Portugal otorga a José Saramago honores de jefe de Estado en su despedida

El Ayuntamiento de Lisboa, adornado con grandes fotografías del premio Nobel, acoge una multitudinaria capilla ardiente

El féretro con los restos de José Saramago, en el momento de su llegada ayer al Ayuntamiento de Lisboa.
El féretro con los restos de José Saramago, en el momento de su llegada ayer al Ayuntamiento de Lisboa.
Efe / Lisboa

20 de junio 2010 - 05:00

El Ayuntamiento de la capital portuguesa recibió ayer en una capilla ardiente los restos de José Saramago, a quien Portugal tributó un último y sentido adiós al que se sumaron autoridades e intelectuales de varios países.

El féretro de Saramago fue recibido a las puertas de la Cámara Municipal por su alcalde, Antonio Costa, un gran admirador del escritor, al que acompañaron varios miembros del Gobierno portugués y la ministra española de Cultura, Ángeles González-Sinde, entre otras autoridades nacionales y de países lusófonos.

Los restos del escritor, que llegaron en un avión de la Fuerza Aérea portuguesa desde la isla española de Lanzarote, donde falleció este viernes a los 87 años de edad, recibieron honores militares en el aeropuerto, en medio de un imponente silencio. Desde allí fueron trasladados hasta el Ayuntamiento por un cortejo fúnebre custodiado por un destacamento de motoristas de la policía municipal, que veló también el féretro, con uniforme de gala, en el Salón de Honor de la Cámara Municipal.

Con un tratamiento propio de un dignatario del Estado, el cortejo fúnebre del único Nobel portugués pasó lentamente ante la sede de la Fundación José Saramago de Lisboa, situada cerca del aeropuerto de Portela.

Desde su salida de Lanzarote, donde el Nobel vivía desde 1993, acompañaron los restos a bordo del avión militar portugués la ministra lusa de Cultura, Gabriela Canavilhas; la viuda del escritor, Pilar del Río; la hija de su matrimonio anterior, Violante Saramago, y varios familiares y amigos muy cercanos.

A su llegada al Ayuntamiento, de cuyas ventanas pendían dos enormes carteles con la imagen de Saramago, los familiares del escritor fueron recibidos por el alcalde de Lisboa, que abrazó a la viuda y la hija del Nobel.

La capilla ardiente de la Cámara Municipal se abrió al público por la tarde y hasta la medianoche, en la primera ceremonia de este tipo que presencian los empleados del Ayuntamiento lisboeta, donde no se recuerda que haya tenido lugar un homenaje similar.

El Gobierno del primer ministro socialista José Sócrates declaró ayer y hoy jornadas de luto nacional por la muerte de Saramago, considerado uno de los grandes referentes culturales de Portugal y el autor contemporáneo que más ha contribuido a proyectar mundialmente las letras lusas.

Entre las más sentidas manifestaciones que motivó su desaparición estuvieron ayer las del Partido Comunista Portugués, a cuya militancia se mantuvo siempre fiel el escritor, y cuyos dirigentes acudieron a recibir el féretro al aeropuerto y la Cámara Municipal. Los restos fueron velados allí por amigos, familiares y autoridades hasta que hoy domingo se celebre un funeral y posteriormente una ceremonia en el cementerio del Alto de San Juan de la capital lusa, donde el cuerpo del Nobel será incinerado.

La delegación española que asistirá a estos actos estará encabezada por la vicepresidente primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que llegará hoy por la mañana a Lisboa.

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