Miguel Poveda, un clásico sevillano
Crítica de Flamenco
La ficha
*****'Enlorquecido'. Cante: Miguel Poveda. Guitarra: Jesús Guerrero. Piano y teclados: Joan Albert Amargós. Violines: Olvido Lanza, Carlota Amargós. Bajo eléctrico: José Manuel Posada 'Popo'. Batería: Antonio Coronel. Percusión: Paco González. Coros y palmas: Esperanza León, Genara Cortés, Londro, Dani Bonilla. Lugar: Auditorio Rocío Jurado. Fecha: Viernes 22 de junio. Aforo: Tres cuartos de entrada.
Junio y Miguel Poveda ya es un dúo clásico sevillano. Uno más. En esta ocasión el reto era llevar al gran público la poesía más hermética de Federico García Lorca. No llenó y el propio cantaor se quejó del elevado precio de las entradas. El recital tuvo dos partes muy diferentes. La primera estuvo protagonizada por Enlorquecido la flamante entrega discográfica del cantaor con textos del granadino, principalmente del ciclo neoyorquino y los Sonetos del amor oscuro. Esto último fue precisamente lo más interesante de la primera mitad del recital, por la intimidad y la fuerza que le dio el cantaor a su interpretación.
En la segunda parte disfrutamos de un gran concierto de flamenco tradicional. Miguel Poveda cambió la chaqueta y la corbata por un chaleco y pasó de cantar de pie a la clásica silla flamenca. La noche no parecía propicia para intimidades, dado el recinto enorme y la cantidad de público congregado. Pero Miguel Poveda impuso silencio con la emotiva taranta. El resto del recital corrió a cargo de los estilos festeros del flamenco incluyendo la guajira marchenera, un cante poco habitual en el repertorio del catalán. Por tangos se acordó de la Niña de los Peines y de los aires de Triana y, como en él es habitual, se dio su pataíta. Por cantiñas se acordó de los estilos clásicos de Cádiz y de los cantes de tierra adentro, además de tener un recuerdo para el maestro Chano Lobato. En la bulería las voces de Bonilla, El Londro, que se acordó del Chozas, Esperanza León y Genara Cortés se sumaron a la fiesta. La propina fue la camaronera Leyenda del tiempo. Jesús Guerrero secundó al cantaor con mucho oficio y además hizo un espectacular solo por rondeñas.
Miguel Poveda volvió a demostrar que es uno de los grandes cantaores de hoy y que el público mayoritario puede y debe ser sensible al mensaje flamenco, ya que es su auditorio natural.
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