Se nos ha muerto El Algarrobo
Obituario
Fallece en Madrid a los 83 años el actor Álvaro de Luna, siempre vinculado al personaje de la serie de bandoleros de los 70 'Curro Jiménez'
El republicano 14 de abril de 1975 comenzaba a rodarse una serie antológica de directores que trasladaba el western a los paisajes y arquetipos españoles con un esquema trazado al corte para el actor más televisivo del momento, Sancho Gracia, protagonista de la primera serie de TVE donde el costumbrismo se mezclaba con la acción y la intriga, Los camioneros.
Curro Jiménez estaba concebida para el lucimiento de su personaje pero, dado el carácter de tebeo de la cuadrilla, los secundarios fueron creciendo y hasta llegaron a tener sus propios episodios en el gran éxito español en la ficción televisiva de los 70, que acompañó durante 52 noches, todo un hito para el país de los Alcántara
Por eso a Álvaro de Luna (Madrid, 1935), con su nombre tan épico, le costó despegarse de su entrañable El Algarrobo, el rol más noble y empático de aquellos bandoleros de Sierra Morena. Curro era serio; a El Estudiante (Pepe Sancho) le podía la altanería; El Fraile, (Paco Algora), insípido, estuvo apenas unos episodios; y El Gitano (Eduardo García ) era un extra de relleno, para hacer bulto con sus cabriolas. Así que a la concurrencia infantil, a la que permitían trasnochar los domingos para galopar a lomos de la trompetera sinfonía, sólo le quedaba para identificarse con aquel garrulo de rotunda calvorota que devoraba un bocadillo de telera en la intro. El Algarrobo era un niño grande, un cabezota comilón. Se hizo querer. El intérprete fallecía este viernes en Madrid, víctima de un cáncer, a los 83 años. Era el superviviente de aquella cuadrilla de actores memorables.
Había llegado a la serie estelar procedente de los westerns almerienses y de haber sido figurante en supreproducciones, en España y en otros países, lo que le abrió una puerta tímida al cine donde su voz era doblada, como secundario iracundo en Desafío en Río Bravo (1965) o Navajo Joe (1966). Ya en televisión, antes del bandoolero, apareció de forma recurrente en las adaptaciones del espacio novela, con La pequeña Dorrit (con Ana Belén), en 1971, La gaviota o El espía. E incluso en espacios infantiles como en la La cometa naranja (que no blanca), refugio en la TVE tardofranquista de actores de izquierda.
Álvaro de Luna era admirado por su personaje pero se encasilló. Y él supo entender que no tenía otra opción aunque tuvo una trayectoria extensa, antes y después de bajarse de la montura. De hecho hasta con guasa se despidió en un caballo rampante de su incursión en Farmacia de guardia, cuando pretendía a Lourdes, la boticaria. Cosas de Antonio Mercero. El actor se marchaba a la segunda parte de Curro Jiménez, que produjo Antena 3 con Sancho y sin Pepe, más Jorge Sanz, en unas aventuras americanas que desaparecieron al poco de la parrilla.
Su siguiente trabajo en TVE tras El Algarrobo fue con el dramón de La barraca, producida en 1979 tras la buena acogida de otra obra de Blasco Ibáñez, Cañas y barro, y que se emitió en franja nocturna diaria para un buen exprimido de pañuelos. Eso sí que eran escraches, los que sufría Batiste por meterse en una vivienda desahuciada, junto a Marisa de Leza como abnegaba esposa, y una joven Victoria Abril de hija afectiva y que añadió su (mala) voz a la banda sonora. La barraca no tuvo tanta repercusión para ser casi lo único que había en el televisor por entonces.
En la escena y en el cine encontró ofertas sabiendo la indisimulable relación que iba a tener el público mentalmente. Formó parte de la plataforma de apoyo al presidente Zapatero. Quedaba en la prehistoria aquel respaldo de su colega Sancho Gracia al presidente Adolfo Suárez cuando muchos actores no solían ser tan explícitos en sus simpatías políticas.
Entre sus últimas apariciones televisvas estuvo la serie de intriga Luna, el misterio de Calenda, para Antena 3, junto a Belén Rueda.
Se ha muerto Álvaro de Luna y con él, aunque sea un poco, El Algarrobo, aquel héroe sincero de las últimas noches infantiles en blanco y negro.
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