Itálica apuesta por el flamenco de vanguardia

Festival de Danza de Itálica

Rocío Molina, Rubén Olmo y Patricia Guerrero actuarán en el festival, que se celebra del 24 de este mes al 20 de julio

Rocío Molina es una de las creadoras que participa en el festival.
Rocío Molina es una de las creadoras que participa en el festival. / Marta Pérez (Efe)

Rubén Olmo, merecedor del Premio Nacional de Danza en 2015 y elegido recientemente director del Ballet Nacional de España, abrirá la programación del Festival Internacional de Danza de Itálica en el Teatro Romano con La muerte de un minotauro, un homenaje del coreógrafo y bailaor al desaparecido Salvador Távora.

"Salvador era un creador al que sentía muy cercano", confesó Olmo este lunes, en la presentación de la próxima edición del festival a la prensa. "Mi familia entera es del Cerro del Águila, su barrio, pero nunca pude trabajar con él, en parte porque me fui muy joven a Madrid", explicó el sevillano, que sí había hablado con el dramaturgo de revivir Las bacantes y que en este Minotauro hará su "propia obra" basada en el original de Távora.

Olmo estará en el Teatro Romano el 25 y el 26 de junio (la inauguración del festival, el 24, correrá a cargo de la compañía de Nadine Gerspacher con un espectáculo de calle) acompañado entre otros de Eduardo Leal y de Diana Noriega. De la música se encargarán Dani de Morón, Alejandro Cruz, Agustín Diassera y Juan Manuel Busto, que dirigirá a la Orquesta Bética de Andalucía. "Será mi despedida de la ciudad", dijo el creador, que en septiembre empezará una nueva etapa al frente del Ballet Nacional de España.

Olmo se despide de la ciudad: en septiembre empezará como director del BNE

El flamenco tendrá un especial protagonismo dentro de la programación del Festival de Itálica, que hará según la diputada de Cultura Rocío Sutil una apuesta "valiente" por "propuestas de vanguardia" y que entre sus invitados tendrá a la malagueña Rocío Molina y a la granadina Patricia Guerrero. Una edición que también prestará atención a la danza en la calle y al público infantil, y para la que ha diseñado el cartel Cristóbal Quintero. El pintor ha optado por colores básicos en su trabajo y hecho un ejercicio de síntesis "para que tenga fuerza gráfica y funcione en la calle".

Rocío Molina ha elegido la intimidad del Claustro de los Muertos del Monasterio de San Isidoro para desplegar su "laboratorio itinerante". La bailaora, uno de los nombres más destacados de la danza internacional, se estrena en Itálica con Impulso, una "trilogía" de improvisaciones en las que se aliará con la guitarra de Rafael Riqueni (29 de junio), la coreógrafa y bailarina Elena Córdoba (6 de julio), y el bailarín y cantante François Chaignaud (13 de julio).

Molina, también Premio Nacional de Danza, precisó que "no se trata de espectáculos, sino de improvisaciones, como si abriese mi local de ensayo al público", adelantó la bailaora, que prosigue aquí esa senda de investigación que tan buenos frutos le ha dado y que le genera el "vértigo" de "no saber lo que saldrá".

Molina plantea tres improvisaciones, una de ellas junto a la guitarra de Riqueni

Patricia Guerrero, por su parte, reestrena en Itálica, el 16 y el 17 de julio en el Teatro Romano, Distopía, una reflexión sobre la opresión de la mujer y también la feliz consagración de un talento que ya cautivó a público y crítica con Catedral.

Juan Dolores Caballero, que dirige Distopía, presenta también en el Teatro Romano La cocina de los ángeles (19 y 20 de junio), una pieza de danza contemporánea ambientada en una clínica de salud mental. Un montaje que contará con la música interpretada en directo de Sancho Almendral y "un tipo de movimiento que tira más hacia el neoclásico".

La lista de espectáculos que pasarán por el Teatro Romano se completa con los americanos A.I.M. (2 y 3 de julio), en cuyas creaciones dialoga un amplio abanico de tendencias que van del ballet al hip hop; y Anhelo, de Marcat Dance (9 y 10 de julio), en la que Mario Bermúdez reúne a seis intérpretes (él entre ellos) en un "viaje emocional" sobre la necesidad de encontrar calma.

En el Monasterio de San Isidoro, entretanto, se verán además de los Impulsos de Rocío Molina Ever After, de Nadine Gerspacher (27 y 28 de junio), N!gga, una reivindicación de la comunidad negra africana de Nora Chipaumire, nacida en Zimbabue y residente en Brooklyn (4 y 5 de julio); Hypnos, una obra en la que la compañía La Guilda baila la palabra del poeta René Char (11 y 12 de julio) y los griegos Danae y Dionysios exploran la "fragilidad" y "resistencia" del cuerpo (18 de julio).

El festival de Itálica, que acoge cuatro estrenos absolutos y tres producciones propias, prestará atención al público infantil –un apartado en el que Iron Skulls, Date Danza o Zum Zum Teatro llevarán sus propuestas a la Casa de la Provincia– y desarrollará también una programación de calle, según desvelaron los responsables de la cita, cuyas entradas se pondrán a la venta "próximamente".

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