Rafael Guillén dona su legado literario a la Biblioteca de Andalucía
Además de fotografías, manuscritos y libros dedicados, el material incluye su epistolario con diversos autores como Vicente Aleixandre
El poeta granadino Rafael Guillén (1933) sigue fiel a su máxima de viajar ligero de equipaje y ha decidido donar su legado literario a la Biblioteca de Andalucía. El material se compone de documentos generados por la actividad literaria del autor a lo largo de las últimas seis décadas, ordenados cronológicamente y clasificados en cuatro grandes bloques: manuscritos originales de su obra poética; correspondencia autógrafa con escritores y artistas; siete grandes álbumes con las páginas de periódicos donde se recogen sus actividades literarias y una carpeta con documentos como partidas de nacimiento familiares, expediente matrimoniales o libro de familia, junto a una amplia selección de fotogratías de las distintas epatas de su vida.
La Fundación Miguel Delibes de Valladolid se había puesto en contacto hace tiempo con él para sondear la posibilidad de acoger este legado. El poeta ya tenía tomada la decisión de donárselo porque "era absurdo dividirlo entre mis cuatro hijos". Pero fueron precisamente sus herederos los que tomaron la última palabra para que estos documentos no salieran de Granada y se encargaron de gestionar la cesión a la Biblioteca de Andalucía. Prueba del valor de estos fondos es que, una vez que el acuerdo con ésta ya estaba cerrado, también la Fundación Lara de Sevilla se interesó por su posible cesión.
Eso sí, sus miles de libros seguirán poblando las estanterías de su casa de los Alminares del Genil. "Está estipulado que mientras viva yo o mi mujer se quedarán aquí en depósito", subraya Guillén. En este otro bloque se incluyen cerca de 2.500 volúmenes con afectuosas dedicatorias de autores como Vicente Aleixandre, Francisco Giner de los Ríos, Dámaso Alonso o Gerardo Diego. En cuanto a su correspondencia, la lista interminable incluye desde los citados autores de la Generación del 27 y posteriores, Luis Rosales, Blas de Otero, Gabriel Celaya o Carlos Bousoño hasta las generaciones que se fueron sucediendo, como la suya propia del 50. Cartas de amigos, íntimos algunos, como Julio Alfredo Egea, José Carlos Gallardo, que vivió la mayor parte de su vida en América, José G, Ladrón de Guevara, Francisco Izquierdo, y cartas de Claudio Rodríguez, Gil de Biedma, Gimferrer y escritores más jóvenes. "Algunas cartas muestran, por ejemplo, cómo se gestó la colección Veleta al Sur, donde publicaron poetas por entonces desconocidos, pero que después ganaron premios nacionales y ahora son conocidísimos, o Los Papales del Carro de San Pedro o monografías sobre el Albaycín", comenta. Los técnicos de la Junta de Andalucía llevan ya una semana instalados en la casa de Rafael Guillén catalogando el extenso resultado de una vida de letras. En las próximas semanas comenzarán a trasladar el archivo y después llegará el proceso de digitalización. "Conforme se vaya haciendo me irán dando unos disquetes para que, de alguna forma, yo pueda tener también a los documentos", comenta el poeta sin atisbo de nostalgia. "Simplemente he pretendido hacer las cosas bien", asegura. La Junta de Andalucía, por su parte, en el escrito publicado en el BOJA en el que acepta el legado como "depósito perteneciente a la Comunidad Autónoma", señala que "es indudable su valor como patrimonio histórico al revelar una incuestionable importancia histórica, documental, bibliográfica y científica para Andalucía".
La memoria literaria de Rafael Guillén se encontrará en el archivo de la Biblioteca de Andalucía con los fondos bibliográficos que donó el poeta Luis Rosales, que suman 17.000 volúmenes, entre los que hay obras relevantes como la de Pedro de Aguilar, Tratado de la Caballería a la Jineta, de 1572 o la Nobleza de Andalucía, de Gonzalo Argote de Molina, también del siglo XVI. Esta biblioteca incluye obras dedicadas de Lorca, como el primer Romancero gitano, o la Oda a Walt Whitman. También con dedicatoria figuran obras de Alberti ilustradas con sus dibujos, de Juan Ramón Jiménez, Salinas, o revistas completas, como Cruz y Raya, Revista de Occidente, Cuadernos Hispanoamericanos, y otras posteriores como Escorial, Ciclón y Caballo Griego para la Poesía. Junto a estas colecciones cedidas en los años 90, la Biblioteca de Andalucía guarda el fondo Nicolás López, centrado en la figura de Ángel Ganivet, o la colección donada en 2008 por la investigadora granadina Antonina Rodrigo, un archivo especializado en Guerra Civil y posguerra. Con todo, el primer legado íntegro que guardará será el de Rafael Guillén.
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