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Un Haydn a la sevillana

Orquesta Barroca de Sevilla

La OBS y Enrico Onofri presentan su nueva colaboración, el disco 'Trauermusik'

El maestro italiano dirige este martes en el Maestranza el concierto de clausura de la temporada de la orquesta

Enrico Onofri, Luis Martínez Montiel (Universidad de Sevilla) y Ventura Rico, en el Teatro de la Maestranza. / Juan Carlos Vázquez
Francisco Camero

03 de junio 2019 - 20:28

Sevilla/La Orquesta Barroca de Sevilla acaba de publicar el último fruto de su colaboración con el Proyecto Atalaya, una iniciativa con la que, de la mano de la Universidad de Sevilla y la Junta, sigue afanándose en la tarea de recuperar el patrimonio musical andaluz. El sexto disco de la formación en el marco de esta colaboración, presentado este lunes en el Teatro de la Maestranza –donde la orquesta ofrecerá este martes el último concierto de su temporada–, está protagonizado por Haydn.

"Este proyecto ha supuesto para mí una experiencia que me ha marcado profundamente", explica Enrico Onofri, gran violinista y director de orquesta italiano cada vez más cotizado en los grandes escenarios internacionales que vuelve a colaborar con la Barroca, con la que hace años entabló una relación que va más allá de lo profesional y entra en la complicidad personal. Como tantas otras veces, Onofri volvió a tomar la batuta para conducir a la orquesta en esta grabación que cuenta también con la participación como solistas de Julia Doyle (soprano), Alejandro Casal (órgano) y Jorge Rentería (trompa).

"La de Haydn, claro, es la obra sobresaliente de este disco", reconoce Onofri, que se refiere a la Sinfonía n. 44, más conocida como Trauer (Fúnebre), una pieza muy célebre del compositor vienés que en esta grabación, titulada Trauermusik. Haydn en Sevilla y con distribución internacional vía el sello belga Passacaille, presenta una curiosa particularidad.

La obra llegó a Sevilla bastante tarde con respecto a su año de composición, y el entonces maestro de capilla de la Catedral, Domingo Arquimbau (1760-1829), introdujo algunos matices y retoques en ciertos pasajes de la partitura, que Onifri y los músicos de la Barroca encontraron en los archivos del templo sevillano en el manuscrito del propio Arquimbau. "De modo que podría decirse que la sinfonía grabada es prácticamente una versión de Arquimbau", explicó el maestro italiano.

"Solemos tener una idea decadente de la música del XVIII y este disco quizás haga ver que no es del todo cierta"

Pero no es éste el único aliciente del disco, apunta Onofri. "Dado que son las que todo el mundo más o menos conoce, a veces da la sensación de que sólo es grande la música de los compositores famosos. Pero la que se tocaba a diario en las iglesias y catedrales estaba compuesta en muchas ocasiones por maestros de capilla que no eran menos menos valientes que esos compositores conocidos por todos, y gracias a este proyecto hemos podido encontrar en las catedrales andaluzas música verdaderamente excepcional", explica sobre el resto de las piezas que integran esta nueva grabación, salidas de los archivos de las catedrales de Sevilla, Córdoba y Málaga.

Son obras escritas por Antonio Ripa, el maestro de capilla de la Catedral de Sevilla al que sucedió Arquimbau, y que compuso una Lamentación de Jueves Santo para soprano y orquesta que la OBS ha recreado con toda su riqueza sonora; así como por Joseph Barrera y Jaime Balius, que trabajaron para las catedrales de Málaga y Córdoba. De estos dos compositores recoge el disco tres piezas, que tal vez –admitió Onofri– sí sean "menores" en comparación con las de Haydn y Ripa –entre otros motivos porque se concibieron para ilustrar la liturgia y por tanto eran funcionales, "musica d'occasione", como dicen en Italia– pero no por ello carentes de un "gran valor musical", defiende Onofri.

"Solemos tener una idea del XVIII un poco decadente con respecto a los siglos anteriores, como si en España desde el XVI la música sólo hubiera ido cayendo hasta tocar fondo en el XIX. Y lo que ilustra este disco es que quizás esto no es del todo cierto", afirma Ventura Rico, coordinador de la Barroca, muy satisfecho por la existencia de un proyecto como Atalaya.

Patrimonio musical

"Este proyecto es ideal para un grupo de música antigua", apunta Rico, y en el caso de la OBS permite además a la orquesta escapar de una "realidad más pedestre de lo que nos gustaría". Y es que pese a esfuerzos institucionales como éste, lamenta Rico, "falta el primer paso para considerar con justicia nuestro patrimonio, que es saber que existe". "No hemos incorporado al música a nuestra idea de patrimonio artístico", dice Rico. "Y eso que obrasm como éstas, si fueran pinturas, estarían en un museo junto a lienzos de Murillo y Zurbarán", le apoya Onofri.

"Cuando uno ve los textos que manejan los jóvenes sobre música andaluza, encuentra un poquito de flamenco, un poquito de Falla y pare usted de contar. Son absolutamente deficientes –continúa el músico de la Barroca, cofundador y coordinador de la misma–. Ahora hemos pasado el Año Murillo, que está muy bien, estupendo, pero ¿para cuándo el Año Rabassa o el Año Arquimbau? A diferencia de lo que ocurre con el deporte, la idea de que hemos generado también grandes científicos y artistas no está en el imaginario colectivo, por lo menos no en el de la clase dirigente, el de la gente que toma decisiones", lamenta Rico.

Cierre de temporada

En cuanto al concierto de este martes (20:00), con el que la orquesta cerrará su temporada en Sevilla, su título, El amanecer del Clasicismo, es ya elocuente. "Está dedicado a los elementos de la música italiana a partir de los cuales nace el clasicismo vienés. Porque Haydn y Mozart no se despertaron de repente un día e inventaron una cosa. Algo existía ya, lógicamente", explica Onofri, que participará en él en su doble faceta de violinista y director.

"Ya había elementos en la música del final del Barroco, en el periodo del estilo galante en Italia, que luego se desarrollaron en el clasicismo", añade Onofri, que garantiza que "los oídos más finos" podrán apreciar en las obras seleccionadas de esta etapa de transición –Durante, Galuppi, Sammartini, Sacchini– unos recursos, un eco que luego prolongarían y moldearían autores ya plenamente enraizados en el primer clasicismo como Haydn y Mozart, presentes también en el programa con la Sinfonía n.8 en Sol mayor 'Le Soir', el primero, y con una sinfonía de juventud, escrita a los 14 años tras un viaje por Italia en el que el joven prodigio se empapó de toda esa música.

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