Ortiz Nuevo: "Vuelvo con la ilusión de un padre que se reencuentra con su hija"
Flamenco
El nuevo director de la Bienal quiere "sorprender, una regla crucial en el arte", con una edición que girará sobre las ideas de "lo que fue y lo que viene"
"Hay que sorprender, que es una regla crucial en el arte", aseguró ayer el recién nombrado director de la Bienal de Flamenco, José Luis Ortiz Nuevo, sobre el enfoque que quiere darle al encuentro. Mantener esa puerta abierta al asombro "es uno de los sellos de la cita, que nace cuando hay un público que ya no va a los teatros a ver si se reproduce un cante de hace doscientos años, sino que va a ver algo nuevo, algo que le descubra un camino", argumenta este fundador de una muestra que en 2018, del 6 al 30 de septiembre, celebrará su edición número 20 y a la que el especialista regresa con "la ilusión de un padre que se reencuentra con su niña. No será una aventura fácil -reconoció a los periodistas-, pero es apasionante. Tengo casi 70 años de edad civil, pero de edad mental parece como si tuviera 200 y 18 a la vez".
En su primera intervención pública tras conocerse que sustituía a Cristóbal Ortega, el escritor y flamencólogo reivindicó la creatividad y el riesgo por los que apostó en su andadura anterior. Ortiz Nuevo es un viejo conocido, pero los años no han aplacado su coraje. "La Bienal tiene que ser un acontecimiento único cada vez, y parecerse poco a la anterior y a la siguiente", dice. No cree que la propuesta "deba tener presencia en la ciudad todo el año. Simplemente, es cuando es", opina. Y sobre los contenidos, anticipa: "Habrá dos ideas básicas en el diseño de este cuadro: lo que fue y lo que viene. Por ahí nos vamos a mover. Un segmento de la programación va a mirar hacia el pasado y otro hacia el futuro. Y una convicción que tengo es que el flamenco no está solo, tiene que hablarse con el cine, con el arte, con la investigación".
Acompañado del delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, y de la directora general de Cultura, Isabel Ojeda, Ortiz Nuevo quiso "pedir disculpas" por actitudes del pasado. En primer lugar, "por haberla llamado La Vietnam [como se ha referido en otras ocasiones, irónicamente, a la cita]". También se remontó a su anterior dirección del encuentro y recordó con afecto a los entonces concejales Bernardo Bueno y José Hurtado, "a los que saqué de sus casillas por ser yo bastante cabezota y duro de pelar. Eso era antes: ahora soy mayor y menos travieso". Y aludió también a Enriqueta Vila, "que por una cuestión de presupuesto nos enseñó que se podía programar flamenco en el Maestranza".
Ortiz Nuevo también se refirió al malogrado Paco de Lucía y a Cristina Hoyos, a los que también pidió perdón "por una declaración que hice en la que les decía que si querían venir a la Bienal tenían que estrenar un espectáculo. Nunca me arrepentiré lo suficiente de haber dicho esa chulería. Es uno de los peligros de este trabajo: que uno piense que la criatura es tan hermosa que hasta los dioses tienen que venir a ella".
Sobre la programación que ya había cerrado su predecesor en el cargo, Cristóbal Ortega, el nuevo director señaló que "de momento, que yo sepa, no hay firmado nada", apunta el veterano. "Se verá de uno en uno, lo trataremos con las compañías. Las cosas, si se hablan por abajo, se solucionan", considera. "Hay una anécdota al respecto -añadió-, y es que yo participaba en un espectáculo sobre La Valiente, el libro sobre La Cuenca que he publicado".
Por su parte, Antonio Muñoz ahondó en el cambio de modelo de la Bienal que quieren promover desde el Consistorio. "Cada edición tendrá un comisario, un responsable artístico, y ese profesional será elegido por un comité de expertos. Un responsable artístico, insisto, que no elegirá el alcalde o el delegado de turno, sino un grupo de trabajo. Nos interesa alejar el festival de los vaivenes políticos y de las coyunturas que puedan darse, concederle más autonomía", expuso. Para el delegado, esta estrategia posibilitará que "en un mundo tan complejo, tan variopinto como es el flamenco, demos la oportunidad a que distintos proyectos puedan desarrollarse".
Entre otras responsabilidades, este grupo de expertos, prosigue Muñoz, "debe establecer las bases para la convocatoria que designará al comisario o comisaria en el año 2020". No hubo tiempo para elegir por este procedimiento al responsable de la Bienal de 2018. "Habríamos llegado tarde", afirmó el delegado. Encontraron en Ortiz Nuevo, "con la talla y el reconocimiento de un fundador", al candidato ideal para una edición, la número 20, "que había que conmemorar de una manera especial, revisitando lo que se ha hecho hasta ahora y lanzando una mirada al futuro". Ahora toca ponerse a trabajar: la previsión es tener la programación diseñada al completo a final de año, a tiempo para que se promocione en enero en Fitur.
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