Norberto Gil rinde tributo a Álvaro Siza

Como en esos paseos en los que nos topamos con un paisaje inesperado. O como esos lugares que tanto nos han contado y, una vez presentes, nos llevamos una imagen distinta a la preconcebida. Algo similar le ha sucedido al pintor Norberto Gil con su último proyecto, de título Línea del Horizonte, donde el artista plástico homenajea la obra del célebre arquitecto portugués Álvaro Siza.

Norberto Gil (Sevilla, 1975) estuvo este pasado verano en Oporto, de residencia de investigación para hacer méritos para la universidad. En esta ciudad portuguesa ideó un proyecto que consistiría en tomar como referencia el estudio de arquitectura Fala Atelier. El artista se inspiraría en las propuestas y diseños del estudio para recrearlos en su pintura. Pero el plan cambió. Domingos Loureiro, profesor de la Facultad de Bellas Artes de Oporto, le sugirió a Gil el nombre de Álvaro Siza como eje sobre el que construir este nuevo proyecto. Y así ha sido finalmente. El resultado es una serie de cuadros, materializados entre Oporto y Sevilla, que se exponen hasta el 16 de enero en la galería sevillana Birimbao (Calle Alcázares, 5).

“En esta serie pretendo hacer de la arquitectura casi una abstracción”, explica Norberto Gil a este periódico. Los visitantes podrán observar un conjunto en el que predomina un paisaje próximo a la figuración y al lenguaje abstracto. En Línea del Horizonte, la geometría y sus formas son la materia con la que se definen edificios como la casa de los padres de Álvaro Siza. “La casa de los padres de Siza es una joya. El arquitecto diseña los pomos, los enchufes, las puertas… Todo ello con un tono verde turquesa, muy característico en el portugués. Se crea así un ambiente de diseño de interior maravilloso”, precisa Gil, distinguido con el Premio BMW de Pintura entre otros reconocimientos.

Otro de los edificios que se recrean en Línea del Horizonte es el restaurante Casa de Té Boa Nova, diseñado por un joven Álvaro Siza en la década de los años sesenta del pasado siglo. Se trata de un restaurante situado frente al Atlántico, en una zona rocosa, con acantilados. Una espectacular vista que Norberto Gil reformula a través de su trabajo con las líneas, con la desnudez de la geometría. Uniendo así la arquitectura, la naturaleza y la propia pintura. Gil yuxtapone estos tres ámbitos tomando dos recursos: la geometría –es decir, la línea- y el color. En una expresión prácticamente poética del arte plástico. Pues con la forma y con los colores –con un lenguaje abstracto y esencial- se procura llegar a la esencia misma de las cosas. “La exposición Línea del Horizonte ofrece una intrincada exploración de las intersecciones entre la visión, la arquitectura y la expresión plástica. El título sugiere una inmersión en la subjetividad de la mirada, destacando la línea del horizonte como un elemento crucial en la organización del campo visual en diversas áreas creativas, como el dibujo, la pintura y la arquitectura”, detalla el profesor Domingos Loureiro.

Entre 1985 y 1986, Álvaro Siza proyectó la Facultad de Arquitectura de Oporto. Otro edificio retratado en la serie de Norberto Gil. En este caso contemplamos una composición de dos fotografías. “En esta obra no es un paisaje solo. Se superponen dos imágenes. Es un paso más. No es una representación. Hay una idea de hacer un cuadro autónomo, con un discurso propio”, declara Norberto Gil.

La arquitectura de Álvaro Siza destaca especialmente en su ciudad natal, Matosinhos. Es esta “una zona pesquera”, en palabras de Norberto Gil, “de infraestructura de barcos y containers del puerto de Oporto”. En este lugar están también ubicadas unas piscinas de agua salada que forman parte de la serie Línea del Horizonte. De esta exposición que es “enlace” de aquella que Gil tiene prevista dedicar al estudio de arquitectura portugués Fala Atelier. Aunque para disfrutar de esta propuesta tenemos que esperar hasta el próximo “mes de febrero, en la Fundación Valentín de Madariaga”, anuncia el pintor.

Línea del Horizonte, sintetiza el profesor Loureiro, es una “exposición que trata sobre un diálogo pictórico con el espacio y la obra de Álvaro Siza, considerando que, para este último, la arquitectura es un diálogo con el territorio; y, en Gil, la pintura es el territorio en sí”.