Orgullo y perjuicio
Cómics
'Los laureles del César' (1992), de René Goscinny y Albert Uderzo, es el álbum número 18 de la serie 'Astérix el galo' y trata acerca de los excesos de alcohol y orgullo
La ficha
'Astérix el galo: Los laureles del César'. Guion: René Goscinny. Dibujos: Albert Uderzo. Salvat, 2017.
No es una errata: cambiamos aposta el orden de las letras de la última palabra del título de la novela Orgullo y prejuicio (1813), de Jane Austen, para escribir sobre el álbum Los laureles del César (1972), número 18 de la serie Astérix el galo, de René Goscinny y Albert Uderzo.
En la antigua Grecia se entregaba una corona de olivo a los atletas vencedores en los Juegos Olímpicos. Julio César copió la idea al crear la corona de laurel que usaba él mismo. Sin embargo, la corona de laurel de Julio César no era símbolo de victoria: la llevaba por orgullo, pues, según Suetonio, tenía severos problemas de calvicie.
Los laureles del César comienza con un flashback donde Astérix y Obélix están en Roma a causa de una cena a la que Abraracúrcix es invitado en casa de su cuñado Homeopátix en Lutecia (París). Homeopátix es adorado por su hermana Karabella, pero Abraracúrcix no lo soporta. Astérix y Obélix van como escoltas. Durante la cena, un borracho Abraracúrcix, tras aguantar la arrogancia del cuñado, le ofrece un plato que ni su riqueza puede comprar: estofado condimentado con la corona de Julio César. Astérix y Obélix parten a Roma a por el laurel.
Los autores muestran la sociedad romana: el sistema de esclavitud, el sistema judicial y los bajos fondos con sus catacumbas, en un homenaje a Roma, la más prodigiosa ciudad del mundo antiguo. La casa de Cualquierus es una fiel representación del domus, aunque esos edificios tan grandes de mármol son de la época de Octavio Augusto.
Además, hay paralelismos con las actuales ciudades, su tráfico, ruido y delincuencia. Hay guiños a Andy Warhol; y al Pensador de Auguste Rodin; al Laoconte de Agesandro, Polidoro y Atenodoro de Rodas; y al Discóbolo de Mirón, representados por un esclavo; y una caricatura de Jean Richard (1921-2001), actor francés que tuvo un zoológico y un circo en París y aquí aparece como domador de fieras del Circo Máximo.
La familia de Cualquierus parodia una de la segunda mitad del sigo XX, con un patriarca empresario y su fiel esposa, una hija pija, un hijo que hace juergas a su costa y el celoso esclavo Términus. Homeopátix es un snob que quiere dinero para fanfarronear, pero es un ser vacío. Cualquierus representa la burguesía que no sabe disfrutar de lo que posee. La criada de Homeopátix representa a las españolas que durante el franquismo tuvieron que ir a servir a Francia para sobrevivir.
Uno de los detonantes de las aventuras de los galos es el orgullo, en este caso, de Abraracúrcix, aumentado por el alcohol. Sobre los perjuicios que provoca el alcohol vuelven Goscinny y Uderzo al final del álbum, cuyo leit motiv son el orgullo y el perjuicio. Obélix y Abraracúrcix borrachos crean un chiste recurrente con la expresión ferpecto, que desde 2004 forma parte del título de un film de Álex de la Iglesia.
Astérix actúa de forma muy inteligente, pero a ojos de su entorno su comportamiento es irracional: se ofrecen como esclavos, intentan hacer la vida imposible a sus amos, se dejan encarcelar por los romanos, hacen una receta explosiva contra la resaca, los definen como objetos delicados, da un emotivo discurso en contra de sí mismo y de Obélix...
En este álbum hay muy pocas expresiones en latín: Ay pater, pater! (¡Ay padre, padre!). Quo vadis? (¿Adónde vas?), pregunta hecha por el primer Papa al encontrar a Jesús mientras huía de Roma para ponerse a salvo de Nerón. Jesús responde: "Voy a ser crucificado en Roma por segunda vez, porque mis discípulos me abandonan". Pedro regresa a Roma. Sin embargo, la frase fue popularizada como título de la novela de Henryk Sienkiewicz y su versión cinematográfica protagonizada por Robert Taylor, Deborah Kerr y Peter Ustinov. Delenda Carthago (Hay que destruir Cartago) se atribuye a Catón el Viejo que, según parece, finalizaba con estas palabras sus discursos en el Senado Romano durante las Guerras Púnicas.
Los franceses René Goscinny (1926-1977) y Albert Uderzo (1927) crearon la serie Astérix el galo en 1959 para el primer número de la revista Pilote, que fundaron tras sus desavenencias con la agencia World Press por sus derechos de autor. Antes, habían trabajado los dos juntos en varias series desde 1951, pero el éxito les llega con el pequeño galo.
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