Pop de baja fidelidad para colorear la vida diaria
Annika Ström inaugura hoy en el CAAC un bloque de exposiciones dedicado al poder de la música
El delicado equilibrio entre la sinceridad impúdica y la ambigüedad impersonal de muchas letras de canciones pop, las experiencias aparentemente insignificantes de la vida cotidiana que observadas con distancia se impregnan casi misteriosamente de significados poéticos, y la concepción del arte como una indagación conceptual pero abierta siempre al soplo de la emoción y muchas veces a la ternura y a la ironía de una estética amateur, estos son algunos de los elementos que definen Songs by Annika Ström, la primera exposición individual de la artista en España.
La acoge hasta el próximo 11 de septiembre el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), y es la primera de un nuevo bloque expositivo titulado La canción como fuerza social transformadora, en el que diversas muestras abordarán sucesivamente hasta finales de año la singular potencia de la música como catalizadora de emociones en el ámbito privado y como espejo de movimientos y agitaciones sociales. Siete vídeos, el más largo con una duración de 22 minutos y con una sola excepción con bandas sonoras compuestas por la propia Ström, y cuatro murales integran esta exposición que abre esta nueva línea de reflexión del CAAC a propósito de "la revolución cultural más importante del siglo XX", en palabras del director del centro, Juan Antonio Álvarez Reyes.
La artista, sueca pero afincada en la actualidad en Inglaterra después de trabajar una larga temporada en Alemania, juega en esta muestra con los clichés de las letras de cierta música pop, en particular con las de las canciones de amor. Con ellos están construidos los minimalistas y circulares textos de la música que acompaña a los vídeos, una electrónica de fabricación lo-fi y sonido prácticamente naïf con la que Ström colorea sus vídeos directos y testimoniales, unos más narrativos que otros, pero todos en cualquier caso inspirados en experiencias personales de la artista.
Es el caso de El concierto que me perdí, una pieza grabada por la autora a raíz de las quejas de sus amigos por llegar muchas veces tarde a sus brevísimos conciertos, que rara vez superan los diez minutos. Un riesgo que correrán hoy quienes se acerquen a la inauguración oficial de la exposición, ya que Ström ofrecerá a las 21:00 un (inevitablemente) fugaz recital con sus microcanciones. "Todas las obras tienen una base documental, toman aspectos de la realidad y los refuerzan", dice Ström, interesada en extraer "emociones fuertes" de la infinidad de minucias domésticas e íntimas que conforman el tejido de una vida ordinaria. La artista aspira asimismo a ironizar sobre su propia vida y su dedicación al arte (vídeos como Danke, Manuscript Song o Dirk el sustituto), y especialmente a capturar "el estado de enamoramiento", pero no en su acepción romántica habitual, "sino enamoramiento de la vida", como matiza, y muestra, al grabar en I'm in love a su propia madre bailando en el salón de su casa de Helsingborg, una señora de 75 años que acaba, literalmente, desmelenada.
Songs by Annika Ström. Desde hoy (inauguración a las 21:00) hasta el próximo 11 de septiembre en el CAAC.
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