Oriolo cubre de nieve el Central con '¡Fun-Fun-Fun!'

La compañía estrena su nuevo montaje, una comedia para todos los públicos que reivindica la felicidad de las Navidadesl '¡Fun-Fun-Fun!'. Teatro Central. Desde hoy hasta el día 30 y del 2 al 4 de enero, a las 18:00. Entradas a 7 euros.

El reparto de la obra dará color a las vacaciones en el Central.
El reparto de la obra dará color a las vacaciones en el Central.
Braulio Ortiz / Sevilla

27 de diciembre 2011 - 05:00

Imagínese que viaja de camino a su casa dispuesto a celebrar la Nochebuena en familia, pero el temporal, o más concretamente la nieve que se ha ido amontonando en la carretera, le obliga a quedarse estancado en mitad de la nada. Usted, seguramente, pedirá algún tipo de auxilio en llamadas desesperadas y maldecirá su suerte. Pero si esto le ocurre a un grupo de payasos -a un trío que podrían conocer, si vieron el anterior espectáculo que protagonizaron, Triálogos clownescos- el espíritu navideño, el intento de conquistar la parcela de felicidad que corresponde a estas fechas, triunfará por encima de las lamentaciones. Oriolo, Groggy y el señor Centellas usarán todos los medios a su alcance para celebrar su fiesta y, de paso, descubrirán que su aventura forzada se debe a un cuarto personaje: un hada díscola que no tiene intención de pasar sola la Navidad.

Así arranca ¡Fun-Fun-Fun!, la propuesta que la compañía Oriolo estrena hoy en el Teatro Central y que se ha concebido "para que disfruten los niños, pero también los adultos". Vuelven "los mismos personajes: uno es el optimista, el otro el pesimista, y el tercero es ajeno a todo lo que pasa porque es feliz consigo mismo", aunque abordan ahora "una situación muy diferente", explica Oriol Boixader, responsable de la compañía e intérprete del montaje junto a Gregor Acuña y Javier Centeno. La posibilidad de disponer del escenario del Central les ha permitido "una escenografía muy bonita" donde destacan "una caravana desvencijada y un coche que echa humo a cada paso", además de las cuatro toneladas de sal, las siete máquinas de nieve y la gran turbina que utilizan para recrear la crudeza del invierno. Estos elementos hacen que Boixader resalte que "estéticamente" ¡Fun-Fun-Fun! es "muy distinta" a su anterior espectáculo, aunque la estructura, compuesta por lo que sus creadores definen como "comedias clownescas", pequeños sketches a través de los que avanza la acción, continúa como una marca de este trío de intérpretes.

Oriolo ha tenido en esta ocasión un colaborador de lujo: el escritor Alfonso Zurro ha elaborado la dramaturgia. "Hablé con él, porque me gustaba mucho lo que hacía, pensaba que estaba en la misma línea que nosotros", cuenta Boixader, que ha visto satisfechas las expectativas sobre el autor salmantino afincado en Sevilla. "Yo tenía un guión y le pedí que se encargara de los diálogos. Lo ha hecho estupendamente. Ha entendido la relación que había entre los personajes. Y para nosotros es un chollo empezar a ensayar con todo escrito, tener un texto que te da una cadencia, un ritmo", afirma el barcelonés, también un habitual de la escena sevillana gracias a sus trabajos junto a Atalaya y La Fundición, Restaurant Tú Three de la compañía Extrés o los ya mencionados Triálogos clownescos.

En el proceso de construcción de ¡Fun-Fun-Fun! también ha sido clave la participación del director Antonio Campos. "Somos tres actores muy creativos, con muchas ideas, aunque tengamos el texto escrito nuestro trabajo requiere mucho juego físico y necesitamos a un director que sea un catalizador de toda esa energía", expone Boixader, compositor de la música que se oirá estos días en el Central excepto del tema Fum Fum Fum, una canción popular de origen catalán o mallorquín que inspira el título del espectáculo, traducido para aproximarse a la pronunciación en castellano y hacer un juego con la palabra inglesa fun (divertido).

El hada traviesa que alterará el destino de los protagonistas está encarnada por Clara Boixader, la hija de Oriol. "Había hecho cosas antes, pero es la primera vez que actúa profesionalmente, aunque otros hijos que tengo ya habían trabajado conmigo. Siempre es estimulante compartir escenario con niños, porque ellos no interpretan, lo viven", opina el clown.

Pese a su carácter infantil y su apuesta por el humor, su condición de comedia musical, ¡Fun-Fun-Fun! habla de la vida. "La gente que trabaja en el circo y en la farándula no se amedrenta ante la adversidad, se adapta a lo que pasa con buen humor. Ése es un mensaje que entenderán los adultos, los niños se quedarán con una lectura más simple".

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