Los Oscar sueñan con viajar a México

Era un largometraje dialogado en español y mixteco, rodado en blanco y negro, producido por Netflix y proyectado en muy pocos cines debido al recelo de los exhibidores. Desplegaba, además, con delicadeza y morosidad una historia discreta, la vida de una familia en un barrio de Ciudad de México. Tenía muchos elementos en contra, pero Roma, de Alfonso Cuarón, el drama con el que el director de Y tu mamá también o Gravity recreaba los escenarios de su infancia, ha demostrado en los últimos meses una capacidad para emocionar que no entiende de fronteras geográficas y lingüísticas ni métodos de visionado.

El León de Oro en Venecia, los Globos de Oro al mejor director y a la mejor película extranjera, el Goya a la mejor cinta iberoamericana y cuatro Bafta (incluyendo mejor cinta y mejor dirección) han allanado el terreno, y ahora, Roma está llamada a hacer historia con diez candidaturas al Oscar y la previsión de que será la primera producción en castellano que se haga con el premio a la mejor película. Aunque La favorita, de Yorgos Lanthimos, cuenta con el mismo número de candidaturas, y Green Book, una feel good movie en toda reglafeel good movie, dispone de todos los elementos para triunfar -pese al poco crédito que tenía Peter Farrely-, a estas alturas sería una decepción que no arrasara Roma.

Curiosamente, México no ha ganado nunca en la categoría de película en lengua no inglesa -un apartado al que Roma también opta, y en el que sólo Cold War podría hacerle alguna sombra-, y sin embargo los cineastas de este país han mostrado un dominio apabullante en los últimos años: Cuarón en 2014 con Gravity; Alejandro González Iñárritu en 2015 y 2016 con Birdman y El renacido; y Guillermo del Toro en 2018 por La forma del agua ganaron la estatuilla al mejor director. Damien Chazelle, en 2017 y por La La Land, fue el único estadounidense en hacer diana en todo un lustro. Cuarón, que al Oscar por la dirección de Gravity suma el de mejor montaje, podría salir de la próxima gala con cuatro estatuillas más: está nominado en las categorías de película (es productor de la cinta), fotografía, guión y dirección.

La entrega de premios, que se celebra en la madrugada del domingo al lunes, no tendrá presentador después de que Kevin Hart renunciara a ejercer de maestro de ceremonias por unos antiguos tuits homófobos. Lady Gaga, Queen y Bette Midler (que interpretará una canción de El regreso de Mary Poppins) actuarán en una gala que sus responsables quieren que se caracterice por su brevedad y en la que, previsiblemente, se hablará mucho en castellano. En un país en el que Trump insiste en levantar un muro, quizás la cultura y el cine tiendan un puente.