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Nuevas realidades, nuevos héroes y nuevos piratas

Tom Hanks ha recibido grandes elogios por su trabajo en 'Capitán Phillips', de Paul Greengrass.
Carlos Colón

20 de octubre 2013 - 05:00

Capitán Philips.Drama, EEUU, 2013, 134 min. Dirección: Paul Greengrass. Guión: Billy Ray. Fotografía: Barry Ackroyd. Música: Henry Jackman. Intérpretes: Tom Hanks, Barkhard Abdi, Catherine Keener, Chris Mulkey, John Magaro, Max Martini.

Para comprender por qué Capitán Philips funciona con la perfección de un mecanismo de relojería de tensión, emociones y suspense solo hay que saber dos cosas. Una es que Paul Greengrass es un gran director de cine de acción que se dio a conocer, tras unos inicios prometedores, con Domingo sangriento, basada en los sucesos de Londonderry del 30 de enero de 1972, y alcanzó la fama subiéndose al tren en marcha de la saga de Jason Bourne (El mito de Bourne y El ultimátum de Bourne), abordando despues con realismo de docudrama la tragedia del 11-S (United 93) y sumando una buena película bélica ambientada en la guerra de Iraq (Green Zone: Distrito protegido). De película en película ha ido perfeccionando su gran fuerza narrativa y controlando sus excesos de movimiento, alcanzando una madurez estilística (aunque sobrevivan tics nerviosos de cámara) que pone al servicio de la gran narrativa los recursos rítmicos del cine de acción actual.

Si a estas virtudes sumamos su interés por las historias basadas en acontecimientos reales de repercusión política (a las citadas Domingo sangriento, United 93 y Green Zone: Distrito protegido hay que sumar su ópera prima, inspirada en un hecho relacionado con la guerra de las Malvinas), es fácil comprender que sea el director idóneo para narrar la odisea real del secuestro en 2009 del barco Maersk Alabama por piratas somalíes. Con el incidente novelesco de la rebelión de los marinos secuestrados, que lograron retomar el barco, y la huida de los piratas con el capitán como rehén. El valor demostrado por el capitán Richard Philips, su determinación por luchar contra los piratas para preservar el barco que le había sido confiado y su sacrificio personal para salvar la vida de sus hombres -las virtudes tradicionales del buen capitán mercante: la lealtad para con los intereses de los armadores y el valor en la defensa de su tripulación- le valieron la admiración del mundo y que el presidente Obama afirmara: "su coraje es un modelo para los norteamericanos".

La otra cosa que hay que saber para comprender por qué esta película funciona con la perfección de un mecanismo de relojería de tensión, emociones y suspense es que Tom Hanks es un grandísimo actor que tiene como única limitación un físico que transmite una sensación de rectitud y de bondad que ha sido explotada unas veces con fortuna y otras sin ella. Tiene también la mala suerte de que su ya larga carrera se haya desarrollado en un momento de decaimiento del gran cine comercial americano (momento que, por cierto, parece estar quedando atrás). Pero cuando cae en buenas manos y le ofrecen personajes poderosos (Philadelphia, Forrest Gump, Salvar al soldado Ryan, La milla verde, Camino a la perdición, Atrápame si puedes -mi personaje favorito de entre los que ha interpretado-, La guerra de Charlie Wilson) Hanks es un grandísimo actor, uno de los que han hecho y hacen historia del cine. Y Capitán Philips tal vez sea su mejor interpretación hasta este momento.

Los mecanismos narrativos que actúan son tan seguros, por estar tan probados durante al menos los dos últimos siglos en las novelas de mar y de aventuras, y la maneras fílmicas con que se cuentan son tan sólidas, y también suficientemente probadas por casi un siglo de cine de acción ambientado en el mar, que la cosa no puede dejar de funcionar. Además, como todas las grandes historias de aventuras, reales o inventadas, en ésta hay una enriquecedora complejidad en el tratamiento de los caracteres. Los piratas son más desdichados del cuerno de África (eso sí, manipulados por desalmados) que malos de cartón piedra. En estos días de trágico desbordamiento de un África desesperada la lectura de Capitán Philips adquiere muchos matices. Hay que agradecerle a Greengrass abrir la película a estas posibles lecturas. El héroe tampoco quiere serlo (tras James Stewart, Henry Fonda y Gregory Peck, Hanks tal vez sea la mejor encarnación del héroe a su pesar) y se enfrenta a unos raptores que en realidad son víctimas. Ello confiere sumo interés humano a esta gran película comercial.

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