Los Barrocos se despiden desde Dresde

La corte católica del elector de Sajonia y rey de Polonia en Dresde reunió en la primera mitad del siglo XVIII a un grupo de músicos de un talento excepcional para configurar la orquesta más deslumbrante de la Europa de su tiempo. En 1760, en el contexto de la Guerra de los Siete Años, el ejército prusiano atacó el palacio del príncipe y redujo a cenizas su archivo de música, pero no todo se perdió, pues había material guardado en otros sitios, como las casi dos mil partituras de la colección personal de Johann Georg Pisendel, violinista de la corte desde 1712 y concertino desde 1728 hasta su muerte en 1755.

La Orquesta Barroca de Sevilla cierra su temporada en la ciudad (aunque aún queda su actuación en el cierre del Curso Universitario que propone el Cicus el próximo 30 de junio) con un concierto en que todas las obras saldrán del archivo de Pisendel, conocido como Schrank II, ya que tras el ataque de 1760 se guardó en los sótanos de la Iglesia católica de la corte, en el armario número 2.

La OBS se presentará en esta clausura en formato extendido, con una de las mayoras plantillas de toda la temporada y Alfonso Sebastián como director desde el clave, una tarea que el clavecinista aragonés ha desempeñado en varias ocasiones a lo largo de este curso.

En atriles, una música de extraordinaria exuberancia, caracterizada muy especialmente por el generoso empleo de los instrumentos de viento. En Dresde coincidieron de forma feliz y fructífera los diversos estilos nacionales típicos del tiempo, lo que quedará bien reflejado en este recital en el que se mezclan los conciertos italianos con las suites francesas. Además de música del propio Pisendel se podrán escuchar obras de Johann David Heinichen, que fue maestro de capilla entre 1716 (cuando llega a Dresde desde Venecia) y su muerte en 1729, Johann Gottlieb Graun, que se formó como músico en Dresde y fue hermano mayor del más conocido Carl Heinrich Graun, y Zelenka.

Jan Dismas Zelenka (1679-1745) fue posiblemente el más destacado de todos los grandes compositores que pasaron por la corte de Dresde en el siglo XVIII. Nunca fue maestro de capilla. Trabajó como contrabajista, luego fue asistente de Heinichen, que en sus últimos años no gozaba de muy buena salud, y cuando el maestro falleció en 1729 recibió el nombramiento de Director de la música de iglesia. Por eso, la mayor parte de su catálogo que ha llegado hasta nosotros lo componen obras sacras. Su música instrumental es escasa, pero toda ella extraordinaria, con rasgos formales a veces extravagantes, pero de un color y de una variedad en las texturas de gran originalidad. Las dos obras que ofrecerá la OBS son otras tantas suites orquestales. Están escritas a siete partes (dos oboes, fagot, dos violines, viola y bajo continuo). La Hypocondrie tiene además un carácter singular, ya que parece ser un autorretrato del propio Zelenka, quien se dibuja en ella como una persona inestable, que se mueve continuamente entre el gozo y el dolor, el optimismo y el pesimismo. Como en toda la música de Zelenka, el trabajo contrapuntístico resulta de una profundidad que la hace digna compañera en su tiempo de la de Bach, quien a principios de los años 1730 hizo intentos infructuosos por acceder a la capilla de Dresde. No parece mal aval para acercarse a escuchar lo que nos dejaron sus más ilustres músicos.