Aleteos germánicos del Romanticismo francés
ROSS. Gran Sinfónico 8 | Crítica
La ficha
Real Orquesta Sinfónica de Sevilla
**** Gran Sinfónico 8. Solista: Alexandra Conunova, violín. ROSS. Director: Marc Soustrot.
Programa:
Eduardo Soutullo (1968): Alén (2019)
Camille Saint-Saens (1835-1921): Concierto para violín nº3 en si menor Op.61 (1880)
Cesar Franck (1822-1890): Sinfonía en re menor (1889).
Lugar: Teatro de la Maestranza. Fecha: Jueves, 21 de abril. Aforo: Tres cuartos de entrada.
El concierto se dedicó al colectivo de enfermería de Sevilla, que casi logra el milagro del lleno en un programa de abono de la ROSS. La orquesta presentó Alén del gallego Eduardo Soutullo, una obra de atmósfera espectral, que juega sus mejores bazas en los contrastes de texturas, dinámicas y tímbrica entre una cuerda aleteante y un metal contundente.
Luego Soustrot se acercó a dos obras del Romanticismo francés en las que el peso de lo alemán resulta bastante evidente. En el Concierto nº3 de Saint-Saëns, la moldava Alexandra Conunova (1988) mostró que es una violinista de una pieza, completísima, capaz de un sonido robusto, redondo, dramático al principio, brillantísimamente virtuosístico al final y de una delicadeza superlativa en el tiempo central, en el que añadió lirismo, variedad en el color y unos impresionantes matices en las gamas dinámicas más tenues. Hay que añadir además que Soustrot la acompañó sin ningún tipo de condescendencia, apretando en dinámicas cuando la música lo pedía, pero la solista salió siempre triunfante. Colosal.
El maestro francés hizo también una estupenda Sinfonía de Franck, de una energía vibrante y un control férreo del ritmo, aunque quizás no alcanzara la soberbia claridad de texturas que pudimos escucharle en su anterior comparecencia con Brahms. Maravilloso el arranque del segundo movimiento, con una Sarah Bishop capaz de hacer flotar su corno inglés sobre un fondo mágico de la cuerda. La respuesta de la trompa de Morillo no estuvo a menor altura.
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