Muere a los 37 años el escritor cordobés José Ignacio Montoto
El escritor, ganador del Premio Andalucía Joven de Poesía en 2013 por 'La cuerda rota', sufrió un infarto en su domicilio de Sevilla, donde residía
Córdoba/A veces la perplejidad y el dolor confluyen en un sentimiento para el que aún no se ha encontrado nombre. Un sentimiento que durante el día de ayer fue invadiendo a los que conocían a José Ignacio Montoto, escritor, columnista, crítico, gestor cultural, director de la última edición de Cosmopoética, el festival literario de Córdoba. Nacho Montoto murió en su domicilio de Sevilla a primera hora de la mañana a causa de lo que, a falta del resultado de la autopsia, tiene el perfil de un infarto fulminante. Los servicios sanitarios intentaron reanimarlo pero fue imposible. Tenía 37 años y había nacido en Córdoba, si bien pasó los primeros años de su vida en Cádiz.
Entre sus amistades del mundo literario figura Salvador Gutiérrez Solís, que no daba crédito a la noticia. "Era una persona amante de la vida, muy amigo de sus amigos. Yo tuve la suerte de que fuera amigo mío desde hace muchos años porque lo conocí muy jovencito, y siempre le decía que él tenía una trayectoria muy similar a la mía, en el sentido de que se había curtido, había publicado y había avanzado en la literatura a través de premios, primero con premios pequeñitos y publicaciones muy modestas, pero poco a poco iba haciéndose un nombre y una trayectoria. Y tenía una voz absolutamente original, no se parecía a nadie. Los últimos libros son fantásticos. Los amantes de la literatura debemos tener un gran pesar por la obra que habría de escribir y que no vamos a poder disfrutar. Era un tipo espléndido, generoso, muy buen amigo, muy cariñoso", afirmó Gutiérrez Solís, también cordobés y, como él, afincado en Sevilla desde hace años.
Como poeta, Montoto publicó los cuadernos La ciudad de los espejos y Las últimas lluvias y los libros Espacios insostenibles, Superávit,Tras la luz y La cuerda rota, con el que obtuvo el Premio de Poesía Andalucía Joven en 2013. Su obra narrativa abarca Diario del fin del mundo, Binarios y Estamos todos, aquí no hay nadie. Desde 2008 aparecieron textos suyos en revistas como El Coloquio de los Perros, Elefante Rosa, Nayagua, Quimera y Boronía, y su obra está presente en las antologías El monte de la novia, Arden versos en el mar de Viana, Terreno fértil. Un ámbito poético y Nocturnos, entre otras publicaciones. Coordinó además las antologías Entre el puente y el río y, junto al poeta sevillano Diego Vaya, La femme en verso: doce autoras en Sevilla, y participó en el ensayo colectivo Perfopoesía: sobre la poesía escénica y sus redes.
El escritor cordobés formó parte de las programaciones de los festivales internacionales de poesía de Sevilla y Granada, Eutopía, Etnosur y Cosmopoética, en Córdoba, de cuya última edición fue el director literario y al que quiso otorgar, afirmó en la presentación, un "nuevo espíritu", a través de "nuevos formatos y actividades innovadoras", en busca de una mayor "proyección exterior". Montoto trabajó estrechamente con Joaquín Dobladez, al frente de la empresa de gestión cultural Turdetania tras su etapa como director del Instituto Andaluz de la Juventud. Su voz delataba ayer esa mezcla entre el dolor y la incredulidad: "Durante el último año para mí ha sido como un hermano menor. Hemos compartido proyectos muy bonitos, y si la última edición de Cosmopoética había sido inolvidable, ahora ya imagínate... El destrozo es enorme", confesaba Dobladez.
La consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Aguilar, se sumó también a las muestras de pesar con un comunicado: "La cultura andaluza, y más concretamente la literatura y la poesía, está hoy de luto. La de José Ignacio Montoto es una triste e irreparable pérdida. Se nos va demasiado pronto un escritor al que aún le quedaban muchas cosas por decir. Siempre nos quedará su recuerdo y su palabra, que vivirán para siempre en su legado literario".
"Apenas somos / un haz de luz centrífuga / pero qué luz", escribió en uno de sus poemas Nacho Montoto, escritor que ayer se fue sin haber agotado la juventud, con mucho aún por hacer, en uno de esos latigazos con los que la vida nos deja temblando: "Me dijo que escribiera sobre la muerte mientras caminábamos hacia ella. Y no hacía falta, no hacía falta. Pues ella llevaba tiempo escribiendo sobre nosotros".
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