante (1996), antología de creadoras y recreadoras del flamenco en su expresión vocal. Tarantas, cartageneras, seguiriyas, cantiñas.

De lo dicho habrá comprendido el lector que Remembranzas es un vistazo al recorrido cantaor, es decir vital, de Carmen Linares. Recapitulación de casi 40 años (la cantaora empezó muy joven) como profesional de este arte. Profesional comprometida con este legado. Comprometida con su tiempo. Y sin alharacas: Carmen Linares jamás ha ido de innovadora, siendo como es una mujer de hoy, ni tampoco se las da de purista, interpretando como hace, por ejemplo, la taranta de su pueblo, de forma magistral. En realidad son dos caras de la misma moneda: la única forma de comprometerse con al tradición es hacerla presente, darle carne, vida, con los aires de hoy.

De ahí su compromiso con los poetas: el Lorca surrealista de Asesinado por el cielo por granaínas, con música de Salvador Gutiérrez. Juan Ramón Jiménez en su disco de 2009 Raíces y alas, del que incluye dos piezas en este directo. Ortiz Nuevo con dos cantes: el de la resignación y La luz que a mí me alumbra. Ambos a pachas con Miguel Poveda. Y los cuatro últimos con músicas de hoy que firma Juan Carlos Romero, uno de los protagonistas de la noche de que te hablé, esta noche del concierto Remembranzas. Y te dije que no lo perdieras, que era un día para la historia. Para la pequeña historia de este arte, de esta cantaora cuyo nombre está inscrito con letras doradas en el suspiro que va de un siglo a otro de cante, del XX al XXI. Sobre la raíz de lo popular, los cantes de Chacón y La Niña de los Peines. De cara al hoy, los sones de Romero, la voz de Ortiz Nuevo, que también se hizo sonar esta noche en el Teatro de la Maestranza.

El colofón es sin duda lo más interesante, lo más inquietante, para el aficionado más rendido a esta cantaora. Que somos todos, como digo. Se trata de dos cantes pertenecientes al nuevo espectáculo de Carmen Linares: Miguel Hernández. La música del siglo XXI la pone aquí Luis Pastor y el equilibrio con la letra y la interpretación es notable.

De los textos poco podemos añadir a lo dicho. Pero es que la interpretación de los dos, Pablo Suárez al piano y la voz de Linares, dotan de nueva carne, no sólo a la melodía de Pastor, también al poema. Aquí se evidencia que la interpretación es una forma como otra de creación. No como otra. Porque de efímera se hace eterna. Y allí estuvo la grabadora para testimoniar y trascender. Carmen cambia de tesitura con una naturalidad asombrosa. El piano endulza y arropa sin empalagar porque "se muere de casto y sencillo" hasta la trasparencia. Hernández comprometido es Hernández sensual porque el compromiso, si lo es, implica al cuerpo: allí vemos a la cantaora doblada, rota, trenzándose sobre el chorro de la emoción para hacerse altavoz, vehículo que la comunica al público, de un yo a otro circula el alma colectiva: ¿quién no ama? ¿quién no llora? ¿quién no muere? ¿quién no nace cada noche en otros brazos? Linares renace en los versos de Hernández que hacen "que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan".

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