ENSEMBLE DIDEROT | CRÍTICA
Guerra y música en Berlín
El Festival de Cine de Sevilla se ha clausurado dos veces. De forma oficial, el pasado sábado, 12 de noviembre; sentimentalmente, cerró sus puertas dos días después cuando se conoció el fallecimiento de uno de sus más entusiastas colaboradores, Juan Antonio Bermúdez (Jerez de los Caballeros, Badajoz, 1970).
La semana anterior lo vi entrar por la puerta lateral del teatro Alameda, uno de los escenarios de un certamen al que se entregó en cuerpo y alma como responsable de la sección Panorama Andaluz. Desde José Luis Cienfuegos, director del Festival, que ha celebrado con brillantez y mucho público su 19 edición, a todo el equipo, han sentido un golpe en sus corazones al conocer la noticia.
“Sabía mucho de cine, pero no pretendía saber más que tú”, dice José Miguel Moreno, que quiso invitarlo a su programa de Radiópolis para hablar de cine, pero la emisora, que tenía como sede la torre de Renfe en Torneo, no estaba habilitada para la limitación física de Bermúdez. Su pasión por el cine era ilimitada. Fue vicepresidente de Asecan, Asociación de Escritores Cinematográficos. Uno de los fundadores de la asociación, Rafael Utrera, lamenta la muerte de Bermúdez. Eran paisanos, Utrera de Herrera del Duque, Bermúdez de Jerez de los Caballeros. Utrera fue profesor de la Facultad de Periodismo y Bermúdez alumno de la primera promoción.
“Tenía una sensibilidad muy especial como espectador y era trabajador incansable en el Festival de Cine”, dice Utrera, que en la revista Criticalia hizo una completa reseña de uno de los libros de poesía de Bermúdez. Lo tituló Sesión continua en el salón indien, nombre del local donde los hermanos Lumière ofrecieron su primera sesión del histórico cinematógrafo.
En ese libro, había bloques para las diferentes sesiones del cine: matinal, vespertina, nocturna, golfa, continua; para salas de cine que le marcaron, como el Balboa, de su infancia y adolescencia extremeñas, o el Rialto, donde iba a ver películas, muchas veces como único espectador. El nexo entre poesía y cine, dos de sus pasiones, se plasma en su poemario A partir de…, poemas inspirados en diferentes películas: Mi tío, de Jacques Tati; Milagro en Milán, de Vittorio de Sica; Tiempos modernos, de Chaplin, o M, el vampiro de Dusseldorf, de Fritz Lang.
No paraba en el Festival de Sevilla. Presentó con el propio Utrera, la artista María Cañas y Carmen Camacho, columnista del Diario de Sevilla (Bermudez también fue colaborador de este periódico), el libro de Juan Sebastián Bollaín Memoría. Fue pregonero de la Semana Santa de Jerez de los Caballeros, su ciudad natal. Este martes lo han enterrado en Jerez de los Caballeros, su localidad natal.
También te puede interesar
ENSEMBLE DIDEROT | CRÍTICA
Guerra y música en Berlín
Wicked | Crítica
Antes de que Dorothy llegara a Oz: la historia de Bruja Mala
Alhambra Monkey Week
La cultura silenciada
Las chicas de la estación | Crítica
Los escollos del cine de denuncia