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Nació impulsada en 1923 como orquesta de cámara por Manuel de Falla para la interpretración un año más tarde del Retablo de Maese Pedro en el antiguo cine Llorens, su primer director fue Ernesto Halffter y durante muchísimos años fue la agrupación de referencia -la única, de hecho- para los aficionados a la música clásica de Sevilla. Un aval histórico que no fue suficiente para que la Orquesta Bética, constituida como Filarmónica en 1964, pudiera evitar una aguda zozobra que la condujo casi a su desaparición y que vivió sus episodios más críticos los primeros años 90, cuando los esfuerzos institucionales se volcaron en la recién fundada Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, y una década más tarde, cuando la formación perdió "de la noche a la mañana" la sede que tenía en la iglesia de Santa Lucía, getionada por la Junta.
Ahora, "con respeto por ese pasado pero sin nostalgia", la Orquesta Bética Filarmónica (OBF) de Sevilla afronta su relanzamiento, una nueva etapa gestionada por un equipo directivo y un plantel de músicos renovados que se escenificará en un concierto el próximo día 17 en el Paraninfo de la Universidad Pablo de Olavide (UPO). "Ha sido una orquesta muy mal tratada, por no usar otro término, pero gracias al tesón de José Salazar y sus compañeros, auténticos supervivientes, consiguió mantenerse", dice José Yáñez, gerente y portavoz de la nueva dirección de la OBF.
Salazar era el anterior presidente de la OBF, y como gesto a la firmeza de su resistencia, lo seguirá siendo en una junta directiva elegida en votación el pasado octubre. Inmaculada Hernández Mancha, designada vicepresidenta, y Joaquín Romero, como archivero, lideran junto al mencionado Yáñez y a Juana Martínez de la Hoz Casas, responsable artística y directora de la orquesta, el reto que supone conseguir que la agrupación "vuelva a ser una orquesta de referencia en Andalucía".
El primer impulso se produjo a través de la firma de un convenio con la UPO para que ésta custodiara el archivo histórico de la OBF -entregado ya a la institución académica- y procediera a su digitalización. Poco después las dos partes se plantearon el objetivo aún más ambicioso de "renovar el proyecto en todos sus términos", explica Yáñez, quien aclara que "por motivos obvios" no pretenden "entrar en competencia ni en comparaciones con las otras orquestas de la ciudad, que tienen su sitio legítimo y que lo están haciendo muy bien".
Además de recuperar el repertorio histórico de la orquesta, sus nuevos responsables pondrán "especial énfasis" en convertir a la OBF en una formación "versátil, ágil y con capacidad de adaptación", y aspiran igualmente a que tenga "un marcado carácter de orquesta de foso" y a vincularla con "proyectos relacionados con las artes escénicas, principalmente la zarzuela, el teatro, el ballet, la danza contemporánea y el nuevo flamenco".
Además, la orquesta se presentará en dos modalidades, como orquesta de cámara y como filarmónica. En la primera formación contará con 32 músicos; en la segunda, con 67. Y aunque en la etapa recién inaugurada continuarán músicos presentes en la anterior, la OBF quiere propiciar un "cambio generacional" y abrirse a los estudiantes que salen del conservatorio, con el deseo de ser una "plataforma para la formación y el lanzamiento de músicos sevillanos y del resto de Andalucía", por lo que el proyecto busca también ampliar al parco escenario de orquestas de cantera de la comunidad autónomay ofrecer un servicio complementario al de la OJA.
La OBF ensaya actualmente en el antiguo Matadero, en el barrio de Ciudad Jardín, un espacio "más que adecuado", aunque, no obstante, su junta directiva se ha marcado el objetivo de conseguir una sede propia y un "espacio estable" para sus conciertos en Sevilla, para lo que ya han puesto sus ojos en algunos escenarios ligados a etapas anterioresde la orquesta, como el Teatro Lope de Vega o el cine Llorens, este último si finalmente se confirma su recuperación, anunciada en estas mismas páginas la semana pasada por la próxima responsable cultural del Ayuntamiento, María del Mar Sánchez Estrella.
"Sabemos que estamos renaciendo en una época muy adversa", dice Yáñez. Por eso la OBF no va a renunciar a solicitar todas las subvenciones a las que pueda optar, pero evitará, asegura su gerente, "depender" de ellas. "Los patrocinios pueden llegar de muchas maneras", sigue; por ejemplo, mediante la contratatación de conciertos por parte de entidades privadas. "En este sentido hay algunas conversaciones avanzadas para la próxima temporada", avanza Yáñez, que por "prudencia" prefiere no revelarlas aún. De momento, la orquesta cuenta con un fondo de reserva "suficiente para afrontar los gastos comunes", procedente de los conciertos ocasionales que ha dado la agrupación en los últimos años.
En cualquier caso, estos fondos "no serían en modo alguno suficientes para profesionalizar con estabilidad la orquesta". Por ello, la futura financiación de la orquesta se fundamentará en sus conciertos de temporada -"que ya estamos programando", apunta su gerente- y en la colaboración -"no necesariamente será dineraria", matiza- de entidades colaboradoras que quieran sumarse al impulso inicial de la UPO.
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