Gloria del Rosario | Crítica
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Paco León. actor
Hace unos días, Paco León (Sevilla, 1974) se mostraba ante el público del Festival de San Sebastián en un registro muy distinto al que acostumbra: como Zúñiga, el oscuro e inquietante personaje al que interpreta en La peste, la serie de Alberto Rodríguez que produce Movistar y de la que proyectó un adelanto el certamen donostiarra. Por lo que apuntan las críticas, esa celebrada transformación parece un paso más en la trayectoria de un actor de rara inteligencia, que ha sabido dar al público lo que esperaba de él al mismo tiempo que buscaba, especialmente como director, nuevas vías para expresarse y escapar de los movimientos previsibles.
Ahora, el sevillano regresa a los cines en su versión más popular, la del cómico entregado a la causa de hacer reír, en Toc Toc, en la que el director Vicente Villanueva adapta la pieza teatral homónima del parisino Laurent Baffie, una obra de la que sólo en Madrid se han representado más de 2.000 funciones y que se puede ver desde el pasado viernes en los cines con León como parte de un reparto coral que incluye a Rossy de Palma, Alexandra Jiménez, Óscar Martínez y Adrián Lastra.
León, que visitó esta semana su ciudad natal para promocionar su nuevo largometraje, considera "una responsabilidad" trasladar a la pantalla un fenómeno capaz de mantenerse durante siete años en la cartelera teatral, pero también cree que la eficacia con la que el material conquista al espectador "nos ofrecía una seguridad, prefiero verlo así. Hacer una comedia comercial tiene sus riesgos, y es un alivio recurrir a un éxito bastante probado como es Toc Toc, una obra que han interpretado en diferentes países diversos actores, que han montado distintos directores, y siempre tiene algo que funciona. Aquí teníamos esa alquimia extraña que poseen algunas comedias, ese elemento no reconocible que hace que funcionen", señala el intérprete.
Porque, al parecer, ni siquiera alguien con la vis cómica y la experiencia de León controla cuál es la fórmula que consigue que el auditorio se divierta. "Uno sabe cosas, hay técnicas que se trabajan, pero al final hacer reír es un enigma", admite el actor. "Yo pensaba que esta película era más de sonrisa que de carcajada, pero he comprobado que en una sala llena la gente se monda. ¿Por qué Toc Toc es un éxito tan grande? Supongo que porque es una propuesta blanca, porque todos nos podemos sentir identificados, pero en ese fenómeno a mí hay algo que se me escapa", reconoce.
La identificación de la que habla el actor se debe a un argumento quese acerca en clave de comedia a nuestra frágil salud mental, y reúne en la sala de espera de un terapeuta a un grupo de pacientes que sufren algún tipo de trastorno obsesivo compulsivo (TOC). "Y todos tenemos una tendencia a eso, pienso que todos tenemos un principio no desarrollado, ahí están esas manías de no cruzar las líneas o de dudar si has cerrado bien la puerta. Son minucias que si las dejas crecer se convierten en un verdadero problema". Un infierno del que querrá salir su personaje, Emilio, un taxista "que tiene aritmomanía, que no puede evitar hacer cálculos matemáticos, y que además sufre síndrome de Diógenes. En la película hay un apunte de su vida en pareja, a través de esas escenas se ve lo difícil que es para alguien con un trastorno así llevar una existencia normal", comenta.
El enredo que disponía Laurent Baffie y que revisa Villanueva lanza al final un mensaje: tal vez, si nos escucháramos los unos a los otros, una parte de nuestros problemas se arreglarían. "La conclusión que tiene la película es que escuchar al otro te hace crecer a ti, que ese ejercicio de empatía te ayuda a mejorar. Es una lectura que se puede llevar a otro terreno y aplicar incluso a algún conflicto que está ocurriendo ahora, no digo cuál", afirma León, que ya mostró su opinión sobre la situación catalana en Twitter y tal vez ahora, cansado de tanto troll, prefiera no seguir ahondando en la herida.
El intérprete, que tras sus trabajos tras las cámaras, Carmina o revienta, Carmina y amén y Kiki, el amor se hace, se ha vuelto más sensible a los desvelos del director -"no puedo evitar ahora hacerme más cargo de todo, como me he visto en esa situación intento ayudar y exigir menos atención como actor"-, aplaude la lectura que ha hecho Vicente Villanueva del texto. "Él tenía muy claro el peligro que se corre al llevar al cine una obra de teatro, una obra con una single location, una única localización, e inventó detalles de la vida de cada personaje para airear un poco la historia, para que la acción saliera de ese espacio. Y reforzó el aspecto visual con un montaje muy dinámico y una riqueza de planos que, la verdad, para un actor resulta hasta agotadora. Había momentos del rodaje en los que estaba en el taxi y el director proponía un plano y otro y otro", relata, "y yo no sabía ya dónde iba a colocar la cámara... Y creo que eso se nota en el resultado".
En Toc Toc, León vuelve a coincidir con otra actriz dotada para la comedia, Alexandra Jiménez, con la que coprotagonizó Embarazados y a la que dirigió en Kiki, el amor se hace. "Es nuestro tercer trabajo juntos. Nuestros personajes [ella encarna a otra paciente, obsesionada por los microbios y la limpieza] no tienen ningún vínculo ni relación amorosa entre ellos, pero hay algún guiño a esa complicidad que tenemos. En un momento en el que ella me pega una bofetada, sentimos cosas", asegura con una sonrisa.
La presencia en el reparto del argentino Óscar Martínez, que recala en España tras su extraordinario papel en El ciudadano ilustre, y un reciente viaje a México que León difundió en las redes sociales -"estaba allí de vacaciones, pero pronto igual puedo hablar de algo de trabajo"- propician que en la conversación asome Hispanoamérica. "Estoy deseando hacer algo allí, a mí me inspira muchísimo más que Hollywood, Los Ángeles. Me parece que en la televisión de pago, en el cine, se están haciendo cosas muy interesantes en Argentina, Colombia, México".
Tras las buenas críticas obtenidas por su cambio de registro en La peste, León reivindica su condición de cómico, "yo me considero básicamente eso, un cómico que a veces escribe, baila, produce o dirige, o hace thrillers de época con Alberto Rodríguez. Pero mi centro es el de cómico, y a mucha honra. Me hace gracia que se legitime a quien hace comedia cuando aborda papeles dramáticos, eso de ah, pues este era buen actor, que aquí hace de serio y lo hace bien... Como si todo lo demás no contara".
León, que con su primera película como director, Carmina o revienta, fue uno de los pioneros por estos lares en la apuesta por diferentes formas de exhibición -aquella película se pudo ver simultáneamente en internet, en cines y en DVD-, anda ahora entusiasmado con las posibilidades de plataformas como HBO o Movistar. "En la televisión de pago no dependes de la taquilla ni de la audiencia. Es como si te quitaras ese yugo, la ambición es artística y no mercantil", defiende.
En Movistar se exhibirá La peste, pero también, más adelante, una historia "que me tiene loco desde hace cinco años, y que por fin va a ver la luz": una recreación de la estancia de la legendaria Ava Gardner en España. "En enero empezamos a rodar, no puedo contar nada más [del proyecto sólo se ha sabido aún por una exclusiva de Fotogramas]. Es un trabajo en el que haré de todo: producir, dirigir, escribir, actuar. Me parece muy bonito lo que está haciendo Movistar, que apuesta muy seriamente por la ficción española y hace una inversión grandísima, no sólo en dinero sino en talento: está dando libertad a los creadores para que propongan cosas diferentes en televisión. Eso es un lujo".
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