Alba Molina | crítica
No lo es ni pretende serlo
Bienal de Flamenco
La cita es el último día de la Bienal. Y tres son los convocados. El público, Rafael Riqueni y su guitarra. Nada más. Y nada menos. En el teatro más emblemático de nuestra ciudad, el Lope de Vega, que tantas noches gloriosas de flamenco ha contemplado. Rafael Riqueni presentará su obra Herencia en un concierto de puro concertismo flamenco que es la culminación del ciclo Guitarra desnuda, una de las ideas más brillantes de esta Bienal, y un hito dentro de la gira de presentación del último disco del tocaor. Una obra que contiene monumentos del toque solista como el titulado Soleá de los llanos que es un homenaje en vida a uno de los referentes del tocaor, Manolo Sanlúcar, recientemente fallecido, una obra clásica en la que el tiempo se detiene. O la taranta Minerico, otra de las obras mayores de Riqueni, lírica, morosa. Seguiriyas, tangos, farrucas o granaínas completarán el repertorio que ofrecerá Riqueni en el Lope de Vega y que conforma su última entrega discográfica. La apelación a los estilos tradicionales de lo jondo en esta propuesta no le resta libertad al autor, sino todo lo contrario. En Herencia (2020) Riqueni se encuentra en un territorio absolutamente familiar, el de su propia inspiración. En él se derriban las fronteras estrictas entre los géneros que no son sino un punto de partida o, por mejor decir, una emoción de partida. Además de Herencia, Riqueni completará la propuesta con temas pertenecientes a su discografía anterior compuesta por unas cuantas obras maestras: Juego de niños (1986), donde ya se evidenciaba la delicadeza de su toque, frente a la contundencia imperante en la guitarra de los ochenta, Flamenco (1988), que rompe con el concepto del combo flamenco imperante en la guitarra al prescindir, como en la ocasión presente, de acompañantes, Mi tiempo (1990), Suite Sevilla (1993), Maestros (1994), de nuevo con la guitarra en solitario, Alcázar de cristal (1996) y Parque de María Luisa (2017). Así que, si hay alguien que sabe lo que es estar en un escenario a solas con su guitarra, ese es, sin duda, Rafael Riqueni, como volverá a demostrar en este concierto.
Rafael Riqueni del Canto (Sevilla, 1962) se inició en el mundo de la guitarra flamenca profesional con tan solo 12 años y a los 14 se alzó con los dos premios más importantes de guitarra solista que concedía en aquel tiempo el mundo flamenco, el Nacional de Córdoba y el de la Peña Los Cernícalos de Jerez. Su obra se ha caracterizado por un concepto muy personal de la armonía y de la técnica de ejecución jonda que toma elementos de la guitarra clásica y del nacionalismo musical español de principios del siglo XX. En 2014 recibió el Giraldillo de la Bienal a la maestría y el XXXI Compás del Cante que concede la Fundación Cruzcampo. En 2020 obtuvo su segundo Giraldillo de la Bienal de Sevilla. Su última obra Nerja, todavía inédita en nuestra ciudad, es "una fantasía descriptiva desde el impresionismo musical y con elementos de la música clásica española que han definido gran parte de su carrera" en palabras del productor de Riqueni, Paco Bech.
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