Pros y contras del gimnasio de la risa

Alfonso Crespo

26 de febrero 2015 - 05:00

Improductivos. Idea original: Javier Durán, Adrián Pino. Director y dramaturgia: Javier Durán. Sonido y luces: Alba Povedano. Actores: Alejandro Gámiz, Dino Giorgetti, Juanma Martínez, Germán Pajuelo. Fecha: Miércoles 25 de febrero. Lugar: Sala Cero Teatro. Aforo: Casi lleno.

A los jóvenes se les presume valor, también arrojo, y ambas virtudes brillan en este Ensayo general de los Improductivos, la demostración palpable de que no hay nada más complicado que improvisar y que, curiosamente, cuando más le pica este gusanillo a los actores es cuando menos tablas y registros manejan.

Sujeta a las interrupciones constantes y medidas de un director-maestro de ceremonias, Ensayogeneral tiene a cuatro actores dándoles vida y carrete a las ideas peregrinas y surrealizantes que les lanza el respetable desde las butacas. Gente joven escuchando a gente joven: naufragios, dinosaurios, la auténtica receta del chipirón plancha, meros parlantes o bloques de piedra ostionera fueron los protagonistas del día de ayer, y otros de este jaez centrarán las funciones restantes. Sometidos al brainstorming de la audiencia y a las apreturas, dignas del retorcido imaginario televisivo, del particular método Volkov, el cuarteto de actores se deja llevar por la corriente de la risa trasera y se pliega con desparpajo a las demandas de los muchos demiurgos.

Improductivos ofrece lo que se espera de ellos, reflejos y buen humor, y nadie sale descontento o estafado. El único problema a la vista para los intérpretes lo representa el encasillamiento en estas fórmulas raudas que tan bien disfrazan su poca exigencia.

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