Tribuna económica
Fernando Faces
El renacimiento de la energía nuclear: España a la contra
cómics
En 1963 nació la serie El botones Sacarino, de El Aullido Vespertino, creada por Francisco Ibáñez. La rima que suelen llevar los títulos de las series de Editorial Bruguera indica que Sacarino trabaja en la redacción de un diario ficticio, aunque con poca voluntad de trabajar.
Este personaje fue creado a instancias de Rafael González, director de Editorial Bruguera, que intentaba imitar a la Escuela Francobelga. Ya que en España André Franquin no era conocido, la editorial le suministró material a Ibáñez, a quien pidió un híbrido de sus personajes Spirou y Gastón. Si se comparan los cómics de Sacarino y Gastón, pueden verse viñetas similares. Sacarino es Gastón vestido como Spirou. En el auge de los cómics francobelgas, fue habitual en la editorial. Le ocurrió al mismo Ibáñez cuando sus personajes ganaron fama: a los demás dibujantes les pedían imitar su estilo.
Ibáñez aprovecha para hacer sátira sobre la vida laboral en una empresa durante los años del desarrollismo franquista. Además, revive su juventud de botones y administrativo de Banesto.
El botones Sacarino, de El Aullido Vespertino (1963) debutó en El DDT nº 628, con formato de dos columnas de seis tiras cada una que ocupaban parte de la página y esbozaban una anécdota protagonizada por un botones y su director. El protagonista es cabezón, alto, delgado, manazas y tiene entre catorce y dieciocho años, entonces edad legal para ejercer de botones.
En 1967, El DDT se convirtió en una revista juvenil de Bruguera con el título de DDT. Desde entonces, se publica en doble página central a color con el título de El botones Sacarino (ya sin la rima forzada) y se ambienta en la redacción de la propia DDT, con apariciones del redactor jefe, Armando Matías Guiu; los historietistas Perich, Sanchis, Conti, Raf, Escobar, y el propio autor, Francisco Ibáñez, burlándose de sus pretensiones económicas y su calvicie.
El botones Sacarino forma parte del universo de Francisco Ibáñez, por eso en sus aventuras aparecen a veces Mortadelo y Filemón, Pepe Gotera y Otilio, y Rompetechos.
La comicidad se apoya en el slapstick (traducido del inglés como "golpe y porrazo"), subgénero de comedia con violencia física exagerada sin consecuencias reales de dolor, aderezado con juego de equívocos propio del vodevil y la sitcom.
Al principio, la serie seguía el esquema del empleado que perjudica al superior. En el nuevo DDT, el esquema dual se rompe con la incorporación de un nuevo eslabón en la jerarquía: el dire, subordinado al presi y con autoridad sobre el botones.
El presi de DDT es dibujado al principio de espaldas o en la sombra con anillos de oro, luego vemos que su diseño es muy similar al del director de El Aullido Vespertino. El dire de DDT tenía el rostro de Rafael González, pero éste hizo que dibujantes anónimos cambiaran su cara desde la cuarta entrega. A partir de la séptima, Ibáñez presenta al dire definitivo. El presi es víctima de los líos de Sacarino, pero las apariencias señalan al dire, al que siempre cree culpable.
A principios de los setenta, se había dejado atrás la imitación de Franquin. Ibáñez centra las historias en éste y en el presi, dejando a Sacarino relegado al papel de preparar la trastada desencadenante de la trama. De esta forma, Francisco Ibáñez deja en un segundo plano a un personaje impuesto para que sus dos superiores se luzcan, dotando a sus creaciones de un toque personal e intransferible.
En 1973, Editorial Bruguera coloca a Sacarino en la cabecera de la revista Tío Vivo. En 1975, Sacarino es el segundo personaje de Ibáñez y tercero de Bruguera en tener publicaciones que llevan su nombre como reclamo: las revistas Sacarino y Súper Sacarino.
Ibáñez solamente hizo El botones Sacarino hasta 1982. Recuperó al botones en 1984 en la historieta larga de Mortadelo y Filemón titulada Testigo de cargo, en la que los agentes protegen a Sacarino porque hace falta su testimonio en el juicio contra un terrorista. Vuelve a dibujar a Sacarino en dos álbumes de los dos detectives: El 35 aniversario (1992); y La rehabilitación ésa (2000). En el segundo caso, el motivo fue promocionar la tele-comedia de TVE, El botones Sacarino, protagonizada por Jorge Roelas.
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios