Nabókov, un éxito póstumo e inconcluso
Literatura
El libro inacabado del escritor de origen ruso, 'El original de Laura', se convierte en un fenómenos de ventas en su país natal
El libro póstumo e inacabado de Vladímir Nabókov, El original de Laura, que el escritor ruso ordenó quemar justo antes de morir en 1977, última voluntad que su hijo ignoró, se ha convertido en un éxito de ventas en Rusia. "Laura se vende muy bien. Es un acontecimiento literario inusual en Rusia. Estamos hablando del libro inconcluso de un clásico", informa una de las dependientas de la céntrica librería moscovita Moskvá.
El último libro del famoso autor de Lolita, una de las obras más controvertidas del siglo XX, está entre los regalos navideños preferidos para los lectores de este país. "Somos los líderes de ventas en Moscú", apunta la vendedora, que cifra en varios miles los ejemplares vendidos sólo por internet desde la publicación del libro a principios de diciembre.
En la popular librería Biblio-Globus el libro de Nabókov, del que se imprimieron 50.000 ejemplares en versión impresa y otros 10.000 en manuscrita, es el cuarto en las listas de ventas. La versión impresa en ruso cuesta 229 rublos (unos 5 euros), un precio asequible para el ávido lector ruso, mientras que la versión bilingüe en ruso e inglés se dispara hasta los 649 rublos (15 euros).
No obstante, esos ejemplares bilingües son una pequeña joya literaria, ya que incluyen las copias facsímil de las 138 tarjetas originales, manuscritas a lápiz y numeradas, en las que Nabókov escribió el libro en los últimos años de su vida y que guardaba en cajas de zapatos.
"Nada más salir, el libro se vendía instantáneamente", apunta una dependienta de Dom Knigui (La Casa del Libro), que asegura que la demanda apenas ha caído con el paso de las semanas.
Más que un libro, El original de Laura es una experiencia literaria única que permite al lector conocer de primera mano cómo trabajaba y ordenaba sus geniales ideas la privilegiada mente de un escritor como Nabókov. "Siempre es interesante saber en qué trabajan los escritores en los últimos años de su vida y en la etapa final de su singladura creativa", asegura Tatiana Ponomariova, directora del museo Nabókov de Moscú.
La publicación del libro supuso un dilema ético para el hijo del autor, Dmitri Nabókov, que se devanó los sesos durante años sobre si debía o no cumplir la última voluntad de su padre. Precisamente, el libro comienza con una emotiva introducción en la que Dmitri relata los últimos días de enfermedad de su padre y explica los motivos de la salida a la luz del texto, lo que le ha valido no pocas críticas por parte de editores y escritores.
Fue en 1975, cuando el estado de salud del literato comenzó a deteriorarse rápidamente, cuando Nabókov comenzó a escribir "ese embrión de obra de arte (...) en tarjetas de catálogo que siempre le acompañaban", señala su hijo.
En esa introducción éste recuerda que Nabókov también intentó quemar en su momento el borrador de Lolita, pero que "su esposa (Vera) se lo arrancó de las manos" en el último momento en dos ocasiones.
Cuando la enfermedad comenzó a limitar sus movimientos, "Nabókov tuvo una conversación con su esposa en la que dijo categóricamente que si moría antes de terminar el libro, éste debía ser quemado", dijo. No obstante, la voluntad del escritor fue ignorada por su esposa, que conservó las tarjetas en un banco suizo, y por su hijo, al que le llevó 30 años decidirse a publicar su contenido en forma de libro.
"Esos listos (los críticos) olvidan que, en realidad, Nabókov no quería quemar Laura bajo cualquier circunstancia, sino que ansiaba escribir tantas tarjetas como fuera necesario para acabar, aunque fuera, el borrador", apunta.
Dmitri, de 76 años, recuerda que Franz Kafka también pidió a Max Brod que quemara obras como Metamorfosis, El castillo y El proceso "consciente de que éste jamás se atrevería a cumplir tal petición". "Nabókov obró de la misma forma al encomendar la destrucción del libro a mi madre", apunta el hijo del escritor, que considera que no podía privar el mundo de una obra literaria de ese calibre.
En su opinión, El original de Laura es una obra inconexa e inconclusa, pero "genial" y con similar "potencial revolucionario" que Lolita, una de las novelas más influyentes de la literatura moderna. "En mi cabeza ya está terminada. La he revisado mentalmente unas 50 veces", dijo Nabókov al New York Times, un año antes de morir, sobre el libro que narra las infidelidades de la promiscua Laura y los sufrimientos de su desdichado marido.
Escritores como el británico Martin Amis han criticado duramente la decisión, mientras otros han acusado a Dmitri Nabókov de querer hacer fortuna con la obra de su padre. Otros genios de la literatura, como el poeta romano Virgilio y el escritor ruso Gogol, también ordenaron, en vano, que sus obras maestras, La Eneida y Almas muertas, fueran pasto de las llamas.
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