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Una temporada que mira al siglo XX

Orquesta Sinfónica Conjunta | Temporada 2022-23

La Orquesta Sinfónica Conjunta presentó su duodécima temporada de conciertos, que incluye siete citas entre mañana mismo y finales de junio

Israel Sánchez López (director del Conservatorio), Juan García Rodríguez (director artístico de la OSC) y Luis Méndez (director del Cicus) durante la presentación / José Ángel García

Siempre se ha caracterizado esta orquesta juvenil que crearon en 2011 la Universidad de Sevilla y el Conservatorio Superior Manuel Castillo por equilibrar en sus programaciones la música contemporánea con la del Clasicismo. Para jóvenes en formación, parece importante mantener el contacto con la fuente cristalina del gran período clásico, pero a la vez trabajar sobre la composición del último siglo. Sin embargo, en la temporada 22-23, que se ha presentado esta mañana, Juan García Rodríguez, que es, desde sus inicios, el director artístico del conjunto, ha apostado por volcarse en la música del siglo XX y olvidarse radicalmente del Clasicismo. De las 16 obras programadas, diez fueron escritas en el siglo pasado, cinco en el XIX y una será estreno absoluto. En cualquier caso, la mezcla entre alguna pieza popular y una mayoría de obras casi desconocidas resulta de enorme interés para el aficionado.

Hay cambios en las sedes. Aunque el Auditorio de Ingenieros seguirá siendo el escenario principal (tres de los sietes conciertos están allí programados), este año el ciclo llegará también al Teatro de los Remedios (Colegio de los Padres Blancos), donde se ofrecerán dos recitales, al salón de actos de la Escuela de Arquitectura (Reina Mercedes) y al Teatro de la Maestranza, donde la OSC clausurará en junio el curso universitario.

La temporada comienza mañana mismo con uno de los dos conciertos que tendrán lugar en el Teatro de los Remedios. En ambos casos, será el conjunto de vientos de la OSC el que actúe. Mañana será con la dirección del clarinetista Camilo Irizo y la actuación como solista del saxofonista Alfonso Padilla, ambos catedráticos del Conservatorio. El programa está compuesto por dos obras completamente desconocidas: el Concierto para saxo de la compositora francesa Ida Gotkovsky (1933), una obra concebida en 1966 y arreglada en el año 2003, y la Sinfonía nº4 del estadounidense David Maslanka (1943-2017), obra del año 1993 de un especialista en la música para banda.

Juan García Rodríguez dirigirá cinco de los siete conciertos previstos en la programación

Para el segundo de los conciertos que tendrá lugar en los Remedios (19 de abril), la dirección de la Orquesta de vientos de la OSC correrá a cargo de Cosimo Colazzo, y en programa figurarán Oriente y Occidente Op.25 (1869) de Camille Saint-Saëns, Lincolnshire Posy (1937) del australiano Percy Grainger y la Sinfonía nº19 (1939) de Nikolái Miaskovski, escrita originalmente para una banda militar.

Antes de que termine el año, en concreto el próximo día 22, la OSC actuará en formato camerístico en la ETS de Arquitectura con un programa que será dirigido ya por Juan García Rodríguez (como el resto) y contará como solista con el guitarrista francés Ysé Dastugue, formado con Francisco Bernier en el CSMS Manuel Castillo. En programa el Concierto elegíaco para guitarra del cubano Leo Brouwer, obra de 1986, y la Serenata para vientos de Dvořák (1878).

El 20 de enero de 2023, la primera cita en Ingenieros contará con la participación como solista de Jesús Berdonces, clarinetista laureado en el Superior de Sevilla, para tocar una de las obras más difundidas del repertorio, el Concierto del danés Carl Nielsen (1928). El resto del programa incluye las muy influyentes 5 piezas Op.10 de Anton Webern (1913), un estreno absoluto del catalán Víctor Estapé, Malva toda y oro, encargo de la propia OSC, y la Suite de danzas (1923) de Béla Bartók.

Juan García Rodriguez en un ensayo con la OSC / U.S.

Para el 24 de febrero, también en Ingenieros, está programado el concierto más excitante del curso, pues, en colaboración con Zahir Ensemble, la OSC ofrecerá dos grandes obras muy infrecuentes del pasado siglo: primero, la Cantata para América Mágica escrita por Alberto Ginastera en 1960 para soprano y orquesta de percusión, una de las primeras obras de su período dodecafónico, que mezcla en sus seis movimientos elementos folclóricos con recursos de un singular serialismo; segundo, Grand Pianola Music, obra de corte minimalista escrita por John Adams en 1981 para dos pianos, 3 voces de mujer amplificadas, orquesta de vientos a 2 (+ tuba) y conjunto de percusión. Entre las voces, se contará con la presencia de la gran soprano madrileña Natalia Labourdette (la Susana de Las bodas de Fígaro que en este momento ofrece el Maestranza).

La despedida de la OSC de Ingenieros en este curso tendrá lugar el 11 de mayo con un concierto peculiar, ya que reunirá el poco común pero delicadísimo Adagio para Cuarteto de orquesta (1891) del malogrado compositor belga Guillaume Lekeu (1870-1894), un gran talento desaparecido en plena juventud, con la Serenata nº1 de Brahms (1858), primer acercamiento del gran maestro alemán a la música orquestal.

El cierre de temporada será a lo grande, el 26 de junio en el Maestranza y con una de las obras sinfónicas más importantes de la historia, la Sinfonía fantástica de Hector Berlioz (1830), obra revolucionaria en su tiempo, uno de los primeros ejemplos de música programática para una formación gigantesca. El espectáculo además contará con el aliciente de la proyección simultánea y sincronizada de una serie de imágenes de cine mudo que, con el título de Una sinfonía en imágenes, es una producción de Morgancrea estrenada en 2003 por la Orquesta Sinfónica de Galicia en la Quincena Musical Donostiarra y que desde entonces ha recorrido multitud de auditorios y conjuntos sinfónicos.

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